Los programas y los planes se miden por sus resultados; por ejemplo, podemos decir que la Misión Barrio Adentro ha tenido éxitos considerables por el número de enfermos que ha atendido; que la Gran Misión Vivienda Venezuela ha cumplido por el número de viviendas que han sido entregadas; que la Misión Milagro ha dado buenos resultados por la cantidad de personas atendidas y operadas, etc.
Sin embargo esta no pareciera ser la situación de las empresas básicas de Guayana, ni de las empresas privadas que se han nacionalizado en la zona del hierro.
En efecto, las noticias que llegan del comportamiento operativo y económico de Sidor, Ferrominera, empresas del aluminio, Friosa, Cerámicas Carabobo, empresas de pre reducidos, etc. son desalentadores y deberían servir para plantearse por parte de las autoridades competentes nuevas estrategias y programas.
Sidor, por ejemplo solo ha producido en el año 2011, 1.800.000 toneladas de acero, de los cuatro millones de toneladas que produjo antes de la nacionalización, y ha sido escenario de numerosas denuncias de corrupción en la distribución de sus productos.
Venalum y Alcasa, empresas productoras de aluminio primario, están operando por debajo del 50 % de su capacidad instalada y deben recibir constantes subsidios de la administración central para subsistir.
Friosa, que fuera la mayor empresa distribuidora de alimentos de esa zona, se encuentra semiparalizada según han denunciado sus propios trabajadores, al igual que Cerámicas Carabobo que se encuentra totalmente paralizada.
Ferrominera de Orinoco y las empresas de pre reducidos también presentan problemas operativos, al igual que Bauxilum la empresa productora de Bauxita que se encuentra operando al mínimo.
Unido a esta situación, la zona permanece bajo un constante conflicto laboral que incluso ha determinado la muerte de sindicalistas, y que afecta casi todos los días una de las plantas mencionadas.
Las empresas se encuentran sobresaturadas de personal que unido a la ineficiencia gerencial, determinan excesivos costos de producción que mantienen a las empresas económicamente agobiadas y sin posibilidad de financiar, en la mayoría de ellas, sus operaciones diarias, o cualquier plan de mejoramiento.
La rotación de presidentes y juntas directivas es continua, no solo en las empresas, sino en la casa matriz, La Corporación Venezolana de Guayana, lo que ha impedido mantener programas sostenibles en el tiempo. Las empresas se deben enormes sumas de dinero unas a otras y a los proveedores nacionales y extranjeros, lo que ha creado un círculo de problemas económicos que les impide levantar cabeza.
Entiendo que se ha avanzado en el experimento socialista de tratar de administrar esas empresa con participación importante de de sus trabajadores y obreros, pero como dije en un artículo anterior sobre este caso, socializar las empresas no significa despreciar los principios de gerencia y administración y quebrarlas.
Es posible que los altos niveles del gobierno se encuentren mal informados sobre la situación de las empresas, pero las páginas de los medios de comunicación y de columnistas especializados, así como los resultados operativos que están a la vista de todos, deberían llamar la atención sobre las empresas de Guayana y tomarse las decisiones que correspondan. Entiendo que dinero del Fondo Chino se está dirigiendo hacia el mejoramiento de las empresas básicas, esperamos que se supervise apropiadamente su utilización.
cjcarpio44@hotmail.com
Puerto La Cruz, 10 de mayo de 2012
