La historia oficial de los EE. UU., se cuenta como una epopeya de libertad, democracia y progreso. Pero bajo esa narrativa se esconde una realidad mucho más cruda: la construcción de un imperio de viciosos que, desde sus orígenes, ha expandido su poder a través del despojo, la guerra y la apropiación de recursos ajenos. Hoy, el despliegue militar en el Caribe bajo el pretexto de combatir el narcotráfico en Venezuela no es una excepción: es la continuación de una doctrina imperial que lleva siglos en marcha.
El mito fundacional: ¿Independencia o continuidad colonial?
La "independencia" de 1776 no fue una liberación de un pueblo oprimido en su tierra natal, sino una ruptura entre colonos europeos y la corona británica. Las Trece Colonias ya habían ocupado territorios indígenas, desplazado a sus habitantes y establecido una economía basada en la esclavitud. Lo que siguió fue una expansión sistemática hacia el oeste y alguno que otro peo de los ejércitos anglosajones del norte contra los del sur, justificada por el Destino Manifiesto, que proclamaba el derecho divino de EE. UU. a dominar el continente.
Desde sus inicios, Estados Unidos no fue víctima del colonialismo: fue su heredero directo.
Cronología del saqueo global
A lo largo de los siglos XIX y XX, EE. UU. ha intervenido militarmente en decenas de países. Cada invasión ha coincidido con intereses económicos, estratégicos o corporativos.
América Latina
México (1846–1848): Guerra de conquista que terminó con la anexión de más de la mitad del territorio mexicano.
Guatemala (1954): Derrocamiento de Jacobo Árbenz por desafiar a la United Fruit Company.
Chile (1973): Apoyo al golpe contra Salvador Allende para proteger intereses mineros.
Panamá (1989): Invasión para asegurar el control del canal.
Medio Oriente
Irán (1953): Golpe contra Mossadegh por nacionalizar el petróleo.
Irak (2003): Invasión bajo falsos pretextos, con destrucción de patrimonio y control petrolero.
Asia y el Pacífico
Vietnam (1955–1975): Guerra devastadora con uso de armas químicas.
Filipinas (1898–1946): Colonización y explotación agrícola.
Hawái (1893): Derrocamiento de la monarquía indígena.
Caribe y Antillas
Puerto Rico, Cuba, Haití, República Dominicana: Intervenciones militares para imponer gobiernos afines y controlar recursos estratégicos.
El teatro del Caribe: ¿Erradicación de drogas o codicia imperial?
En septiembre de 2025, Estados Unidos ha intensificado su presencia militar en el Caribe, alegando una ofensiva contra el narcotráfico. Sin embargo, no existen informes independientes que respalden la magnitud de la amenaza que Washington denuncia. El despliegue incluye destructores, submarinos nucleares y aviones F-35, una fuerza desproporcionada para combatir bandas criminales.
El gobierno venezolano ha denunciado que el verdadero objetivo es apropiarse de sus vastos recursos naturales: petróleo, gas, oro y biodiversidad. El presidente Nicolás Maduro ha calificado la narrativa antidrogas como "un cuento que nadie les cree".
¿Quién manda en la Casa Blanca?
Maduro ha acusado que el verdadero poder detrás de la ofensiva es el senador Marco Rubio, a quien llama "el mandamás de la Casa Blanca". La carta enviada por nuestro mandatario al presidente "pelucón" proponiendo diálogo fue rechazada públicamente, evidenciando que no hay intención diplomática, sino militar.
Un patrón imperial
Cada intervención de los anglosajones responde a tres constantes:
Recursos estratégicos: petróleo, minerales, tierras fértiles.
Ubicación geopolítica clave: rutas marítimas, fronteras sensibles.
Gobiernos soberanos: que desafían intereses corporativos o se niegan a alinearse con Washington.
Conclusión
La historia de Estados Unidos no es la de una nación que lucha por la libertad, sino la de un imperio que se expande bajo disfraces retóricos. El despliegue militar en el Caribe no es una operación antidroga: es una maniobra geopolítica para controlar recursos estratégicos y desmantelar soberanías. Recordar esta historia es resistir su repetición.