Rusia y su importancia estratégica. (I PARTE)

Con mucho interés he seguido muy de cerca la diversidad de artículos que a través de APORREA, se han publicado con relación a Rusia, algunos con puntos de vista muy interesantes y otros tanto sin el soporte analítico de sus autores, lo que permite distorsionar la esencia misma del artículo y la confusión de los receptores de la información.

Rusia, así como los países que integraron la URSS y el bloque Oriental en su búsqueda por un nuevo ordenamiento político-social y económico, han caído en una trampa que más temprano que tarde los deberá conducir a un proceso de reconversión y estudio de su situación actual.

El Capitalismo salvaje ha desnaturalizado los logros que había alcanzado la URSS hasta finales de los años 80. Los máximos líderes del PCUS, se distribuyeron las riquezas sumiendo a la población en la más absoluta de las miserias. El poder económico devino en una de las crisis más profundas históricamente recordadas, fortaleciendo el poder político de la nueva dinastía oligarca en pleno proceso de su conformación.

A raíz del saqueo y la distribución individualizada de las riquezas, emergen nuevos paradigmas, que sólo se conocían en la literatura.
La extinción del Partido Comunista como única fuerza motora de organización del poder político coadyuva a la debacle y con ello el proceso de deshumanización de la sociedad se acelera. El fortalecimiento de lo material sobre lo espiritual se trasforma en un proceso individualizado en cada uno de los integrantes de la sociedad y su la lucha por alcanzar por la consagración de esos bienes materiales la convierte, a Rusia, en una antología de Sodoma y Gomorra postmodernista.

Con la llegada de ese nuevo orden político-económico y social, la miseria se distribuye a todo lo largo y ancho del país. Rusia comienza un nuevo auge, que sólo alcanza a Leningrado (hoy San Petersburgo) y relega al olvido a todo el resto de su inmensa población Los males de toda sociedad capitalista son los primeros en emerger, las mafias, las drogas, la prostitución, la deserción escolar, el desempleo, se condiciona el acceso a Rusia de todos aquellos no nacionales, que conformaron parte de la URSS.

Europa Occidental entra en el juego político-económico, así como USA, se conforman alianzas estratégicas que sólo buscan ahogar a la Rusia capitalista naciente, no lo logran, el petróleo y su producción de más de 11 millones de barriles diario, sacan a flote al país, en más de tres intentos de llevarla a la ruina. Todos los intentos son fallidos y las alianzas de las cuales fueron parte algunos países del bloque oriental no logran sus objetivos.

El presidente Putin a su llegada al poder promueve el reordenamiento del Estado, concilia con los grupos económicos y políticos (muchos de ellos en pugna), y da una nueva reorientación a la estructura de la sociedad en lo político. Logra detener por un tiempo el caos. Sin cambios radicales en lo social. Un pueblo que no logra entender y asimilar un sistema de salud en la otrora ex URSS completamente gratuito y que, hoy por hoy, se encuentra colapsado y privatizado, al igual que la educación, las políticas habitacionales y todos los servicios que debería prestar al Estado, convirtiendo a Moscú en una de las capitales más caras del mundo, por no decir la primera. Los recuerdos y las recriminaciones toman todos los espacios, pero ante la evidente aparición de una clase joven (20 a 35 años promedio) que se ha criado y desarrollado en esa nueva sociedad, los recuerdos y recriminaciones se evaporan en el pensamiento de los que reniegan de la mala distribución y el colapso que ha traído como consecuencia un mal llamado, Glasnot y Perestroika.

Surgen nuevas organizaciones políticas escisiones del otrora poderoso Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) que se repliegan en toda la geografía de las 16 Repúblicas (de la ex-URRS), las mismas que en el pasado, conformadas en un sólo bloque, no permitieron el desbalance militar a nivel mundial, lográndolo por muchos años, frenando así la hegemonía militar de los Estados Unidos de Norteamérica., los amos del planeta.

Las razones son muchas, a mi modo de ver, del por qué cae el bloque Oriental, que van desde la guerra económica, promovida por USA y sus aliados (basta preguntarse donde nacen los American Corners, denunciada su propagación aquí en Venezuela por Eva Gollinger y permitida por gobiernos regionales), así como la inversión de valores, la mala praxis de políticas económicas, y la ponderación de la supremacía de lo material sobre lo espiritual.

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Ricardo Abud

Estudios de Pre, Post-Grado. URSS. Ing. Agrónomo, Universidad Patricio Lumumba, Moscú. Estudios en Union County College, NJ, USA.

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