Las garras del imperio tras la infamia

Cínicamente y saturados de su propia propaganda goebbeliana, atribuyéndole al "enemigo" sus propios crímenes, Estados Unidos ha decidido dar un peligroso paso que lo acerque más al logro de su declarado objetivo de apropiarse por la fuerza de nuestras riquezas naturales; con particular interés en el petróleo, que aspira obtener de una fuente cercana y segura, en sus geoestratégicos planes de un futuro enfrentamiento directo contra China y Rusia, como "solución final" en un desesperado intento por detener su declinante poder como potencia hegemónica.

Se trata de los primeros bártulos para la puesta en escena de su anunciada obra, en la voz de Barack Obama catalogándonos como una amenaza inusual y extraordinaria para la entonces primera potencia económica y militar del mundo, Laura Richardson ex jefa del Comando Sur anunciando los preparativos para la acometida, y Donald Trump 1, confesando con un desparpajo pocas veces visto, que si se hubiera invadido Venezuela ya se habrían apoderado de su petróleo; entre otros autoproclamados defensores de "un mundo en reglas", como el amoral y repugnante Marco Rubio.

Pero para la complacencia y regocijo de la extremista camada opositora, agotada en incesantes procesiones a Washington, para prosternarse ante el monarca de turno con sus abyectas oraciones, estos planes en ciernes serían la consumación de sus ruegos para el inicio de la invasión y destrucción de la Patria Bolivariana y "así de fácil", una vez depurado (o sea, exterminados) de chavistas por los gringos el país, advendría una nueva era que bien pudiera llamarse: "el retorno de los amos del valle"; colocada por los marines en su sillón de Miraflores la señora Machado, como premio a sus fracasados intentos de ganar el poder por la vía democrática, y otros medidos ni tan…

En este escenario, tan vehementemente acariciado por los fascistas de oposición, se omite para no perturbar esa orgásmica sensación de triunfo, el papel del pueblo venezolano en una coyuntura tan decisiva para la soberanía de la Patria y el futuro de sus hijos. O simplemente se le subestima, al compararlo con el gigantesco poder del imperio más criminal que haya conocido la humanidad; olvidando así las lecciones de la historia (incluso la reciente), donde pueblos famélicos o de montañeses nómadas −gente harapienta pues−, dieron al traste con el ejército gringo, pretendidamente superior a cualquiera otro del planeta.

Y es allí donde está el meollo del asunto, porque si fuera tan sencillo hace rato que hubiesen llevado a cabo la intervención directa (todas las opciones contra Venezuela están sobre la mesa, lo han dicho una y otra vez); pero como no les resultaría nada fácil (y no significa que no lo pudieran intentar), han venido ensayando todas las tácticas y técnicas de sabotaje y desestabilización –incluido el asesinato de nuestro Eterno Comandante Chávez y los intentos de magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro− que hemos tenido que soportar los venezolanos desde el inicio de la Revolución Bolivariana. Aún así seguimos y seguiremos de pie…

Ahora bien, visto el asunto desde otro ángulo, es necesario resaltar el hecho de que estos movimientos preparatorios premeditados largamente, y ahora en ejecución a plena luz del día en medio de un despliegue mediático ensordecedor, no hayan merecido de la ONU el pronunciamiento correspondiente a un tema tan grave, como es la amenaza manifiesta a la soberanía e integridad de una nación libre y democrática. Hasta donde sabemos, apenas ha habido un mísero y elusivo llamado a resolver con diálogo las diferencias entre los dos países, y el anuncio a través de un intermediario, que el secretario general sigue de cerca los acontecimientos; como si se tratara de un simple partido de fútbol aupado por eufóricos hinchas de lado y lado, obviando que estamos en la antesala de una agresión militar por parte de una superpotencia belicista, que se ha valido de la mentira y el engaño para invadir naciones, que todavía están sufriendo los efectos catastróficos de la devastación a que fueron sometidas.

Por eso nos ha parecido pertinente y acertada la iniciativa del doctor José Agustín Reverón Orta, quien ha anunciado la presentación de una denuncia formal ante la Corte Penal Internacional, contra el presidente estadounidense Donald Trump y sus secretarios de Estado y de Defensa, al igual que contra determinados dirigentes de oposición, que en nuestro país han pedido públicamente y sirven de plataforma a estos siniestros planes de invasión a nuestro sagrado territorio. Puntualiza el abogado en su artículo de fecha 22/08/25 en Aporrea, entre otros argumentos lo siguiente:

"Este despliegue unilateral no solo constituye una amenaza directa contra la soberanía de la República Bolivariana de Venezuela, sino que podría configurar un crimen de agresión, según el artículo 8 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI), que define como tal "el uso de la fuerza armada de un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de otro Estado". Y alega que su iniciativa, motivada en su sentimiento patriótico como venezolano, está sustentada en las previsiones del propio estatuto, al permitir que cualquier ciudadano, organización o Estado se dirija al Fiscal con este fin.

De manera que al sumarnos a las diferentes acciones de calle o de carácter legal, promovidas o que pudiera promover el Gobierno Nacional, para rechazar la campaña de infamias y calumnias contra la nación venezolana, en las personas de sus más altos dignatarios; como pretexto para deshonrar el sagrado suelo, donde nacieron los próceres que le dieron libertad a los pueblos de América; al mismo tiempo queremos alentar y exhortar a nuestros compatriotas a unirnos a esta iniciativa en el mismo sentido, anunciada por el doctor José Agustín Reverón Orta –inclusive con nuestras firmas si fueren solicitadas− para que el caso sea elevado por el mismo pueblo agredido, ante la Corte Penal Internacional. Entre tanto, en respuesta a Goebbels diremos:

"Mientras más personas la escuchen, más fuerza tendrá la verdad"

¡Que viva la Patria de Bolívar y Chávez!

¡Que viva el presidente Nicolás Maduro!

¡Que viva el pueblo venezolano! ¡¡Venceremos!!

 

fabianjas@gmail.com



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1837 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter