Ética oportuna, veraz y sin censura

Desde el golpe de abril de 2002 la mayoría de los medios de comunicación en Venezuela asumieron el rol de actores políticos. Lo asumieron con tanta eficiencia que lograron llevar adelante, con éxito, un golpe de Estado. También hicieron con mucho éxito un black out informativo los días 12 y 13 de abril de 2002, que fue develado por el pueblo que asumió la defensa de la democracia.

La “vanguardia” que impulsó el golpe fue la manipulación y el engaño a través de los medios de comunicación. Es bueno recordar estos hechos para enlazarlos con otros muchísimos más recientes como la publicación “a toda madre” de una foto de cadáveres en la primera plana del diario El Nacional (13-08-2010). Eso originó un debate público en el que se han manejado dos posturas, una que invoca la ética periodística que impide la utilización de este tipo de imágenes y otra que invoca la “oportunidad y pertinencia política” de la misma porque “denuncia” la situación de inseguridad que se vive en el país.

En ese interín interviene un juez, en protección de niñas, niños y adolescentes, con una decisión, ya rectificada, pero que fue rechazada por periodistas revolucionarios sencillamente porque es censura previa. Amén de que es inaplicable y absurdamente temporal, por un mes, como si después de treinta días desaparecieran los derechos de la infancia y la adolescencia. Esa es la razón por la cual la publicación de este tipo de imágenes está “regulada” por la ética periodística y su no utilización se encuentra en los manuales de estilo de la mayoría de los medios de comunicación serios del planeta.

En el mismo interín, con toda la “sinceridad” que le es posible exhibir, el dueño del diario trasgresor declaró que la foto en cuestión era una “respuesta política”, que se publicó para “provocar un shock” por el problema de la inseguridad en el país, porque “estamos al borde de una campaña electoral”. A confesión de partes… Y es que no hay nada más público y conocido en el mundo que el problema de inseguridad que vivimos en Venezuela. Ergo, no es comparable con ninguna fotodenuncia de guerras y genocidios.

Al dueño del diario trasgresor le sigue en comparsita la plana mayor de la oposición, le sigue los pseudo representantes gremiales de los periodistas, le sigue la mayoría de los colegas opositores, “anclas” de decenas de programas de información, incapaces de reconocer, aún en tiempos electorales, que la publicación de una foto de cadáveres vieja es injustificable. La pregunta viene sola ¿publicarían la foto si estuviera el cadáver de sus madres? Seguro que en ese momento invocarían a la ética.


mechacin@gmail.com



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Mercedes Chacín


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