Algún desprevenido pudiera pensar que debido a la derrota de la MUD en las elecciones de los gobernadores, los mencionados personajes estarían tristes, pues no es así, a ellos no les va ni les viene estos eventos locales, lo de ellos es estrechar el contubernio con mafias extranjeras para perjudicar, desestabilizar y producir violencia en el país y en consecuencia incubar una intervención extranjera y es claro que las absurdas y destempladas denuncias de fraude y las convocatorias a desordenes por parte de algunos irresponsables les cae de maravilla.
La grotesca y patética situación actual, cuando un grupo de presidentes y una "nulidad engreida", como el tal Almagro, actuando como peleles se arrogan la potestad de interpretar nuestras leyes y constitución para demandar cierto tipo de acciones a nuestro gobierno,tiene su explicación; en primer lugar es evidente que este comportamiento tiene por fin, más que esperar que Venezuela tome una decisión determinada, adular y complacer a los EE UU y, en segundo lugar, estos inmorales presidentes se sienten validados en su impúdico proceder por los perversos venezolanos que viajan a todas partes arrastrándose y moviendo sus colas rogando arrasar a Venezuela que ellos sabrán pagar cuando tengan el poder.
Yo, como Venezolano y como persona, me siento profundamente humillado y vejado cuando monigotes como el pdte de Panamá, de Colombia, de México, de Perú o el de España agreden e irrespetan impunemente a nuestro país gracias a las babosadas de este grupo de tristes venezolanos llenos de una ambición sin límites y sin escrúpulos; es así que uno tiene que tragarse la amargura cuando observa, con frustración, la fiesta que arman cada vez que de afuera atacan y sabotean al país y como hay venezolanos que le brindan apoyo a estos desalmados.
Ojalá estas personas comprendieran que vender el alma al diablo puede tener un premio en lo inmediato pero a la larga sólo trae ruina y desgracias.