Ay Aristóbulo se te puede ir de las manos la gobernabilidad

Cuando estamos convencidos de que el proceso revolucionario es tarea y obligación de todos, no podemos darle tregua a la crítica constructiva aun cuando la oposición traicionera la vea como antagonista a nosotros mismos porque muestra todas las fallas de un sistema que según ellos no es viable. Sé que políticamente no nos conviene, nos perjudica, pero cómo hacemos como venezolanos revolucionarios quedarnos callados ante los errores que, de paso, podemos corregir. Que pudimos corregir. Bastaba con que los funcionarios del gobierno, entre tantas opiniones, casi aprendizajes, hubiesen tomado, o tomaran en cuenta, por lo menos, las valiosas opiniones que realizamos por esta vía cibernética.

Hay mucha sabiduría perdida expresada en opiniones de revolucionarios de corazón. Cuando vemos las imágenes de los escribidores en estas páginas virtuales, de gran experiencia y superadores de las bajas pasiones, nos lamentamos doblemente de la no consideración de importantes puntos de vista escritos que, mal que bien, pudiesen concatenarse con los criterios de los más jóvenes, muy valiosos por cierto. ¿Saben algo? Cómo anhelamos poder comunicarnos con los altos dirigentes, gobernadores, alcaldes y hasta con el Presidente, como ocurrió con Chávez, para contribuir, como seguro lo haríamos, con la compleja tarea de conformar un Socialismo sin sangre.

Aunque eso de la sangre es mentira porque bastante sangre revolucionaria ha sido derramada, llámese campesinos asesinados, más de 250, o más reciente de las 11 dolorosas víctimas del desequilibrio desesperado de la oposición en su derrota no reconocida del 14 A. Deberíamos haber puesto en tela de juicio a los autores del golpe y paro de 2002 y 2003, y condenarlos de cualquier manera, por el horroroso acontecimiento de quemar a una persona por estar conduciendo su vehículo de servicio de transporte cuando exigía paralización de actividades. Cuando observamos el documental de su quema, aislándolo de su reciente muerte, se nos llena el alma de tristeza y de impotencia ante tanta injusticia.

O sea que la oposición nos está ganando la guerra mediática y también la de la falta de condenar todos los atropellos y muertes que ellos han ocasionado. Estamos bien jodidos. Somos los propios pasivos. Ya nos lamentaremos cuando nos tumben.

En mis frecuentes viajes a Anzoátegui donde felizmente tengo familia y buenos amigos recojo todos los malestares que sienten por lo menos en la zona metropolitana norte. Y los que percibo yo mismo. Los mayores problemas, fáciles de resolver porque ni siquiera se requiere ser revolucionario para ello, son el desastre vial y el problema de la basura. Un poco de eficiencia y ya. Pero si Tarek no le paraba bolas al ejercicio no revolucionario de gobernar sino de simple hacerlo con eficiencia, nos angustia que Aristóbulo, uno de los dirigentes, líderes, con mayor formación revolucionaria y chavista, vaya a equivocar el camino de no buscar asesoramientos de todos quienes pueden ayudarlo y quedarse, como han informado, con la de algunos dignos profesionales que se trajo de Caracas, estamos jodidos. Es más todos los profesionales, y no, que pueden aportar, se sienten tan frustrados como con Tarek ya que no están abierta s las vías expeditas para hacer valer el principio constitucional que nos obliga tal es el protagonismo y la participación colectiva.

Todos, inclusive los profesionales y técnicos, somos pueblo.

Había leído en estas páginas que uno de los problemas no resueltos con agresividad técnica es el de la huecazón de las vías principales. Está bien que se asfalten calles de urbanismos generados espontáneamente, de las barriadas, pero no podemos descuidar las vías principales hacia todos los sectores ya que siendo de uso colectivo por miles de ciudadanos deberían estar en buen estado, para no hablar de perfecto. Cada hueco es un signo de deficiencia gubernamental. Y como su atención debe corresponder a las alcaldías, que no hacen mucho conscientemente planificado, les toca al gobernador y su equipo técnico-político, coordinar con los alcaldes y su equipo técnico la solución a los problemas.

Recientemente hubo una incómoda paralización del paso vehicular hacia la zona rural, de expansión de Puerto La Cruz, vía a San Diego y El Rincón, avisada por muchos, inclusive en estas páginas virtuales. No debió haber ocurrido con la pérdida de tiempo y de dinero, y las molestias que genera. Es una raya para la Revolución. No digan que no lo advertimos cuando los resultados de las elecciones para Alcaldes nos sean adversos. Sugerimos que el gobernador haga un mapa de huecos apoyándose en las Alcaldías, en las comunidades, en las policías, etc. y establecer las prioridades políticas.

Hay que ser efectivo y efectistas.


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Simón Lacise


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