Ese señor Dieterich, que vino por lana y salió ventajosamente pulverizado

El crecimiento de los emisores de opinión brotados en el proceso ha sido exponencial. De opinión oral o escrita. Desde sectores populares a intelectuales. En una reunión pública no puede aparecer un micrófono, porque todos se le abalanzan para emitir su opinión, con oratoria y estructura correctas, con conocimiento de causa y mensaje personal, hasta el punto de que desde las alturas de quienes habían monopolizado la opinión oral, más que actitud popular espontanea, de crecimiento intelectual y doctrinario, les parece participación de laboratorio, ensayada, preparada, porque, ¿de dónde salieron tantos dirigentes?. Lo mismo en los escenarios de opinión escrita, como aporrea.org. Somos cientos los articulistas con opinión formada sobre problemas concretos, que queremos ser leídos, interpretados, rebatidos; con mensajes libres, gratuitos, no dependientes de modo de vida ni compromiso con empleadores o sus intereses de clase, pero sí con la promoción, crítica o disonante, del proceso revolucionario que vivimos con intensidad y compromiso. Con estilos variados y gama de expresión erudita muy amplia, pero que se igualan en el momento cuando aparecen en el medio, pasando a interesar sólo la originalidad, lo pertinente de lo planteado, el milímetro o miligramo en que aumentan el bagaje doctrinario o la cuñita para atajar la contra revolución. La participación en los espacios de expresión de opinión sólo está regida por compromiso con el proceso en cualquiera de los niveles políticos y doctrinarios, convención que es respetada, salvo por los quintacolumnistas infiltrados, fácilmente detectables. Y ¡ay de estos! La reacción es inmediata, porque el universo de prosistas se comporta como leucocitos ante infecciones. Y fue lo que le pasó a Dieterich, que vino a meter cizaña y salió vapuleado.

Desde el 20/12, fecha muy oportuna para aparecer un artículo como el emitido por Dieterich, hasta hoy 26/12, a las 4:00pm, veintiún artículos (s.e.u.o., como estampan los contabilistas) surgieron en este foro para desmantelar su embaucadora e interesada opinión.. . . ¡Y los que vendrán! Llevó palo hasta por su teutónico carnet de identidad; no quedó expresión falaz de su escrito que no fuese rebatida, desarmada, desnudada del disfraz de alcurnia intelectual desinteresada. Una opinión profesional, de analista de oficio y de intereses establecidos, con misión reglamentada, vuelta jalea cósmica por una veintena de opinadores tercermundistas, formados en la lucha por la dignidad de una Revolución en marcha, que podemos intentar corregir, resguardar de intereses políticos y personales, alertar ante vicios históricos calamitosos, pero no compartir el espacio virtual donde nos expresamos con foráneos conocidos o arribistas sin conocer que vengan con el afán destructivo de introducir líneas anti revolucionarias claramente identificables.

El escrito de marras embestía contra la enjundia de la cuestión revolucionaria, amparando instrumentalmente una exterioridad alterna y un factor interno de comportamiento repudiable. Desde luego, nadie relacionado con esta protección instrumental rompió una lanza en su favor, salvo. . . una defensa de tan perezosa, inservible, tan parecida a la posición de defiendo al PCV sin argumento razonado ¿y qué?, por que me gusta ¿y qué? por una saga inexplicable ¿y qué?, por atavismo, ¿y qué?, porque me da la gana ¿y qué?.

Pero ¡alerta!. La organización Dieterich sabe que aporrea.org es sólo el primer canal y que el mensaje inicial trasciende a diversos y amplios sectores de opinión, sin el acompañamiento de la paliza teórica que lo invalidó. Aporrea.org es la partida de nacimiento para que se convierta en originariamente válido cuando pasa, como sucedió, a las decenas de medios opositores, y lo expuesto se convierte en verdad absoluta, en substancia virulenta para alimento de quienes necesitan de permanentes dosis de veneno para seguir existiendo y rezumar miseria humana que, “vean, no lo decimos nosotros, lo dicen en aporrea”. Es decir, cuando cumpla los objetivos que se fijaron los clientes del emisor, ese inocente que, pobrecito, le dispararon a mansalva porque se movía “fuera de su realidad o disciplina” de uno de esos “comentaristas de oficio”, quien dijo que se le conocía en el bajo mundo de la CIA como el “bien pagado”. ¡Calumnias irresponsables!

Recorran los portales emblemáticos de la opinión opositora, para que constaten el regodeo con que tratan el artículo del tal Dieterich, que nadie puede desenmascarar como agente de la CIA porque no se tiene acceso a la base de datos de esa organización o del Pentágono, condición establecida en el artículo de la perezosa defensa, donde se confunde “inocentemente” el culo con las témporas, como decía mi nona Julia. Observen con detenimiento el condumio navideño que recibieron para apuntalar las instigaciones de quienes, asesinado Chávez, comienzan a lidiar con el caos que creen le sobrevendrá, y entonces nos percataremos cuáles fueron las legítimas intenciones de los financiadores de Dieterich, ese señor que creíamos venía por un fardo de lana, pero se llevó dos, y las ovejas del pesebre.

osoriof@cantv.net

osorioc@gmail.com



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Fermín E. Osorio C.

Historifabulador socialista y antiimperialista.

 osorioc@gmail.com      @FrontinOso

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