Artículo acerca de la problemática que padecen los Pueblos Indígenas en la Sierra de Perijá

El problema del Carbón en la Sierra de Perijá

Todo Pueblo tiene derecho a protegerse contra los que matan el alma... por boca de lo nuevo habla también lo viejo, lo ancestral y lo reciente de los últimos 500 años... es la voz de la Tierra que se resiste a separar su ancestralidad de las últimas formaciones económicas y sociales... hablamos en el sentimiento más que en las voces formales de las Lengua franca..."
(Saúl Rivas-Rivas)
 
¿Quiénes habitan la Sierra de Perija?


Las comunidades indígenas de la Sierra de Perijá del Estado Zulia que conocemos, y que han tenido estos problemas, son los Pueblos Barí y los Pueblos Yukpa.

Según el espíritu Sabaseba, los Barí provienen de la Piña, y se caracterizan por ser un pueblo colectivo nativo bajo la conducción de su patrimonio propio y con jurisdicción propia, de filiación lingüística Chibcha, siendo algo más de 4000 personas, y habitando la zona limítrofe entre Venezuela y Colombia. Constituyen unas 35 comunidades, distribuidas entre el Río Santa Rosa y Río de Oro, abarcando los Municipios Machiques de Perijá y Jesús María Semprun.

Respecto a los Yukpas, son de filiación lingüística Caribe, y descendientes de Amoretocha, espíritu de la Naturaleza en los tiempos de Tamoriacha (proveniente del Manuracha). Habitan entre el Río Santa Rosa en el Sur, hasta el Río Palmar en el Norte, abarcando los Municipios Rosario y Machiques de Perijá, e incluso en el Municipio San Francisco, siendo también algo más de 4000 personas.

El comienzo de la problemática (para los Pueblos Indígenas)

Para los Pueblos originarios, la Humanidad pertenece a la Tierra (Pacha Mama) y por tanto se debe a ella y a su amable cuidado. Pero desde hace más de 500 años, cuando vinieron los Invasores de ultramar, el Capitalismo Patriarcal ha venido intentando imponerse con aquella lógica de dominación y expoliación según la cual la Tierra "es un recurso explotable" dentro de una "economía de escasez", convirtiéndola en una "propiedad privada" de uso y de compra-venta (o sea, en una mera "mercancía").

Los Pueblos Indígenas han resistido y luchado desde entonces, e incluso lucharon junto con los Pueblos Afrodescendientes en la pretendida "Guerra de Independencia" del Estado-nacional, quedando ésta tierra manchada de su sangre. A raíz de ello, el Libertador Simón Bolívar les prometió devolverles sus territorios el 20 de mayo de 1820 en los siguientes términos: "...se devolverá a los naturales, como propietarios legítimos, las tierras que formaban los resguardos, según títulos cualesquiera que sean el que aleguen para poseerlas los actuales tenedores" (Cesáreo de Armellada, "Fuero indígena venezolano", UCAB, 1977). En ese espíritu bolivariano, incluso en la "Constitución de la República Bolivariana de Venezuela" (publicada en Gaceta Oficial del jueves 30 de diciembre de 1999), reza textualmente que:

"El Estado reconocerá la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, su organización social, política y económica, sus culturas, usos y costumbres, idiomas y religiones, así como su hábitat y derechos originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan y que son necesarias para desarrollar y garantizar sus formas de vida. Corresponderá al Ejecutivo Nacional, con la participación de los pueblos indígenas, demarcar y garantizar el derecho a la propiedad colectiva de sus tierras, las cuales serán inalienables, imprescriptibles, inembargables e intransferibles" (Artículo 119)

A pesar de todo esto, sigue subsistiendo en el "Ordenamiento Territorial" Estatal vigente el problema de los Derechos ancestrales sobre las tierras que tradicionalmente han venido ocupando dichos Pueblos. Y es que lo que ha venido ocurriendo es que sectores importantes del Estado venezolano (que se supone es un "Estado de justicia"), siguen siendo reacios a un verdadero reconocimiento de la diversidad cultural que conforma nuestro Pueblo ("multiétnico" y "pluricultural"), pues han venido actuando con total irrespeto a las culturas originarias y ancestrales, y sin considerar NUNCA el Impacto ecológico y cultural que muchos de sus proyectos conllevan... El peligro de extinción de estas culturas no es su preocupación.

Según ésta racionalidad de Estado, los idiomas, cosmovisión, comunitarismo, concepción sagrada de la naturaleza, espiritualidad, arquitectura, danzas, música, tecnología, etc., que durante más de 40.000 años permitieron una vida feliz, convivencial, sana, igualitaria, no depredadora, han de sucumbir ante cualquier proyecto de expansión económica de las Empresas Capitalistas multinacionales

Sobre éste particular, algunos indígenas del Sur de país dijeron lo siguiente:

"Antes vivíamos bien, sin preocupación, nadie nos molestaba, estábamos en paz y armonía ente nosotros, ahora con este proyecto no vivimos bien en la comunidad... Algunos todavía vivimos como vivían nuestros ancestros y nuestros abuelos, rayamos yuca, tenemos como curarnos, hacemos nuestros remedios, pero desde hace algunos años ha venido la invasión de otra cultura que ha alterado nuestro orden y con el... (proyecto) estas consecuencias se acelerarán... Actualmente las comunidades son una colectividad que comparte, eso se va a perder... ya lo estamos viviendo, ya nos estamos poniendo individualistas, y ¿de dónde viene eso?, nos estamos adaptando forzosamente a una cultura diferente". (Carta de los Caciques y Comunidades Indígenas al Presidente Hugo Chávez, Caracas, 17- 08- 2000.)

Es el Desarrollismo evolucionista y positivista que se basa en la consigna derechista del "Orden y Progreso", la cual en nombre de un supuesto Futuro ha venido haciendo llamados a proteger el "Interés Nacional", la "Soberanía Nacional", la "Política de Seguridad", la"Seguridad de Estado", etc., avanzando sobre todo en aquellas Estrategias Neoliberales de Integración "por hechos cumplidos" (según la economista J. Valencia) que "desintegran el cuerpo social a favor de integrar lo que los grupos dominantes consideran lo rentable, encubriendo en los medios para lograrla, una invisible injusticia: la exclusión, en particular, de los derechos de los pueblos a una vida propia, original, basada en sus valores más vitales".

En la lucha hegemónica –contrahegemónica por disputarse el Porvenir, el Patriarcado Capitalista que desarrollan las Empresas Trans-Nacionales (ETN) y sus Estados asociados propone dividir el "Tiempo Hegemónico" en Contemporaneidad (para quienes generan y tienen el Poder) y Simultaneidad (para "el resto"), dividiendo la realidad social en dicotomías. Así crean un futurismo supone un pasatismo: futurismo para Ellos y pasatismo para l@s demás. La siguiente cita da cuenta de éste procedimiento mental:

Paradójicamente, una visión universal sólo basada en el concepto del futuro es la que amenaza el futuro. La voracidad ecológica de la cultura que lanza el mito del progreso amenaza con...cerrar el futuro...coloniza el futuro. El dominio de un concepto lineal del tiempo, combinado con la hegemonía cultural, sólo puede crear un orden... en el que el pasado de otros y sus alternativas de futuro se destruyen y el sueño de futuro de todos se convierte en el presente...del hombre industrial. Otros senderos, otros caminos, otras historias no se perciben, y al no ser percibidos son borrados.

Veo claramente la profundidad con que el pensamiento lineal se ha asentado en nuestras mentes cada vez que discusiones sobre otras realidades contemporáneas, libres de la forma de actuar occidental y patriarcal, hacen surgir la pregunta: "¿Es que quieres hacernos volver al pasado?" o "¿Quieres hacernos volver a la Edad de Piedra?". Y cada vez me sorprende el esquema mental que permite que el presente y futuro de culturas no occidentales se conviertan inmediatamente en el pasado del hombre blanco" (Vandana Shiva, El Vinculo Sagrado con la Tierra, en Rev. "Nueva Conciencia", Integral, 1994)

Este manejo de un Tiempo hegemónico convierte a las Comunidades indígenas en algo de carácter "pre-hispánico", "pre-historico", "pre-industrial" (o flojo), "pre-racional" (o irracional), "pre-lógico" (o subjetivo), "pre-moderno" (o primitivo), "pre-cultural" (o "natural"), y por tanto, en tribu "salvaje" (o bestia), residuo "bárbaro" (o caníbal), "estancado", "retrazado", "atrasado", "aborigen", "superado", "étnico", "exótico", "folclórico",etc.

Sin embargo, los Pueblos originarios indígenas contemporáneos que mantienen su ancestralidad y arraigo, a sí mismos no se ven de esa manera.

Haciendo una breve memoria...
Ya en los comienzos del año 1991 comenzamos el vinculo con los pueblos Yukpa /Barí, en un trabajo conjunto con el Centro Nacional de Formación India, y con el voluntariado de la Universidad del Zulia  que participó en el I Encuentro Nacional de Estudiantes de Sociología (ELES) de Venezuela
 
En lo adelante, pudimos conocer que respecto al pueblo Bari, desde 1900 a 1983 el Estado venezolano les redujo su Territorio originario hasta un 11% de su superficie original, en beneficio de las entonces empresas estadounidenses Shell (Colon Development Company), Standard Oil, Colpet, Creole, y en beneficio de algunos ganaderos y de algunas Misiones (Católicas y Evangélicas).
 
En este último caso, éstas propiciaron procesos de corte asimilatorio y colonial, tal como lo demuestra la presencia "civilizatoria" -en "representación" del Estado- de las Misiones Religiosas en las zonas fronterizas (Las Misiones religiosas constituyen una herencia legada a la República por el pasado colonial, y fueron restauradas en 1840.
 
En 1909 se promulga una Ley de Misiones -seguida de su Reglamento en 1925- ratificada en 1915 -durante el mandato del Presidente Juan Vicente Gómez- que permitió dar estatus legal de preferencia a las Misiones, a las cuales el Estado venezolano encargó la tarea de "reducir y atraer a la vida ciudadana las tribus y parcialidades indígenas no civilizadas que aún existen en diferentes regiones de la República y con el propósito, al mismo tiempo, de poblar regularmente esas regiones de la Unión (art.1)".
 
Dicha Ley de Misiones reguló por vez primera lo relativo a los Territorios Indígenas: el Ejecutivo Nacional -a través del Ministerio de Relaciones Interiores-, delegó su autoridad y soberanía sobre los Territorios asignados (Vicariatos del Amazonas, Alto Orinoco, Machiques y Delta Amacuro) a los Misioneros Católicos (Capuchinos, Salesianos, Dominicos, Lauritas).
Posteriormente, con el Convenio entre la República y la Santa Sede (Vaticano) de 1964, se pretende ratificar la presencia del Estado (su "Soberanía") en las "deshabitadas" fronteras nacionales, mediante la permanencia en dichas zonas de las Misiones Católicas como representantes - reconocidos oficialmente- de la sociedad "civilizada" (nacional criolla o mestiza).
 
Esta política se orientaba a la reducción progresiva de las comunidades autóctonas a poblaciones de corte europeo, que sirvieran de apoyo a la instalación migratoria de nuevos colonos.
 
Esta presencia misionera no estuvo exenta de dificultades con los habitantes autóctonos, quienes rechazaban la penetración foránea, a pesar de las "buenas intenciones" e ingenuidad de los Misioneros y del apoyo del Estado).
Estas situaciones fueron agravadas durante el Gobierno de Carlos Andrés Pérez (CAP). Desde ese entonces hemos mantenido contacto con personas que han sostenido una labor de estudio y/o denuncia, algunas hasta el día de hoy y otras no, así como con habitantes y "lideres" comunitarios de varias comunidades indígenas y campesinas de la Sierra de Perijá.

Haciendo también una breve relación, tenemos que:
En 1990, la Corporación de Desarrollo de la Región Zuliana (CORPOZULIA) aprueba nuevos yacimientos carboníferos en la Sierra de Perijá, afectando la zona de San Francisco (El Bajo), impactando a las comunidades Yukpa y Barï del Tukuko, Marewa, Peyará, Totayonto, Shukumo, Karañakai, Itabobó, Yera, etc., y las cuencas de los ríos Tokuko, Sucumo, Totayonto, Yuyima, Paila, Caño Azul, Aricuiza, Caño del Norte, Caño del Medio, Caño Buena Esperanza, Caño Nuevo, Caño San Pablo, río Lora, Cinco de Julio y río de Oro, e impactando la serranía de Marewa o Abusanqui.
 
En 1992 las empresas CORPOZULIA, MAICCA, PLANIMARA y TABLICA afectaron de nuevo a las comunidades Barí y Yukpa, sobre un área de 50 hectáreas.
 
En 1994 entrevistamos al yukpa Javier Armato, pues en ese año el Gobierno masacró a un grupo de Yukpas en Kasmera, y acompañamos a la familia yukpa Romero Bohórquez en su problemática de salud, producto del desplazamiento forzado de estas comunidades. También masacran habitantes del pueblo Wayüü en la zona de Paraguaipoa, en la Guajira "venezolana".
En ese mismo año las empresas CORPOZULIA, CARBOCA, CARBOPECA, CONSULMINCA, COSIMINCA, MAICCA y MARAVEN impulsan proyectos de explotación turística y minera (petrolera y carbonífera) hacia el sur-oeste del estado Zulia, por el extremo sur (río de Oro) y por el extremo norte (río Apón), desde el poblado perijanero de El Llano, hasta Casigua El Cubo, afectando a los Pueblos Yukpa y Barí.
 
A partir del 1997 han incidido con más fuerza la empresa Corpozulia, los terratenientes y ganaderos (terrófagos), quienes incluso colocaron cercas eléctricas, para aniquilar a los grupos indígenas que se desplazaran por sus Territorios, entre haciendas, entre "hato y hato" (a comienzos de este milenio y de este siglo, se incorpora Carbozulia en estos proyectos desarrollistas).
 
En los primeros meses de 1998 las empresas Carboníferas buscan establecer Puertos y Depósitos de Carbón en Caimare, Perijá, en San Carlos y el islote de San Bernardo, así como las islas de Toas, Zapara, conectando de esta manera a las minas de Paso Diablo, Mina Norte, Socuy, Maché y Cachirí, afectando además la salud y producción tradicional de las poblaciones de Nazareth y Sabaneta de Montiel.
Recientemente las compañías carboníferas Itabira Rio Doce Company, Vale do Río Doce, TOMEN, EXCEL, Carbones del Guasare (Ruhrkohle, Anglo-American Coal), Carbones de la Guajira (Inter-American Coal/Chevron-Texaco, Evan Energy), Venequip-CAT, Washigton Group International, Morrinson Knudsen Corporation, Carbonífera Caño Seco, Corporación Carbones del Perijá, así como las compañías mineras MAICCA han venido explotando las minas de Guasare y Paso Diablo como parte de su mega-proyecto carbonífero (Carbosuramérica). Ello incluye la posible construcción de varias Infraestructuras (Puente Nigales, Puerto América -hoy Puerto Bolívar- y ferrocarriles del Zulia desde La Fría a Puerto La Ceiba). Todas éstas actividades han sido avaladas y proyectadas por Corpozulia y su filial Carbozulia, y están afectando las cuencas de los ríos Aricuaiza, río de Oro, Catatumbo, Lora, Palmar, Guasare, Socuy, Maché y Cachirí. También han impactado las empresas forestales asociadas, así como los terratenientes ganaderos de la zona de Perijá de las haciendas La Carpa y Casa Blanca de Machiques y Casa Blanca (quienes presuntamente han venido contratando sicarios contra los Pueblos indígenas, para arrasar escuelas y aldeas, y generar una violencia "estatal" y para-estatal).

Todo esto ha venido afectando a los Pueblos indígenas Wayúu del Socuy de los municipios Mara y Páez, y a demás indígenas Barí, Yukpa y Japreria -ubicados en las zonas del Maché y Cachirí-.

En otro escrito trataremos de ahondar en las propuestas para estas problemáticas que el mundo watia, labagdó y alijuna ("no indígena") les ocasiona a los Pueblos Indígenas (e incluso a otros "criollos").

Por demás queda agregar que este articulo busca la más amplia, sensible y comprometida participación de los pueblos indígenas, organizaciones sociales, grupos académicos y ecologistas, así como la población en general, a que permanezcamos investigando, averiguando, atent@s y movilizad@s en pro de los derechos humanos, del derecho de los pueblos, del derecho de los pueblos indígenas, de los derechos de las mujeres y otros sectores excluidos, del derecho al agua, a la salud, a un ambiente sano, y de este modo podamos organizar actividades, tales como un gran debate nacional (e internacional, de ser posible) que, basado en la unión pueblos-pueblos, busque soluciones acordadas, comunes y conjuntas a los graves y similares problemas, reivindicando la activa participación e inclusión de los saberes de todos los sectores excluidos, la dignificación de los pueblos indígenas y afrodescendientes, la autodeterminación, la autonomía y autogestión, y el resguardo de la vida para todas las especies vivientes, incluyendo las generaciones humanas presentes y por venir.
fsaindia@yahoo.es


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