Stalin, Maduro y la tesis del "capitalismo tolerado"

Para quienes el fantasma del comunismo asola tierras bolivariana y la mejor evidencia es la inútil comparación entre situaciones y personajes, es una tentación la comparación entre Stalin y Maduro a la hora de ser optimistas con el segundo y que nos transforme, este año sí, en una Potencia mundial como año tras año viene prometiendo.

La historia quiso que Stalin y Maduro encontrasen situaciones similares en su andar como mortales: ambos enfrentaron la muerte temprana del líder y se les encomendó la tarea de continuar, a uno el proyecto y al otro el legado; uno nombrado por la dirección colectiva de la clase que había tomado el poder y el otro nombrado en cadena de radio y televisión por el líder supremo.

Al margen de las diferencias históricas, geográficas, culturales y educativas de ambos personajes, existe una que es determinante, la ideológica: en Stalin estamos en presencia de alguien que asume la centralidad de la lucha de clases como el motor de la historia y en Maduro encontramos la tesis de las identidades colectivas articulables en torno un proyecto policlasista de corte reformista, donde las clases son accesorias; en Stalin tenemos a un férreo defensor de la Doctrina científica del proletariado y en Maduro a un ensayista del revisionismo de nuevo tipo.

En ambas circunstancias sus proyectos debieron enfrentar un cerco. Para Stalin producto del Imperialismo como fenómeno concreto; para Nicolás producto del "Imperio" como abstracción, que convoca más a leer a Isaac Asímov y su trilogía Fundación e Imperio, que a entender la realidad concreta del mundo contemporáneo. Stalin se apuntó en la tesis de alcanzar un equilibrio de fueras, Maduro se desvive por una convivencia dependiente y subordinada donde es posible tolerar al capitalismo, convivir con él.

De igual manera ambos debieron enfrentar condiciones internas muy duras. La Unión Soviética había pasado por la Primera Guerra Mundial, la Revolución del 17, la contrarrevolución en forma de Guerra Civil y el acoso directo de todas las potencias imperialistas en su suelo patrio. Algo que ni de cerca toca nuestra realidad en ningún ámbito.

Maduro por su parte logra en tres años y medio (2013-2016) que la economía nacional se desplomase a niveles tales que ningún mortal podría haber soñado, utilizó más de 109.000 millones de dólares en pago de la deuda externa, sigue financiando a la burguesía comercial-importadora para fomentar la especulación y el trabajo improductivo, desatendió el mantenimiento mínimo a los sectores estratégicos de la economía (petróleo, empresas básicas, agricultura, electricidad, etc.), y logra el record de sobrexplotación de la mano de obra en todo el planeta. Lejos de la impensable autocrítica; de la evaluación ética, política e institucional de su entorno, la excusa permanente es que Darth Vader, el Lord del antibolivarianismo y líder máximo del lado oscuro, lo persigue y atenta contra sus planes mágico-religiosos. Aquí es importante recordar las sabias palabras de Ernets Czobe "la economía no es precisamente una vaca lechera para ordeñarla, sino una ciencia que impone a quien la profesa un culto serio y celoso"

Cuando Lenin planteó la NEP (que algunos socialistas pretenden igualar al bodrio experimental de este gobierno) lo hizo en unas circunstancias que lo llevan a admitir los errores y las limitaciones que se venían sucediendo en los primeros años del Gobierno Soviético y que concluían en un "avance" errático de la economía. La NEP apuntaba en este sentido a una estrategia que debía elevar el desarrollo de las fuerzas productivas, aumentar la cantidad de bienes y servicios en el país y a estrechar la alianza con el campesinado. Se trataba, como objetivo principal, de evitar que el país continuase como apéndice del capitalismo mundial en forma de "empresa auxiliar" de los grandes monopolios. Los comunistas soviéticos apostaban por ceder de manera organizada ante la burguesía, para preparar la gran y definitiva Ofensiva obrero-campesina que enterrase al capitalismo.

Maduro por su parte viene planteando una línea de acción (defensiva) totalmente ecléctica. Incapaz de reconocer la ausencia de "avances" y del continuum de fracasos en materia de política económica, pretende consolidar un modelo basado en la convivencia dependiente y subordinada con las grandes potencias, garantizando nuestro papel de empresa auxiliar de las grandes transnacionales, para lo cual avanza en la tesis de tierra arrasada, costo cero de la fuerza de trabajo y una economía subordinada a los mercados de divisas de toda índole, para lograr atraer inversiones extranjeras que absorberán buena parte de la plusvalía y no dejarán capitales importantes para el desarrollo nacional.

La URSS apostó por el camino de construir "una entidad económica independiente, basada sobre todo, en el mercado interior, basada en la ligazón de nuestra industria con la economía campesina de nuestro país""(Stalin (1925); Informe Político del Comité Central ante el XIV Congreso del PC (b) de la URSS) siempre tomando en consideración las particularidades, tanto de la economía nacional como del desarrollo socialista planteado. En el XIV Congreso hubo quienes plantearon la tesis de que la NEP era un "capitalismo tolerado en ciertas condiciones" (ídem), ante quienes la respuesta de Stalin fue diáfana "es una política con vistas a la lucha entre los elementos capitalistas y los elementos socialistas con el objetivo de incrementar el papel de los elementos socialistas en perjuicio de los capitalistas; es una política (…) orientada a la liquidación de las clases, a la construcción de los cimientos de la economía socialista" (ídem).

En el caso del Gobierno de Maduro la apuesta es clara; en su última intervención del 23 de enero del presente año decía "desde ya manifesté que nosotros que tenemos el poder político estamos dispuestos a establecer relaciones con el gobierno de Joe Biden, a tener relaciones con Estados Unidos". De esta declaración, precedida por un ataque betancouriano contra el PCV, se desprenden algunas cosas: en primer lugar el hecho de reconocer que sólo maneja el poder político, lo que deja entrever un reconocimiento a que el poder económico está ausente en el manejo de sus decisiones y la realidad en estos últimos años (así como su errático discurso) lo demuestran. En segundo lugar ante la incapacidad manifiesta por controlar el poder económico se resuelve a trabajar por una convivencia dependiente y subordinada con el gobierno norteamericano que, manejando criterios básicos de economía política, se traducen en solicitar el placet para que la administración norteamericana nos reconozca como una empresa auxiliar" de sus transnacionales.

Prevalece en el caso venezolano ideas de corte monetarista que inciden en el dogma liberal de que la ausencia de capital niega cualquier posibilidad de desarrollo ante lo cual, entregar sin plan de por medio la soberanía, dará tiempo para recuperarse y retomar la "senda perdida". Este planteamiento niega dos elementos: el desarrollo socialista como objetivo, y la necesaria transformación de las relaciones de producción para avanzar. Ante estas negaciones se termina de construir una sociedad que mantiene el rentismo, la dependencia, el parasitismo y la multimportación; añadiéndole niveles de sobreexplotación de la fuerza de trabajo como aliciente a las inversiones extranjeras con una ley marco (la famosa ley antibloqueo) que las refrenda.

Stalin estaba claro, 8 años después del asalto al Palacio de Invierno, que "nuestro régimen, en su conjunto, es un régimen transitorio del capitalismo al socialismo, en el que predomina aun, en cuanto al volumen de producción, la producción privada campesina, pero en el que la parte correspondiente a la producción socialista crece sin interrupción""(ídem). En la Venezuela de Maduro, el sueño es totalmente lo contrario, día a día se hacen esfuerzos por que la economía capitalista (en nuestro caso la improductiva, parasitaria y especulativa para más señas) siga dominando el escenario mientras la fraseología de la nomenclatura del alto gobierno (sin mayúsculas) se empeña en hablar de un indefinido y acomodaticio socialismo "bolivariano" que en realidad esconde la entrega de la soberanía, los principios y la dignidad al gran capital.

El discurso de Maduro se basa en la imposibilidad de hacer algo por cuenta propia, ante lo cual justifica el entreguismo y el avasallante anticomunismo de los últimos meses en búsqueda por limpiar la cara ante la inhabitada Embajada norteamericana. Lejos, muy lejos de querer hacer de Venezuela una Potencia, dedica cada grito a vender nuestro país como una subsidiaria seria de cualquier conjunto de transnacionales.

Ese pesimismo de Maduro, que roza ya con la cobardía ideológica, contrasta con la integridad bolchevique que expresaba: "si no tenemos empréstitos, si somos pobres de capitales y, además, no podemos dejarnos avasallar por los capitalistas de Europa Occidental, si no podemos aceptar las condiciones avasalladoras que nos proponen y que hemos rechazado, nos queda una salida: buscar fuentes de reservas en otros terrenos. Con todo, eso es mejor que el avallasamiento" (ídem). Dos décadas después la URSS se presentaba como la gran revolución victoriosa contra el enemigo fascista e iniciaba la conquista del espacio.…

No ha existido, ni existirá la posibilidad en la viabilidad de la tesis del "capitalismo tolerado". O se enfrenta hasta derrotarlo o él hará su tarea.

Seguimos trasnochados buscando los sueños, pero como decía el camarada Lenin "es preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños. De examinar con atención la vida real, de confrontar nuestra observación con nuestros sueños, y de realizar escrupulosamente nuestra fantasía". Nos negamos, entre otras cosas a aceptar el pesimismo, el entreguismo, la cobardía y la traición: ¡ya con la traición de Punto Fijo basta, como para que aceptemos impávidos la traición de Santo Domingo!

La historia quiso que Stalin y Maduro encontrasen situaciones similares en su andar como mortales: uno quedó inscrito en la Historia, salvó a la humanidad del fascismo y terminó de consolidar la obra de Lenin; el otro aun admira Caracas desde el Humboldt perezjimenista.

 

*Miembro de Comité Central del PCV

Responsable de la Escuela de Cuadros del Comité Central "Olga Luzardo"

 

armichelenin@gmail.com



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