Siria el último bastión para la defensa de la Humanidad

Insólito, el presidente de los estados unidos de Norteamérica Donald Trump se quería caer a tiros con Putin, el presidente de la federación Rusa. Así es, Trump manipulaba su Cold 45, como en el viejo oeste. Solo que ahora, está probando los nuevos juguetes de guerra que la gran industria armamentista, le ha pedido que muestre al mundo para su dominio mundial.

Esta barbaridad, del país que dice defender los derechos humanos, no tenía fecha. La gran jugada maestra. Ayer se cumplió lo prometido por las redes sociales. Siria, es el lugar ideal para probar nuevos juguetes. Su devastación aún no termina. Mientras en los escombros, se asome un rastro de vida y resistencia, Trump está allí, para hacerla desaparecer.

Estados Unidos es un país de burbujas. La escasez del petróleo, y su deuda impagable, permite suponer que pronto entrará en crisis. Cuando esto sucede, la solución es inventar una guerra y dibujar un enemigo que anime la histeria de un pueblo dominado por las mentiras de sus medios, para levantar la histeria de un patriotismo ramplón que se sostiene por la sangre pueblos inocentes.

La histeria de la seguridad nacional será un nuevo argumento de este anaranjado presidente que nos predestina un mundo de caos para los próximos años. Ante esta situación, Rusia, otra potencia de igual tamaño armamentista, no se queda atrás, pero no desespera, es cautelosa y ante el mundo pretende no ser la primera en provocar la guerra final que destruya a la humanidad. Sabe de las alocadas salidas del contrincante y espera en la bajadita al contendor, más se prepara para defender compromisos contraídos y utilizará la diplomacia para acallar al insolente Trump, que no respeta derechos humanos, ni derechos internacionales.

Siria, es una vez más, la civilización castigada por tantos aportes a la humanidad. Su cultura casi ya destruida materialmente, será el último bastión donde se defienda el futuro incierto del género humano.

A último momento, Trump, ha decidido lanzarse con todo y contra todos. Es la locura desatada por un gobernante con la peor sensibilidad humana que se haya demostrado en los tiempos modernos después de Adolfo Hitler. La destrucción de un pueblo entero, la toma de un país que no incide sobre la frontera del país agresor, ni genera peligro alguno para la humanidad, pretende ser devastado con la finalidad de servir en bandeja de plata, una oferta petrolera y estratégica para las grandes corporaciones armamentisticas que dominan el gobierno corporativo de los EE.UU. Es un juego de grandes inversionistas que apuestan a la matanza para hacer grandes negocios. Se debe recordar que las grandes empresas y corporaciones son accionistas de las empresas de armas, aportan partes y finanzas para producir armas, para la defensa de su modelo económico, ante la amenaza mundial de cualquier asomo de un cambio radical de la forma de gobernarse los pueblos, sobre todo si el mercado no es el principio y fin de las constituciones de los estados libres del mundo. Entramos a una vieja y renovada forma de hacer inmensas fortunas de dinero bañada en sangre. Siempre lo han hecho y continuaran haciéndolo, para brindarle a sus generaciones, las que heredaran sus fortunas una vida libre de preocupaciones. Ese es el ideal de los yanquis.

La zona ya está caliente. La respuesta de Rusia será inmediata en los escenarios diplomáticos. Es su costumbre, así es la fría y cautelosa diplomacia Rusa. Tendrá su efecto seguramente, cuando EE.UU. haya hecho alarde de sus armamentos modernos, ya se habrán lucido los gringo y en Walltree(Bolsa de valores), las empresas elevaran sus puntos, lo que indicará que los compradores se activarán para llevarse los juguetes nuevos para sus países, después de grandes e ingentes inversiones de dinero en la cual, los grandes bancos serán protagonistas principales y los israelíes, serán los primeros en encabezar la lista, de vendedores y compradores.

El golfo, comienza a reorganizar sus movimientos estratégicos de guerra, Irán, Rusia y otros países no comprometidos con EE.UU. estarán alertas, una devastación como la Sufrida en Kuwait, generaría una catástrofe de grandes proporciones, a nivel de pérdidas de vidas humanas y el quemado de pozos petroleros acelerará el proceso de recalentamiento del planeta lo cual, indica que la irresponsabilidad de Trump, no tiene límites, al no sopesar todas las consecuencias que una guerra en la zona, incluso afectará su seguridad nacional interna, su economía y el rechazo mundial a una nación guerrerista que no termina de entender que el hombre es un ser libre y generosos por naturaleza.

Venezuela se colocara otra vez al borde del precipicio al abrazar la causa Siria, Trump no perdonará esta solidaridad y generará medidas más extremas que nos afectará grandemente, si aún vendemos petróleo a EE.UU. será Trump quien decida bloquear todos los caminos por donde nuestro tanqueros salen y las embarcaciones que traen alimentos no lleguen. Esto es lo que seguramente el pentágono ya tiene medido. Una guerra impacta en todo el mundo con base a las posiciones que los países asuman. Estas con Dios o con el Diablo. He allí la cuestión de fondo.

 

*Dirigente del PPT. PORTUGUESA.

 



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