Nuevo gobierno italiano desatará una crisis en la Unión Europea

Las formales consultas para formar un nuevo gobierno de coalición en Italia se iniciaron el 4 de abril recién pasado. La coalición de centro-derecha encabezada por la Liga que es anti inmigrante ganó el 37 por ciento de los votos para controlar la mayoría de los escaños parlamentarios, mientras que el populista Movimiento Cinco Estrellas ganó el 33 por ciento de los votos convirtiéndose en el partido con el más alto número de votos. Ninguno de ellos puede gobernar solo. No hace mucha diferencia a quien el presidente Sergio Mattarella confíe la formación de un gobierno de coalición: al líder de la Liga de centro-derecha, Matteo Salvini o a Luigi De Mayo del partido Cinco Estrellas. El resultado será el mismo –la Unión Europea enfrentará una crisis debido a la política hacia Rusia.

El Movimiento Cinco Estrellas no solo es euroescéptico, es abiertamente anti Unión Europea. Al movimiento siempre se le ha conocido como "parte del creciente club de simpatizantes del Kremlin en Occidente". Comparte una posición pro-Moscú con la Liga. ·Detengan las Absurdas Sanciones Contra Rusia", publicó en las redes sociales Matteo Salvini, presidente de Confindustria Rusia, asociación sin fines de lucro que solicita al gobierno apoyo para los empresarios italianos que operan en Rusia. Ambos están de acuerdo en que las sanciones perjudican la economía italiana. Salvini vapuleó la decisión del país de expulsar diplomáticos rusos por el denominado caso de envenenamiento. El pasado mes de marzo firmó un acuerdo de cooperación con el Partido Rusia Unida.

Es casi seguro que Italia, la tercera economía más grande en la Eurozona, la octava más grande según el PIB nominal en el mundo y la 12ª según el PIB (PPP) cuestionará la guerra de sanciones. Sin duda alguna que será apoyada por cierto número de países que incluirían a Grecia, Austria, Chipre, Hungría y otros.

Si no fuera por la presión ejercida por la Unión Europea y el gobierno alemán, las sanciones habrían sido aflojadas o incluso levantadas hace tiempo especialmente ahora que Gran Bretaña se está retirando del bloque. El escándalo Skripal podría retardar las discusiones pero no por mucho tiempo. Este se esfumará. Si existiera una sólida prueba que apuntalara las acusaciones contra Moscú ya habría sido presentada al público sin aplazamientos con el objeto de alimentar sentimientos anti Rusia. Esto no se ha hecho. El escándalo está destinado a desvanecerse gradualmente.

La expedición en la expulsión de diplomáticos ha sido cuestionada en casi todos los estados miembros de la Unión Europea, incluyendo Alemania. Su recientemente nombrado ministro de exteriores, Heiko Maas, insiste en que Europa necesita de Rusia como aliada para resolver los conflictos regionales.

Según Heiko Maas "estamos abiertos al diálogo y contamos con poder construir de nuevo la confianza, poco a poco, si Rusia está lista para hacer lo mismo."

Austria y Grecia se han negado hasta ahora a sumarse a las sanciones pero si un país grande como Italia se les une la Unión Europea estará en apuros. Las sanciones están pautadas para ser prolongadas a comienzos del otoño pero Roma bloqueará su prolongación automática. Italia es demasiado grande e importante como para hacerla fácilmente arrodillable. Italia es un estado fundador de la Unión Europea.

El bloque está experimentando graves grietas y al agregarle más elementos a la discordia pondrá en cuestión su propia existencia. Bajo estas circunstancias, un aflojamiento gradual de las sanciones hasta finalmente levantarlas sería la mejor solución para la Unión Europea. Eso pondría a Estados Unidos y a Europa en un rumbo de colisión, especialmente en momentos en que el divisionismo en torno al proyecto gasífero Nord Stream 2 se profundiza.

La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Hayley, recientemente señaló que Rusia no es ningún amigo de Estados Unidos. Moscú bien sabe que Estados Unidos no es tampoco su amigo.

En todo caso, no se trata de amistad sino más bien de la necesidad de dialogar en iguales condiciones para tratar problemas candentes de mutuo interés.

Como podemos ver, la hostilidad de Estados Unidos hacia Rusia no fortalece su posición en el mundo. Todo lo contrario. Hace que la brecha se amplíe alienando a sus aliados europeos. La relación se complica, ya como está es lo suficientemente complicada. La presión que ejerce Estados Unidos y el Reino Unido, su devoto aliado europeo, para involucrar a la Unión Europea en su campaña anti Rusia provoca fuerte resistencia. Sus poderosas alianzas y no sus desacuerdos con socios cercanos hacen que las grandes potencias sean más fuertes.

La ley CAATSA contempla medidas punitivas contra aliados europeos, las divisiones sobre el acuerdo de Irán que probablemente será descertificado por Estados Unidos en el mes de mayo, el rechazo europeo a la política tarifaria de Estados Unidos y muchas otras cosas socavan la alianza occidental de la cual Estados Unidos se considera su conductor. Agregar a Rusia a la lista de quejas europeas no fortalece la posición de Estados Unidos en el mundo.

Al intensificar los sentimientos anti Moscú, Estados Unidos se perjudica a si mismo y hace que su política "Estados Unidos Primero" mucho menos efectiva de lo que podría ser, si la franca hostilidad diera lugar a un diálogo serio.

Pareciera que aquellos que mal desean para Rusia han perdido un importante aliado. Mientras más esfuerzos se dedican para perjudicar a Moscú, mayor es el daño que se le hace a la unidad occidental.

Nota.- Sus comentarios y opiniones acerca de este artículo serán bienvenidos en

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Traducción desde el ingles por Sergio R. Anacona



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