Un viejo y horrible monstruo adelanta el ocaso de todo un proceso, las sombras de un antiguo aparato, cuyo modelo liberal (NEO año 90), oscurecen la luz del alba que se desprende, de las luchas del pueblo y no casualmente.
El pueblo que va adelante, retrocede al verle sus ojos, el monstruo mira complaciente, el rostro de gente impaciente, pestañea y resta el tiempo, bosteza y quita más tiempo, retrasando con ello, lo nuevo, sin que pueda defenderse, el hombre y la mujer despiertos.
"Lo que pasa es que no puede", eso le dicen al hombre de bien que es consecuente, añaden que "todo allí es complicado, que mejor se espere", le dicen que tienen que educarse, y pasa los años y la educación la mantienen secuestrada, porque sigue aún la formación la manejan a su antojo solamente; y cuando llega el tiempo de sacar las cuentas, resulta que es demasiado tarde, dejando pasar la hora, perdiéndonos sin transformar lo viejo, dejando, al corrupto y al burócrata, intactos y sanamente, aunque se retuercen del dolor por dentro sus esqueletos, robándonos así mismo todo lo que es nuestro.
Pero el pueblo si está muy claro, lo demuestran constantemente, batallan sin descanso y aprenden del entorno presente, y les dice a los que no me creen, que se bajen del sueño de su utopía cuasi-existente, recordándoles que son ellos, nosotros, el común que transforma lo malo evidente y no nosotros los de la élite, intelectual y muchas veces poco eficiente.
pues démosle al pueblo lo que nos dieron, porque fue gratuitamente, y aunque así no haya sido, seamos conscientes, de entregarles a los que no supieron, el saber que tenemos individualmente, pero que sea la calle, la que nos pide, la formación urgente y sea el barrio propiamente, el que cambie realmente.
Contagiémonos pues, de ser del pueblo, y no de un grupito inteligente; que se ensucie y lleve sol, como aquel obrero férreo insistente, que ya lleva mucho tiempo y no es poca cosa lo que éste entiende.
Y si el corrupto y el burócrata, se creen superior a nuestra gente, no le demos más aire, a esta clase de parásitos incipientes, que se enquistaron en el Estado, desde arriba hasta abajo, tambaleando el nuevo régimen, que se está creando para éste tiempo, tratando de ofuscar el horizonte nuestro, para acortar el camino en el que está andando ahora el continente.
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