El caso Egipto

Egipcios, persas y palestinos se encuentran entre las civilizaciones más antiguas del mundo y su historia se relata en hechos importantes de la Biblia y en los escritos de los historiadores más antiguos, como Herodoto. En la actualidad, La República Árabe de Egipto, es un país de unos 80 millones de habitantes, el más poblado de todos los países árabes, geográficamente ubicado al Norte del continente africano, con una extensión cercana al millón de Km2, y tiene como países vecinos a Israel, Sudán, Libia, Jordania y Arabia Saudita. Sus costas se asientan sobre el mar mediterráneo y sobre el mar rojo, los cuales se comunican a través del canal de Suez, por donde circulan unos 2 millones de barriles diarios de petróleo, principalmente hacia Europa. Una gran parte de su territorio esta constituida por zonas desérticas y poco habitadas, como el desierto del Sahara y la península del Sinaí, pero también disfruta de zonas agrícolas y pecuarias muy productivas, que se benefician de las crecidas anuales del río Nilo. El turismo internacional es una de sus principales fuentes de divisas extranjeras y es un mediano productor y exportador de gas natural y petróleo. El cultivo del algodón y la cría de animales en todas sus categorías, excepto porcinos, son piezas importantes de su economía.

El 90% de la población egipcia practica la religión Islámica Suní, el resto de sus habitantes se distribuyen en la minoría Copta, Ortodoxos Griegos, católicos y protestantes.

La derrota de las fuerzas árabes por Israel en 1967 durante la guerra de los seis días, privó a Egipto de la península del Sinaí y de la franja de Gaza. Tras la guerra con Israel, guerra del Yom Kippur de 1973, a lo que siguió la firma en 1978 del acuerdo de Camp David (por el sucesor de Nasser, Anwar el-Sadat) Egipto recuperó el Sinaí. Como es sabido, la Franja de Gaza es ahora administrada en un 80% de su extensión por los propios palestinos.

Este tratado fue repudiado por el mundo árabe, y sus consecuencias fueron la expulsión de Egipto de la Liga Árabe y el ascenso del fundamentalismo islámico en el país después de la revolución iraní. En 1981 Sadat fue asesinado y le sucedió Hosni Mubarak quien mantuvo las políticas de su predecesor. Una política interior adecuada ha conseguido, hasta ahora, vencer al fundamentalismo, pese a algunos atentados contra turistas extranjeros para dañar la fuente principal de ingresos del país: el turismo.

Tras la Cumbre de Aman en 1987, Egipto inicia la recuperación de sus anteriores relaciones con los países árabes, especialmente con Arabia Saudita, lo que trajo consigo la rehabilitación de Mubarak y su gobierno, ante los ojos del resto de dirigentes políticos árabes. Desde entonces, Egipto aprovechó su prestigio para mediar entre Israel y Palestina, y en 1993 apoyó la firma de los acuerdos que llevaron al inicio de la autonomía Palestina, defendiendo la formación de un futuro Estado Palestino.

En 2003 el gobierno de Mubarak, lanzó el movimiento egipcio para el cambio, conocido popularmente como Kifaya, para buscar una vuelta a la democracia y a mayores libertades civiles. Algo, que según los últimos acontecimientos en Egipto, no se logró, originando las protestas que llevaron a la caída de Mubarak, después de 30 años en el poder.

Los socios comerciales principales del país son EE. UU y algunos de los países de la Unión Europea (Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido). Los cambios radicales en el anterior bloque soviético, que era el mercado principal de Egipto, tuvieron un gran impacto en la economía, aunque después el país se convirtió en el segundo país en recibir ayuda de EE. UU. tras Israel; Egipto recibe unos 1.500 millones de USD por año de ayuda de EE. UU.

Egipto tenía en 1990 serios desequilibrios económicos tanto internos como externos: una estructura industrial organizada por Nasser de titularidad pública, sobredimensionada, obsoleta y de muy baja productividad. Un sector agrario rígidamente controlado por el estado con precios intervenidos y deficitarios. Por último, un sector exterior deficitario y basado en las exportaciones de productos energéticos, las remesas de emigrantes, los ingresos del canal de Suez y el turismo, todo ello había sostenido el desarrollo en la década de 1970, pero era sensible al nuevo terrorismo de los integristas islámicos.

Asimismo, el déficit público era prácticamente insostenible y generador de inflación y el país apenas podía hacer frente a la situación surgida tras la explosión de la crisis de la deuda en los años ochenta, que tan seriamente afectó a casi todos los países en vías de desarrollo.

En 1991, el gobierno elaboró un programa y propuso varias medidas:

* Privatizar 314 empresas públicas.
* Mejorar la agricultura, que genera alrededor del 20% de Producto Nacional Bruto, con un ambicioso proyecto: el Canal de Toshka inaugurado en enero de 1997, cuya finalidad es hacer un delta alternativo y paralelo al valle del Nilo que recuperará tierras del desierto.
* Crear proyectos industriales, mineros y turísticos así como nuevos asentamientos en Toshka para reducir la densidad de población de las riberas del Nilo.

A pesar de todas las reformas impuestas, los egipcios estaban descontentos con su calidad de vida y con el gobierno de Mubarak, quien después de 30 años en el poder no había logrado las expectativas que el pueblo tenía. El despotismo, el continuismo y la corrupción de régimen y sus allegados, llevaron al gobierno al colapso que finalizo el 11 de febrero de 2011.

Nota: Muchos datos para este artículo provienen de Wikipedia, recomiendo su lectura en Internet, para ampliar detalles.


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Carlos J. Carpio


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