03-06-21.-Trabajadores desactivados de Sidor ya tienen 10 días apostados a las afueras del portón uno de la empresa, reclamando la activación de sus fichas.
Son aproximadamente 45 trabajadores quienes se encuentran solicitando el reintegro de sus puestos de trabajo, en lo que han denominado como «el carpazo por la dignidad».
Y es que en unas carpas improvisadas duermen en chinchorros, allí cocinan con escasos utensilios y con los pocos alimentos que reúnen entre todos. Pasan el día y la noche esperando una respuesta de las autoridades de la empresa y hasta el momento solo han recibidos malos tratos, reportó el portal Radio Fe y Alegría.
El martes 1 de junio, los protestantes denunciaron a través de sus redes sociales, que les fue negada la entrada a la empresa cuando quisieron buscar unos utensilios de cocina en las instalaciones del sindicato.
Otros trabajadores que sí están activos les impidieron el paso. Carlos Rosas, uno de los organizadores de la protesta, denunció que también fueron amedrentados por parte de la Guardia Nacional Bolivariana por mandato del Presidente de la CVG Logística, el Coronel Jorge Luis Gómez Pimentel.
Otra de las denuncias que realizan es que la empresa CVG Logística ha tomado el control de la siderúrgica y aseguran que, aunque a ellos los mantienen inactivos por la pandemia, han incorporado al menos a 4 mil nuevos trabajadores a la nómina dejándolos a ellos por fuera, perjudicando la economía de unas 8 mil familias sidoristas.
Estos trabajadores hacen un llamado al Presidente de la República, Nicolás Maduro, para que «le meta la lupa a Sidor». Solicitan que el gobierno nacional que se aboque a la situación que viven los trabajadores de la industria.
Asimismo le piden al Fiscal General de la República Tarek Williams Saab, «que por favor ponga a derecho a toda la gente que está administrando tanto a Sidor como a la CVG, investíguenlos, es el clamor del pueblo sidorista».
Cabe mencionar que los trabajadores de Sidor, al igual que los de las demás empresas de CVG, desde hace más de siete años vienen sufriendo atropellos de un gobierno que hace llamarse obrerista. La imposición del contrato colectivo en 2014, que desmejoró cláusulas y la creación del memorando 2792 en 2018, fueron dos de los golpes claves del régimen contra los beneficios.