¿Cuáles son los orígenes del bolívar como moneda venezolana?

¿Cuáles son los orígenes del bolívar como moneda venezolana?
por Jairo Larotta Sánchez (*)

Según Jorge Mier Hoffman, el uso de las monedas como patrón comercial distinto del trueque, surgió en Venezuela aunque nos suene increíble. Según este autor, la moneda no surgió en Asia Menor o en China durante el siglo VI antes Cristo, como narra la historia antigua. Algunos historiadores aseveran que en los Andes venezolanos existió una cultura más antigua, que al igual que la cultura Maya y la cultura Egipcia, rendía un especial culto a la serpiente. En la zona arqueológica de los Tatuy en el Estado Mérida, se hallaron misteriosas figuras antropomorfas con mas de cuatro mil años de antigüedad, las cuales fueron saqueadas por arqueólogos alemanes para coleccionistas privados y museos del mundo, donde hoy se exhiben para asombro de los turistas. Los Tatuy fue la primera cultura universal que utilizó monedas de oro como patrón comercial. Cuando los españoles vieron las monedas de oro, nació la mítica ciudad del “El Dorado” de donde provenía ese metal precioso narrado por el conquistador Oviedo, y que inútilmente buscaron los españoles. En efecto, la búsqueda de El Dorado se convirtió en una obsesión, la cual era creíble por las monedas de oro de los Tatuy y de los Mayas, que los españoles encontraron en la Venezuela del siglo XV y XVI.

Otra raza de aborígenes venezolanos eran los arawakos, que fueron las primeras agrupaciones humanas que se toparon con los conquistadores españoles. Ellos utilizaban las perlas de Cubagua como moneda para el intercambio comercial. También los aborígenes venezolanos nativos del Orinoco, utilizaban la llamada “pepa de zamuro”, como signo monetario, que intercambiaba con otra moneda de la cultura Maya de Centro América. Esa otra moneda era la semilla de cacao. Por eso decimos que antes de la llegada de Colón, ya en América existía un sistema monetario que funcionaba eficazmente, y que a diferencia del europeo no estaba sujeto a fluctuaciones monetarias, y por lo tanto no se conocía la “devaluación”.

Los españoles conquistadores e invasores de esas civilizaciones precolombinas utilizaron el trueque para lograr la colonización a través de los misioneros católicos. Los misioneros entregaban a los indígenas cuentas de vidrio, espejitos, mantas y zapatos, para hacerlos sumisos a través de la evangelización. A cambio recibían el oro que utilizaban los aborígenes como monedas. Los indios nuestros no entendían el salario como la remuneración a su trabajo. Los españoles interrogaban a los aborígenes para indagar la localización de El Dorado, de donde supuestamente obtenían el oro para sus monedas y adornos. Los aborígenes nunca precisaron el sitio exacto de donde se extraía el oro. Solo señalaban vagamente la región de Guayana, la cual estaba distante y difusa por la falta de mapas cartográficos.

Cuando los indígenas fueron exterminados casi en su totalidad, la población de esclavos provenientes del África suplantó la mano de obra venezolana. Durante los primeros años de la conquista española, las monedas extranjeras circulaban como instrumentos de negociación sólo entre los comerciantes especialmente en las islas del Caribe. Los aborígenes trabajadores y esclavos no tenían acceso a esas monedas extranjeras. Los Welsares iniciaron el comercio internacional en Venezuela, exportando los productos requeridos en Europa como era la sal, el oro, el cacao, el café, las piedras preciosas, las perlas, los esclavos. Así las monedas extranjeras desplazaron las monedas autóctonas precolombinas, destruyendo la economía monetaria precolombina. Así que para la ocurrencia de primeros intentos para la independencia de Venezuela por Gual y España, solo circulaban monedas extranjeras.

¿Con las guerras de independencia, cómo se constituyó el bolívar como moneda oficial?

Luego del grito de independencia del 19 de abril de 1810, y ante la escasez de plata y oro requeridos en la acuñación de monedas macuquinas, el gobierno de la Primera República acudió al papel moneda como una innovación monetaria en Venezuela. Al respecto decía Simón Bolívar “la emisión de papeles sin otro respaldo que la fuerza de ser gobierno, fue una de las causas de la caída de la República”. Entonces el Libertador ordenó la apertura de la Casa de Monedas para acuñar la macuquina de plata. Al perderse la Segunda República, Pablo Morillo acuñó una nueva moneda con el nombre Morillera. Mas tarde, ya consolidada la Tercera República después de la Batalla de Carabobo el 24 de junio de 1821, el Libertador unificó el régimen monetario fijando el peso de plata con la Ley de la Moneda de Venezuela.

Mientras el Libertador gobernaba, el signo monetario nuestro se fortaleció de tal manera, que sacó de circulación a las monedas extranjeras. La moneda de plata bolivariana, contaba para su fabricación con toda la plata del Potosí y las minas de oro de Guayana. El Libertador en su concepción macroeconómica, trabajaba por la justa distribución de la riqueza, como la única formula para mitigar la miseria: rompió con todos los esquemas tradicionales de la productividad controlada por los poderes económicos, al incentivar la incorporación de la masa trabajadora al sistema de micro-finanzas, para generar una dinámica económica de oferta y demanda, basado no en el consumo desmedido (semejante al que nos trata de imponer el neoliberalismo), sino sustentado en la productividad, la independencia económica, el incentivo a las exportaciones, control de las importaciones, y un sistema monetario sustentado en inmensas reservas en metales preciosos. Así nació el bolívar como moneda, que se cotizaba a la par y la gloria del Libertador.

Hay que recordar que Venezuela había ganado la guerra a la primera potencia mundial de esa época que era España. Posteriormente, para dar mayor fortaleza al bolívar, el Libertador incorporó al patrón oro y plata las inmensas riquezas mineras del país. El 24 de Octubre de 1829, Simón Bolívar firmó un Decreto en Quito donde las minas de cualquier clase corresponderían a la República. Por el respaldo en oro y plata, se generó la gran fortaleza del bolívar como moneda oficial de la Gran Colombia y posteriormente de Venezuela.

Como sabemos el dólar comenzó a “penetrar” nuestra economía desde que José Antonio Páez como Presidente lo decretó como moneda oficial de Venezuela, después de la muerte del Libertador. No obstante lo que perseguía el dólar era simplemente que se acuñara con el oro venezolano de las inmensas minas de El Callao, ya que el oro escaseaba en todo el mundo para esa época. El bolívar se acuñaba con la plata del Potosí y el oro de Guayana, mientras en los Estados Unidos no había suficiente oro para acuñar sus monedas, por tanto en Venezuela se acuñaron las primeras “morocotas” que valían 20 dólares oro, que era la moneda norteamericana mas valiosa y por tanto de circulación limitada. La morocota de oro circulaba en Venezuela como moneda oficial durante el gobierno de Páez. Esa fue la mejor prueba del entreguismo de Páez a los EEUU.

Con la traída de los restos del Libertador a Caracas, el 29 de marzo de 1842, el Congreso ordena la acuñación, en Londres, de monedas venezolanas de cobre y cuño nacional denominada centavo, que representa la centésima parte de un peso fuerte, y llevará el emblema del Libertador con la inscripción República de Venezuela”. El 12 de junio de 1865, el Congreso promulgó una nueva Ley sobre el régimen monetario, estableciendo como unidad monetaria el “peso fuerte” de nombre “venezolano de oro” con la efigie del Libertador y el Escudo de Venezuela. Ante tal anuncio, Estados Unidos se vio nuevamente amenazado por la solidez monetaria del mercado venezolano con una moneda mucho más fuerte que el dólar. Luego de imponer su omnipotencia económica, obligaron a Venezuela retornar al antiguo bimetalismo, para dar curso legal al dólar.

Fue el presidente Antonio Guzmán Blanco, quién consolidó el régimen monetario venezolano por el Decreto de 31 de marzo de 1879, creando el “bolívar de plata” como unidad monetaria de Venezuela. El mismo Decreto prohibió la circulación de monedas extranjeras, que en lo sucesivo sólo se admitirían en su calidad de mercancías según su contenido del metal fino. Esto fue un duro golpe al dólar estadounidense que circulaba en Venezuela. La moneda de plata venezolana circuló libremente desde 1879 hasta la década de los 70 del siglo XX, o sea más de 90 años. El sistema métrico decimal se instauró en el sistema monetario por necesidad, para eliminar el sistema europeo que usaba la relación de 1 kg de oro igual a 16 kg de plata. Guzmán Blanco en 1886, autorizó a explotar las inmensas reservas de oro de El Callao, para proveer oro a la “Casa de Moneda”, donde se acuño el “bolívar de Oro”, llamado popularmente “pachano”, en alusión a su director, General Jacinto Regino Pachano. Durante el siglo XX, el auge en la circulación monetaria tanto en los billetes como en las acuñaciones de oro y plata, trae también un aumento de las reservas en oro, razón por la cual en la Constitución del 24 de junio de 1918, se decretó como unidad monetaria nacional: el “bolívar de oro”. Todos quieren invertir en el país, y se inicia una migración de personas de todos los rincones del planeta. Esta prepotencia de Venezuela, que no se veía desde la época de Simón Bolívar, alerta a los Estados Unidos con su escuálido dólar.

Para fines de 1929, se genera una crisis política financiada por los norteamericanos con apoyo de la prensa escrita. La campaña logra una devaluación del bolívar frente al Dólar, ante un público que acudía a los bancos a cambiar su dinero. La paridad cambiaria se fija a Bs. 3,90 por dólar. Pero tales eran las reservas de oro e ingresos petroleros que tenía el país, que el “Bolívar” se revaluó en mayo de 1937, para ubicarse a Bs. 3,35 por dólar, patrón cambiario que se mantuvo inalterable por 23 años, como un record en las finanzas de una nación. Venezuela en 1960 era la envidia del mundo, mientras el dólar estadounidense, la libra esterlina inglesa, el yen japonés, el marco alemán, y el franco francés, que constituían las naciones más poderosas del planeta, fluctuaban en el mercado cambiario, el bolívar no sufría ninguna variación. Era común oír en los mercados internacionales: todos bajan menos el bolívar. Venezuela era el país con el orgullo de ser el único país que tenía monedas de plata. Nuevamente Estados Unidos fija su estrategia contra de Venezuela, y a principios de 1961, ante una crisis coyuntural en los mercados petroleros mundiales, el gobierno de Rómulo Betancourt establecer un control de cambios para devaluar el bolívar en 4,30 por dólar; y la plata que caracterizaba el material por excelencia de nuestras monedas, fue sustituida por el níquel. Pero aún así, la fortaleza del bolívar es incuestionable en los mercados mundiales y nuevamente Venezuela impone otro record de 22 años sin fluctuación monetaria frente al dólar; que sumado a los primeros 23 años, nos convertimos en el único país que ha logrado una estabilidad invariable de su moneda por 45 años (record mundial).

¿Cuál es el estado actual del bolívar como medida de nuestra economía?
Los EEUU con su sistema económico neoliberal y su política de la dolarización, utilizan el poder del dinero para comprar la conciencia de los políticos de turno (ministros de hacienda, de finanzas, presidentes del BCV), quienes llevan al país a una espiral de devaluaciones interminables para dolarizar la economía venezolana, con una demanda desmedida de dólares para su funcionamiento. De esta forma el comercio requieren dólares, la agroindustria es sustituida por productos extranjeros que demandan dólares, todos los productos dependen del dólar. Las medicinas, los alimentos, los textiles, las manufacturas, la línea blanca, la línea marrón (muebles), los equipos y software informáticos, los equipos de telefonía fija y móvil, en fin, todo lo que se consume en el país. La economía de “puerto” hace que la mayoría de las empresas venezolanas son ensambladoras que requieren partes y piezas importadas (CKD), ocasionando una fuga inmensa de divisas. Los bancos compraban gran cantidad de dólares para jugar a la devaluación y la utilidad cambiaria. Prácticamente todos los dólares que nos llegaban por la venta del petróleo, que es de los venezolanos, se les vendían a un sector privilegiado, que a su vez los devolvía al exterior con una compra desmedida de productos importados, o simplemente como un negocio para depositarlos en sus cuentas bancarias, apostando a la devaluación.

La balanza de pago o sea la diferencia de exportaciones menos importaciones resultaba negativa, cayeron las reservas Internacionales, en un mercado especulativo de compra y venta de dólares, que terminó por quebrar las finanzas del país. Con este panorama ocurrió el tristemente célebre “Viernes Negro” el 18 de febrero de 1983, cuando el gobierno de Luis Herrera Campins estableció un sistema de Régimen de Cambios Diferenciales, RECADI, para restringir los dólares provenientes del petróleo; y a partir de entonces, el bolívar cayó vertiginosamente en una espiral inflacionaria especulativa auspiciada por las sucesivas devaluaciones, que en 21 años lo llevó de Bs. 4,30 a más de Bs. 1920 por dólar, para beneplácito de los imperios económicos que se beneficiaron de la brutal devaluación del bolívar. Además esos imperios económicos prosiguen en su intento de seguir devaluando a Bs. 2150 para el año 2005 según se refleja en la ley de presupuesto para 2005. Mientras tanto la mayoría de los venezolanos sufre la inflación más alta de Latinoamérica producto de esas injustas devaluaciones siendo los más perjudicados son los venezolanos de la clase media profesional y las clases populares.

Para el caso de nuestra moneda, se repite lo sentenciado por Pablo Neruda “el Libertador se levanta cada 100 años, cuando despiertan los pueblos”. Nuestra moneda, el bolívar, que orgullosamente ostenta el nombre del Libertador parece seguir esta tendencia. Así también, en la época actual, iniciando el siglo XXI con la revolución bolivariana en pleno apogeo, nuestra moneda retoma el símbolo del gran poder de nuestra economía, no ya con las inmensas minas de Guayana solo, sino con las reservas de petróleo mas grandes del planeta, las reservas mas grandes de gas del hemisferio, con una pujante agroindustria e industria en general, y con 25 millones de ciudadanos en se encuentran en plena retoma de la inclusión social, desterrando el analfabetismo, con la educación media y superior totalmente gratuita, y en vías de resolver la atención gratuita de salud como parte esencial de la seguridad social. El bolívar como moneda tiene todas estas inmensas riquezas de respaldo además del PIB robusto, por lo cual lo hace una de las monedas más fuertes del mundo.

Al igual que en el siglo XIX, la conspiración del dólar se ha manifestado durante el siglo XX y particularmente desde 1983 cuando después de 45 años de cambio estable, el bolívar se ha devaluado mas del 58000% hasta los niveles actuales. Esa conspiración del dólar contra el bolívar prosigue en estos inicios del siglo XXI. Nosotros la Asociación Civil Defensores del bolívar, luchamos por el rescate del valor de nuestra moneda como columna vertebral de la pujante economía venezolana. Hemos batallado contra los defensores del dólar, para detener las últimas devaluaciones de 2004 y próxima devaluación en ciernes de 2005, las cuales se han insertado maquiavélicamente en las leyes de presupuesto de cada año fiscal. Esa pelea la hemos perdido, pero hemos llamado la atención a quienes deciden estas políticas para abrirle los ojos ante tanta injusticia. Los venezolanos defensores del dólar, desde posiciones de gobierno han preparado esas devaluaciones, subestimando los ingresos petroleros, y sobrestimando los gastos, para de esta manera justificar las injustas devaluaciones.

A pesar que las conspiraciones del dólar contra el bolívar llevan casi dos siglos, nosotros tenemos fe que con tesón y continuidad haremos justicia al restaurar el verdadero poder adquisitivo al bolívar que mezquinamente y maquiavélicamente le han quitado.

(*): Ingeniero Civil, M.Sc. CIV No. 8511 – email: jairolarottas@cantv.net


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Jairo Larotta Sánchez

Ingeniero Civil UCV 1970, Magister Scientiarum Ingeniería Sismo Resistente IMME-UCV 1976, postgrado en UNAM Mexico, UC Berkeley (1974-77). Amplia experiencia en dirección, gerencia en empresas de ingeniería en el área petrolera e industrial. Consultor y asesor de 11 empresas privadas y asesor de Ministerio de la Vivienda y Ministerio del Ambiente (1988-2014), patólogo de estructuras (2005-actual). Construcción de edificios residenciales, centros comerciales, estaciones de metro, naves industriales (1979-86). Secretario Ejecutivo de FUNVISIS (1975-79). Once publicaciones científicas en congresos nacionales y mundiales sobre ingeniería sísmica (1972-77). Más de 120 artículos en Venezuela y exterior sobre monetarismo y macroeconomía (2003-actual). Orador en conferencias, foros, entrevistas por radio y TV sobre macroeconomía geoestratégica, creador del bolivar oro divisa y criptodivisa oficial asociada para venta de hidrocarburos, productos no petroleros, compra de bienes y servicios foráneos (2005-actual). Libros publicados: coautor de "Cien años de compañía", Editorial Don Bosco, Caracas 2006; autor de "El síndrome de la piñata en la idiosincrasia del venezolano", Editorial Dictus Publishing, Saarbüken, Deutschland (2014) ISBN- 978-3-8473-8853-1

 jairolarottas@gmail.com

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