Elecciones en EE.UU.: Qué es lo nuevo

 

Trump logró mantener la mayoría en el Senado (51 vs. 46) pero perdió la mayoría en la Cámara de Representantes. Deberá discutir y consensuar cada medida, en un clima de odio y venganza y violencia verbal sólo comparable con el que existió en Estados Unidos antes de la guerra de Secesión. Trump evitó el juicio político pero no podrá financiar el muro anti-inmigrantes ni podrá eliminar el Obamacare (el plan de Sanidad sacrosanto para los demócratas) y tendrá dificultades en sus planes bélicos porque, aunque el Partido Demócrata es proisraelí y reaccionario, en sus filas se están produciendo importantes cambios.

Por ejemplo, hay diputadas musulmanas, una de Somalia, la otra palestina, hay dos diputadas indígenas, hay una joven diputada portorriqueña socialista y Bernie Sanders logró el 66 por ciento de los votos en Vermont, el Estado que continuamente lo reelige, lo cual lo coloca como firme candidato para la primaria del partido y refuerza el ala socialista y más radical.

Lo más evidente es la división del electorado en primer lugar entre las zonas rurales, que votan Republicano, y las urbanas y su periferia, que votan Demócrata y en algunos sectores, socialista. Si se mira el mapa con los resultados, es clara la división de Estados Unidos entre progresistas y conservadores. Pero hay también una división sociológica por edades y nivel de instrucción y por etnias.

Por Trump vota la vieja sociedad, gente de medio edad, blanca, menos culta y pobre aunque con propiedades y evangélicos o protestantes y los sectores industriales y financieros tradicionales. Contra él, votan latinos, negros, asiáticos, musulmanes, católicos, no creyentes e incluso judíos más jóvenes y con mayores estudios, o sea, el sector que tiende a crecer no sólo con la inmigración sino también con la urbanización y con las nuevas tecnologías. Para colmo, el cinturón agrícola republicano se ve afectado por las políticas de Trump contra China, que respondió dejando de comprar soya y cereales estadounidenses, de modo que en esas regiones podría crecer el desempleo si Trump no busca conciliar con Xi Jinping.

Con un país dividido, sin el control de la Cámara de Representantes y con la amenaza de un nuevo rebote de la crisis que comenzó hace diez años y que ahora podría estallar nuevamente en Italia, Trump se debilitará aún más. ¿Correrá hacia adelante, en una carrera hacia la guerra? ¿Buscará agotar la economía rusa y china con una carrera armamentista-espacial aprovechando que aún tiene ventajas económicas y militares?

 



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