Te voy a contar una historia que es real, es sobre un hombre que ha hecho historia en el país del norte en el sur.
Ese país se llama Venezuela, es una República bolivariana, que desde 1999 por decisión constitucional, tomó el apellido a manera de homenaje de un prócer que no sólo la libertó a ella del yugo que para el momento era imperal, sino que procedió igual con otras cuatro naciones más. Aquel hombre reconocido como “El Libertador” se llamó Simón Bolívar.
Hasta hace muy pocos años, muchísima gente en el mundo no sabía nada de Venezuela, otros pensaban que era una islita y quienes si saben de dinero porque esa es su especialidad, sólo le valorizaban un producto que es vital para el planeta. Me refiero al petróleo.
Por ese petróleo, el país del norte en el norte, pensó que amañando a los presidentes de turno de Venezuela, podía “encargarse” del petróleo ajeno para hacerlo suministro exclusivo de sus intereses.
Explicado así sencillo, pero con vertientes mucho más complicadas que giraban entre la traición, el desarraigo, el descaro, la vulnerabilidad, la expropiación, el maltrato, el desprecio, la infamia y la injusticia, los años fueron pasando y el país del norte en el sur fue transformándose en una especie de nación sin identidad, casi rayando en la definición de “pelelito”.
La Biblia dice en su aparte de Eclesiastés que “Todo tiene su tiempo” y a este país del norte en el sur, le llegó el suyo.
En ese “tiempo” vino Hugo Chávez y ahora no voy a narrarles cómo fue esa entrada, porque en todo el mundo son muy conocidas fechas vueltas siglas que marcaron la historia: 27 F – 4F- 27 N…¡en fin!
Pero vamos con Hugo Chávez, ¿quién es? Comenzaremos por decir quizás un lugar común: Es un ser humano, pero es verdad, no tiene dotes de androide, no está robotizado y creo que eso es lo que molesta, es un hombre que ama, sueña, llora, sufre y ríe como cualquier otra persona. Pero tiene algo más que muchas personas, especialmente en su cargo, no tienen. De todos los presidentes que he visto no sólo en Venezuela sino en muchos países del mundo y les digo que he conocido bastante, nunca encontré a alguien que sintiera más a su tierra y a su pueblo como él.
Hugo Chávez no es nada tradicional y más allá, nada predecible. Es estratega nato, no por haber portado un uniforme aprendió eso en la academia, ¡no! el hombre posee una intuición envidiable, una capacidad de análisis pasmosa y no hablemos de su memoria, que –lo he visto- despierta la envidia de muchos. Una vez en una concentración popular, donde ofrecía un discurso fogoso abundante en detalles y comparativos históricos, alguien comentó para sí, pero con voz suficiente para ser escuchado por quienes estábamos más cerca: “ese hombre le dio utilidad a toda su masa cerebral”.
Dicen que tiene una personalidad arrogante, no es verdad. Un arrogante no se mezcla con los pueblos de la manera emotiva como él lo logra. Le he visto compartir con los más pobres desde un mismo plato de comida, hasta un abrazo profundo, de esos que a veces se dan y se siente que se entrega la vida, sin importarle si la otra persona tiene fuertes olores, la ropa rota o no está peinado para la consecuencia.
Dicen que es un dictador y en esto me detengo en algo, si dictador es aquel que dicta algo, debo exponer que en materia de leyes, me gusta lo que ha dictado, porque no es para su beneficio sino para el colectivo y vamos a algunos ejemplos:
· Dictó la ley de Tierras: ¿Es mala?
· Dictó la educación gratuita: ¿Es mala?
· Dictó la salud gratuita: ¿Es mala?
· Dictó la nacionalización real de la industria petrolera: ¿Es mala?
· Dictó la nacionalización de la CANTV: ¿Es mala?
· Dictó el fin del analfabetismo: ¿Es malo?
· Dictó las Misiones: ¿Son malas?
Y así hay más dictados que es necesario evaluar para concluir “que siga dictando por los pobres y necesitados, porque desde hace muchisísimos años nadie dictaba nada para los más olvidados a quienes les impusieron un cinturón de miseria sin ningún tipo de opción para surgir”. En pocas palabras, “si así llueve, que no escampe”
Chávez tiene una voz de trueno, pero no es TOR, el Dios del rayo, los rayos vienen de otras partes y tratan de quebrar lo que ha costado 8 años montar. El caso es que este hombre ha soportado lo insoportable por nadie y hasta quienes le adversan lo saben.
En otro tiempo y en otro país, ningún presidente le hubiese aguantado tanto a la canalla, pero creo que a veces éste es familia de JOB y su paciencia infinita ha brindado mucha enseñanza. No es que se debe bajar la cabeza siempre, es que no se debe desistir en el empeño cuando es una razón de progreso para el colectivo. He allí la diferencia.
Hugo Chávez es un hombre diferente para un país que definitivamente ya es distinto, una nación que se levantó de entre los escombros y la pesadez y ahora saben sus habitantes, que ellos también son importantes.
En la historia, una vez cierto realista español viendo pelear a criollos patriotas, comentó ante sus leales de la corona: “denme un puñado de ellos y lograremos la victoria”. El otro día en un sector llamado La Guaira, un viejo dijo: “Que nazcan en el planeta 20 Chávez y el mundo será diferente”. Por qué lo dijo. Qué ha visto o vivido él para semejante comentario; algo nuevo hay bajo el cielo del país del norte en el sur.
A Hugo Chávez le han inventado muchas historias y le han creado muchos mitos. Una vez en una marcha de un pequeño grupo que le adversa, alguien comentó: “es que se cree Simón Bolívar”. ¿Se cree? ¡No! me dijo otro que lo apoya, “es que sabe tanto de Bolívar, que nos re-enseñó a quererlo y sacarlo de nuestro propio olvido”. Lo cierto es que el hombre lo evoca a cada momento, lo extrajo de su pasado que otros mandatarios lo colocaron en oculto y lo trajo a la mesa contemporánea, lo volvió a discutir, analizar, en dos palabras: lo actualizó para encontrar en él, que su verbo no fue circunstancia de un tiempo cerrado ni el viento lo transformó en fantasma de oratoria fugaz.
Hoy esa Venezuela nueva desde hace 8 años, siente la pasión expresa de su Libertador. No son retóricas esas palabras como: “se siente, se oye, Bolívar está presente” “Alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina” En los ojos de la gente de Venezuela, se ve el otro brillo, ese que es capaz de transformar una calamidad en un reto para obtener el triunfo.
Chávez es una melodía que suena para bien o para mal en millones de bocas a la vez, quienes lo quieren hablan de todo lo que ahora saben y que antes ni soñaban de su existencia, es como la canción, “Contigo aprendí” y es mucho lo que éste hombre les ha enseñado, sobre todo la nueva disciplina para querer más su país. Quienes no lo quieren, también hablan de las cosas que ha hecho y como a veces no pueden ocultarlas como el caso del dedo y el sol, las voltean como hicieron con la bandera a sabiendas, que más tarde o más temprano siempre volverá a estar derecha. Allí cabe otra canción: “te molesta mi amor”.
Hugo Chávez es socialista, su ser se estremece en esa circunferencia y no se limita en explicar sus alcances, eso molesta a un grupo reducido; ¿y por qué digo reducido?, ¡simple! Es un asunto de matemáticas rápidas.
Si el universo elector de los últimos comicios de Diciembre de 2006 fue de casi 12 millones, Chávez obtuvo 7 millones y algo más de votos y recientemente creó un partido socialista y aunque no ha cerrado la inscripción lleva más de 5 millones y medio, y en un supuesto, si hay nuevas elecciones y cada uno de esos 5 y medio lleva por lo menos uno más a votar: ¿Cuánto suma? ¿El otro grupo es reducido o amplio?
Entonces, decíamos del socialismo. El a un slogan mundialmente conocido como lo es “patria o muerte” le agregó; “Patria, Socialismo o Muerte” y sobre el particular la tempestad de críticas no ha parado. De asesino para abajo y para arriba lo han tildado. Pero qué significa ese slogan. ¿Es un asesino? Creo que no y vamos con lo sencillo: Si no hay patria, estamos muertos. Seremos como los fantasmas del cementerio que la única bulla es una queja larga sin respuesta de un rosario. Si no hay socialismo, el capitalismo será como el tremedal de la obra de Gallegos, “La Ttrepadora” que nos terminará de devorar a todos.
El Socialismo no es una práctica de guerra, es un instrumento además de paz, de justicia social, necesaria y valedera para la Venezuela Bolivariana de hoy. Patria, Socialismo son términos de respeto y progreso absoluto en colectivo. Si no se logran, allí viene el capitalismo, ¡perdón! Quise decir la Muerte.
No es que Chávez lleva el país con el socialismo a la muerte, es que la muerte en colectivo vendrá si en conjunto no hay una lucha de rescate nacional. Eso es diferente.
Entonces, ¿Quién es Chávez? Y aquí es necesario tener fe para apoyar el comentario: ¡Gracias a Dios que nació en Venezuela para darle una nueva oportunidad como país!
Un intelectual muy serio y poco amante de pasiones me comentó hace algún tiempo algo, que hoy repito sin su autorización, pero también vale para la pregunta. Aquel hombre dijo: “¡Caramba! Ni el propio Neruda sabía muy bien que quiso decir cuando escribió lo de Bolívar y su `despierto cada cien años, cuando despiertan los pueblos` Ahora entiendo que hablaba de este Chávez, que no es su encarnación, pero a todas luces es un patriota con las venas llenas de independencia”.
¿Quién es Hugo Chávez? Sencillamente “El otro Presidente” el que no se parece a ninguno del planeta, aquel a quien le duele su tierra buena, mala, bonita, fea, enferma o sana, pero es su tierra y por ella construye un amanecer distinto y le ha dicho a su pueblo que “otro mundo es posible” con el ingrediente de “la mayor suma de felicidad posible”. ¿Eso es malo?
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