(Cumaná, 07 de noviembre de 2016). El estado venezolano está conformado por el Poder Ejecutivo, la Asamblea Nacional, el TSJ, el CNE y el Poder Moral, mismo que entre sí, deben garantizar los supremos intereses del pueblo, y cual más indispensable que el derecho a la vida, condición que para la Central de Trabajadores UNETE no se garantiza en el país desde hace varios años tal y como lo aseveró la mañana de este domingo José Antonio García portavoz de esta organización.
Según indicó García, entre los derechos del hombre y la mujer en Venezuela está el derecho a la vida, en su forma física, psíquica, social y de medio ambiente; en tal sentido aseguró que cuando el estado venezolano lo regula, no es para que el ser humano sobreviva como considera ocurre en la actualidad, es decir, que se le permita a la población respirar y tener signos vitales, sino que viva plenamente.
Explicó que, desde hace varios años en Venezuela producto de la crisis que califican de ética, política y económica, no se garantiza el derecho a la alimentación, la salud, la seguridad personal y de sus bienes, como tampoco al trabajo y al salario suficientes para adquirir la canasta alimentaria.
“Hay escasez de medicinas y alimentos; los hospitales están en el piso, el ingreso no alcanza y cada día más de 50 personas pierden la vida a manos del hampa y miles son robadas en las calles o en sus casas” dijo el líder laborista.
Aseguró que, el Gobierno nacional es uno de los principales responsables de la situación que transita el país; sin embargo, agregó que el resto de los poderes públicos tampoco contribuyen a garantizar el derecho a la vida plena, sino que los señaló de sumarse al deterioro nacional.
“El TSJ decide de acuerdo a la conveniencia del poder y no del pueblo, más de 90% de los delitos quedan impuse según cifras de la fiscal general de la república, el CNE rompe el hilo constitucional alargando el mandato de Gobernadores maula y la Asamblea Nacional parece no dar pie con bola” detallo el también vocero de la URT Sucre
UNETE cree que se ha podido evitar que miles, y incluso millones de venezolano padecieran hambre, enfermedades, violencia, despidos y pesares si las cúpulas de los partidos políticos se hubieran articulado entre sí para cumplir su tarea en el estado y gobierno, en vez de haber dejado al pueblo de último en su agenda.
