05-10-25.-En Venezuela existe un debate abierto sobre la necesidad de enviar actividades escolares para que los estudiantes ejecuten en sus hogares, lo que históricamente se ha conocido como tareas.
Por un lado, la parte oficial que representa el ministerio del Poder Popular para la Educación apuesta a enviar un mayor número de actividades como tareas fuera del aula. En lo discursivo, refiere que estas actividades son denominadas “refuerzos”.
En teoría, los estudiantes deben asumir responsabilidades compartidas con los docentes, incluso refiere que los estudiantes con mayor índice académico se conviertan en ayudantes de sus propios compañeros.
Estos estudiantes con mejores índices académico serían, según la cartera de educación, los “acompañantes” en la labor de reforzar el conocimiento generado en las aulas.
La programación educativa debe realizarse dentro de las aulas
La posición del presidente del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Distrito Capital (Sitraenseñanza), José Pérez, contrasta con la posición del gobierno.
A juicio del profesor con dilatada trayectoria “la programación educativa debe realizarse dentro de las aulas”, y en caso de que un docente decida enviar “tareas”, debe tomar en cuenta la cantidad de asignaciones que puede tener un estudiante.
Pese a que José Pérez es partidario de que las actividades se ejecuten en las aulas, considera que los trabajos de reforzamientos son necesarios, pero sin exagerar”.
“Es importante en este momento abrir un debate, pero que sea sano y respetuoso, y que se respete la decisión que se tome, porque también es necesario que los muchachos tengan refuerzos en sus casas o con compañeros que lo puedan apoyar”.
“Yo recomiendo, y mientras fui director siempre estuve luchando, para que todo ese trabajo lo terminemos en clase. Sí hay que mandarles reforzamiento a los muchachos, pero no exageradamente».
El otro problema: la ausencia de docentes
De acuerdo con José Pérez, hay reportes informales que vienen desde fuentes afines al sindicato, directores de escuelas y liceos y delegados a nivel nacional, por un bajón en la asistencia de docentes a sus puestos de trabajo.
Pérez atribuye este bajón de asistencia de docentes al aumento del pasaje, la subida constante del dólar y la consecuente inflación, pocos beneficios sociales y el bajo salario.
Según Pérez, la crisis educativa se agravará ante la ausencia de los docentes en las aulas.