No por mucho madrugar amanece más temprano

Maracapana

Entre los vericuetos de estos momentos de transición, el apunte histórico también sufre sus desmanes, el afán por definir posiciones ante la humanidad y la comunidad que se representa, el apunte histórico parece como pasajero que no quiere perder el metro en la hora pico, ajuro puja por entrar en el tren de la Historia. Es bueno el afán, pero creo, sin calificar a los investigadores que estén detrás de estos estudios, que su aplicación se nota que no está tratada de la manera que exige el propósito complejo a despejar, que, por el lado del paciente, anhela curarse por completo. No es con medidas aisladas que se logra la siembra. Se aprecia snob, dado el interés aislado, cuando son múltiples aristas las que hay que apreciar en presente de un fenómeno que luce muy articulado, por lo tanto se trata de desmantelar un aparato colonizador que es sombra poderosa transformadora de zombi al cuerpo que transita esta era, para poder acoplarle el nuevo descubrimiento.

El 25 de julio de 1567, se dio una batalla campal en las inmediaciones de lo que hoy es el Parque del Oeste y Plaza Sucre, entonces denominado Maracapana "Sitio de las Maracas", una llanura cerca de la laguna de Catia, con galerías de palmeras y totumales, y éstos, árboles muy valiosos para las etnias aborígenes de donde sacaban totumas para maracas, cuencos, botellas, utensilios, imágenes, en fin, Maracapana. Nada que ver con la otra Maracapana, mandada por Cumanagotos en lo que hoy es Guanta-Puerto La Cruz. Fue un día trágico para la resistencia indígena. Comandó el lado aborigen, el gran jefe Tiuna, por ausencia de Guaicaipuro (Lancero de Los Cerros), que era el Guapotori, o jefe principal de la confederación de 17.000 aliados, aunque tampoco concurrieron varios de los jefes convocados (Conopaima y Prepocunate entre estos). El campo de batalla era "jurisdicción" de los toromainas que mandaban Paramaconi y Catia. La derrota marca el final de esta "federación". Se dice que el mal tiempo impidió al jefe teque su llegada a punto. Pero sí estaban Catia (maestro de Guaicaipuro), Baruta su hijo mayor, Urraca, Atuey, Araira, Naiguatá, Chacao, Aramaipuro, Araguaire, Urimare, Guaicamacuto, Terequepano, Popure, Querequemare, Urimatá, representantes de los pueblos Mayas, Petares, Guarenas, Mariches, Teques, Tarmas, Toromainas, Terepaimas (Arawacos), Meregotos, Jacariguas, Aracuas, Quiriquires, Chacaragotos, Tomuzas y Cuaribes, casi todos pueblos del tronco cariña.

El pueblo de Guaicaipuro, Suruapay, o Suruapo, estaba asentado en donde hoy está Los Teques con una punta avanzada en donde hoy se encuentra San José de Los Altos. La confederación había nacido de una propuesta suya en 1560, con el propósito de extirpar al invasor español, luego de haber acabado con el fundo de San Francisco y haber expulsado a Francisco Fajardo en quince años de intento de poblar la región de castizos y encomendados. Guaicaipuro y sus aliados habían acabado con Rodríguez Suárez, su familia y el grueso de mineros que explotaban unas minas de oro en territorio teque. Los compañeros, sobre todo Catia, Tiuna, Terepaima, Prepocunate y Conopaima habían salido airosos en casi todos los encuentros que tuvieron contra el invasor durante este período confederativo. La derrota marca el principio del aflojamiento de la resistencia, dando paso a la fundación de una ciudad que realizaron Diego de Losada y su alférez Juan Gabriel de Ávila en marzo siguiente (1568) dedicando la fundación al santo que "protegió" al invasor en la batalla, Santiago Apóstol.

Si bien es importante deslastrarse de los recursos que alimentan el colonialismo, creo que hay que abrir esa válvula a los flancos y colaterales para que el servicio PUEDA entenderse y paralelamente siembre los nuevos frutos. Son múltiples estos flancos que al darle preponderancia a uno, queda el riesgo de hacer el clown con el resto enristrado contra el que descuelle. Está bien, muy bien que el estudio hurgue estos datos para fomentar el acervo ancestral aborigen que nos pertenece, pero díganme entonces, ¿QUÉ HACE UNA ESTACIÓN DE TELEVISIÓN CON LA DENOMINACIÓN DE "ÁVILA TV" CUANDO ES PRECISAMENTE DE ESOS ENTUERTOS QUE ESTAMOS DESLASTRÁNDONOS? El "Juanga" de Ávila no fue ningún beato. Famosos fueron sus mastines cebados de carne indígena, el arrebato aurífero al Caño Amarillo, que proporcionó más muertos que pepitas doradas encontradas y por supuesto, el primer latifundista de la región al que le siguieron, entre otros, García González y Simón de Bolívar, cuyas posesiones definieron el mapa territorial de lo que será la Provincia de Caracas (hoy estados Miranda, Guárico, Cojedes, parte de Portuguesa, Yaracuy, Aragua, Carabobo Vargas y Distrito Metropolitano).

Es como esa lucha contra Colón, que se hace pueril, si sólo ven a Colón y no se ven los quistes de colonización. Esas denominaciones de renglones productivos, que hacen en inglés, tan ridículas como "Fashion Modas" (algo así como Modas Modas), términos que hay que extirpar a como dé lugar, porque fecundan la continuidad subconsciente de una supuesta contundencia en el vocablo ajeno, ya, desde las planillas deben contener esa ordenanza prohibitiva capital. Estamos en un Preescolar de proceso, hay que asumirlo. El conocimiento de lo que aquí ocurrió el 25 de julio de 1567 debía PROLIFERARSE cual hierba caracas, desde atrás, no esa sorpresa, que, aunque algunos lo supiéramos, una campaña educativa mediática instalada desde el puro metro y hoy celebraríamos el poder invencible del Waraira Repano, naciendo nuevamente en sus hijos renovados.

arnulfopoyer@gmail.com


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Arnulfo Poyer Márquez


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