Un Negro Primero, frenó a Gedeón, el guerrero poderoso

El empleo por el imperio estadounidense de ejércitos de mercenarios para acometer acciones bélicas o actos de terrorismo en contra de países soberanos, y la manera sanguinaria de actuar estas formaciones armadas contra sus víctimas, responden a una práctica de corte claramente sionista. De acuerdo con las enseñanzas de la Historia, los antiguos reyes sucesores del conquistador Alejandro El Grande, empleaban a ciertos segmentos sociales de los lejanos antepasados de quienes hoy entrenan a estos grupos criminales, con el propósito de defender con eficacia los puntos débiles de los territorios conquistados , así como tapón de contención de las invasiones de los reinos y pueblos rivales, y también, en muchos casos, los utilizaban como punta de lanza de avanzada para extender sus dominios territoriales. Los monarcas griegos los seducían ofreciéndoles tierras donde podían vivir en paz, sin temor a sufrir persecuciones, desarrollar sus actividades comerciales y sin la obligación de pagar ninguna clase de impuestos. El descuartizamiento de las poblaciones de las ciudades sometidas , la sed de sangre y el ensañamiento contra el combatiente caído, constituían el sello de distinción de estos ejércitos privados. Salía más barato a los reyes utilizar a los mercenarios que disponer de sus propias fuerzas militares, las cuales reservaban para ineludibles y decisivos combates donde estaban en riesgo el poder real o la integridad territorial del reino. En los desmembramientos y torturas sistemáticas de los paramilitares colombianos se adivinan las huellas de una refinada educación criminal impartida por agentes del Estado sionista de Israel, muy dados a copiar aquellas antiguas prácticas. También el grupo criminal Silver Corp, contratado por el gobierno de los Estados Unidos para agredir a otros pueblos y atentar contra sus legítimas autoridades , no es de dudar que cuenta entre sus entrenadores a elementos que han hecho vida en el ejército o en los servicios secretos israelitas. Aunque pueda parecer una especulación pueril, el nombre de la operación fallida organizada por la terrorista Silver Corp, destinada a quitarle la vida al presidente Nicolás Maduro, a los miembros de su gabinete y a otras autoridades venezolanas consideradas como objetivo militar, con el propósito de caotizar el país , en unión de otros grupos asesinos que se encuentran solapados en sectores populares, es muy revelador. Se llamaba “Operación Gedeón”. El nombre de Gedeón es muy significativo. Corresponde al quinto de los jueces israelitas considerado uno de los más sobresalientes en su obra guerrera contra los pueblos enemigos, Su nombre significa el Gran Destructor”, “Guerrero Poderoso.” , signado con el mandato divino de llevar a la libertad al pueblo oprimido por sus enemigos. Esto no es casual. Solo revela la mano oculta tras el aparato de terror contratado por USA , que pronto permitiría que la bandera Imperial ondeara nuevamente en su sede diplomática de Caracas, según declaraba con gran satisfacción y poco olor de santidad, el ex CIA , Mike Pon Peo, pocas horas antes de la captura de los integrantes del grupo terrorista, en aguas territoriales de Venezuela. Indudablemente, la DEA estaba detrás del “personal contratado”, pero no le puso el nombre a la operación. La habría llamado con el mayor orgullo,, “Operación Coca-Cola” Quienes irreverentemente calzaron el nombre del juez Gedeón a la operación terrorista contra Venezuela, jamás pensaron que un “Negro Primero”, luchando en defensa de la libertad de su pueblo, frenaría al Gran Destructor, al Guerrero Poderoso, cuya memoria no debería invocarse para acompañar causas infames.


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