Aunque parecieran términos no relacionados, hospital y hospitalidad tienen raíces comunes. El concepto de hospital (hospicio, nosocomio o casa de salud) solía utilizarse en referencia al período en el que una persona permanecía en un hospital, cuando su concepto denotaba un recinto destinado al ejercicio de la caridad. En cuanto a la hospitalidad es una virtud de tratar bien con amabilidad al prójimo, del latín Hospitalitas que contempla asistencia, atención al que lo necesita. El punto en común parece que deviene de los “viajeros, visitantes”, o “pobres, enfermos, viudas o huérfanos peregrinos acogidos por el obispo”. Aunque el tiempo y la modernidad han distanciado los términos y para algunos parezcan antagónicas, ya que el hospital está relacionado a la ciencia de la salud/enfermedad y el segundo más a la gerencia del turismo o la actitud de un pueblo de acoger los visitantes. Estamos empecinados en la necesidad de humanizar la salud, encontrar en el hospital un lugar de acogida, de amabilidad, un lugar en tránsito hacia el buen vivir, en el proceso de recuperación de la salud.
Actualmente el Hospital es considerado un espacio que se desarrollan servicios vinculados a la salud, donde se diagnostican enfermedades y se realizan distintos tratamientos para restablecer la salud. Quienes hemos trajinado en nuestra vida en diversos hospitales, sabemos que esta institución es algo más compleja, que tiene ciertas lógicas comunes y a su vez cada institución tiene su particularidad que puede “encantar” a quienes pasan muchas horas de su vida trabajando en él, y a los propios pacientes que se benefician de de la misma o la padecen. Los hospitales primero fueron centros de beneficencia generalmente de la curia; con el tiempo se convertirán en centros de medicina general y cirugía de formación de médicos, enfermeras y técnicos, aunque con la impronta clerical y con regímenes verticales y principios oscurantistas. A su vez había en todo el mundo hospitales llamados “especiales”, leprosarios, sanatorios y colonias, tendientes a aislar los enfermos leprosos, tuberculosos y psiquiátricos considerados pacientes peligrosos porque “contagian” o eran “enajenados”. Con los procesos reformas universitarias iniciadas en Córdoba, Argentina en el año 1918 y que se extenderían a toda latinoamericana, se abrirían en los hospitales universitarios procesos de democratización de los claustros, con ideales libertarios de cátedra y principios laicos, visión latinoamericanista y con un intento de hacer extensión social con la fuerza vital de los estudiantes, profesores democráticos y obreros que aspiraban que sus hijos fueran “doctores”. Al empuje de los procesos de migración a las ciudades, el desarrollo científico tecnológico, los que serían grandes hospitales generales se convertirían en instituciones más especializados tales como cardiológicos, maternidades, infantiles, oncológicos. A su vez con los procesos de desarrollo capitalista en la segunda mitad del siglo XX, surge con importante fuerza la medicina privada institucional con las “clínicas”, aunque hasta entrados los años 80 la preeminencia era todavía del hospital público. El neoliberalismo de los 90 puso en riesgo la salud pública y por ende el hospital, que con la avanzada del mercado quiso y en buena medida lo logró hacer de la enfermedad un lucrativo negocio. Este vertiginoso proceso deshumanizó el hospital, lo hizo más “tecnificado”, más burocrático, más hostil y en buena medida más violento. Vale más cuantos exámenes de laboratorio se hace, cuantas tomografías o estudios invasivos se realizan, que un buen interrogatorio clínico y examen físico minucioso. En el siglo xxi, con los procesos democráticos de liberación que se vienen produciendo en nuestraamerica, requiere repensar el Hospital Público como parte de una red de salud que incluye el Hospital, pero también la atención en la etapa pre y post hospital.
El hospital requiere, en primer lugar una clara inserción en la red de salud para establecer el grado de complejidad del mismo. Esta debe establecerse con la rectoría del Sistema Nacional de Salud, de acuerdo al plan nacional y regional de salud y con un plan estratégico del hospital. Una importante decisión ha tomado el MPPSalud en unificar la nomenclatura de los establecimientos con Barrio Adentro, para superar la dualidad en los sistemas. El ministerio establece ambulatorios urbanos y rurales, hospitales tipo I, II, III, IV, V; barrio adentro con los consultorios populares, CDI, SRI, CAT, clínicas odontológicas, ópticas populares. El proceso de transformación en un sistema único exige, para la claridad del pueblo y los trabajadores de salud, empleados y obreros del sistema, saber dónde y cómo debe darse el mejor servicio. Para planificar el hospital ya existente o uno nuevo, principalmente requiere el talento humano, médicos generales o integrales, médicos especialistas, enfermeras, licenciados en distintas aéreas, personal administrativo, personal obrero con la orientación de la institución planificada. La tendencia ya no es a los grandes complejos hospitalarios, costosos, burocráticos y deshumanizados, con problemas estructurales difícil de resolver, sino a las unidades hospitalarias que correspondan a la unidad sanitaria. En el proceso de construcción de los ASIC (áreas salud integral comunitaria) pareciera que exige una correspondencia de los centros hospitalarios con esta construcción sanitaria. La red debe ser una fuerte barrera de contención en los ASIC, los hospitales comunales puedan resolver buena parte de la atención de primer y segundo nivel. Allí deben fortalecerse los programas de salud priorizados, prevención promoción del buen vivir y vida saludable lo suficientemente fuerte en la etapa pre hospitalaria para evitar complejizar el sistema. El nivel hospitalario debe tener un sistema de derivaciones de acuerdo a la gravedad del paciente, consultas de especialidades, diagnostico y tratamiento que no perpetúen el paciente hospitalizado lejos de la familia y comunidad. Allí en el nivel hospitalario es donde debemos hacer un enorme esfuerzo para humanizar la atención como un derecho humano constitucional y aprovechar las oportunidades para dar respuesta integral al paciente. La docencia e investigación de pre y posgrado dan prestigio a la institución y relevo generacional del equipo de salud. La formación de los empleados y obreros en ésta orientación de servicio, como trabajadores integrales, respetando derechos y deberes. El trabajo en colectivo, superando direcciones unipersonales, verticales y burocráticas, con plena identificación como servidores públicos y la participación del poder popular en la gestión, contraloría y garantía de la correcta orientación de lo institucional en la creación del modelo socialista de salud. De acuerdo a la gaceta oficial nº 40708 de reciente circulación establece que los comités de salud “quedan facultados para ejercer la contraloría social sobre todas las instancias y niveles político-territoriales de la red de establecimientos, servicios, programas de salud, promoviendo un modelo de gestión humanizada, transparente y participativa, en la cual el Pueblo participe de manera activa y protagónica en el control de la gestión de salud". También el hospital debe organizar la etapa post institucional, la rehabilitación, los controles posteriores, muchas veces evaluar a donde va a vivir el paciente para reinsertarse en la comunidad y algunas veces planificar la modalidad de “Hospital en Casa” para evitar largas hospitalizaciones o a un “buen morir”.
En artículo publicado en http://www.portalalba.org/
*médico integrante del colectivo de dirección del Hospital “Dr. Julio Rodríguez”. Cumaná, Estado Sucre. República Bolivariana de Venezuela.