31 de agosto de 2022.-
Cada 30 de agosto se conmemora el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, esta fecha fue establecida por la Organización de Naciones Unidas el 21 de diciembre de 2010 para afianzar las labores que llevan a cabo organismos internacionales de Derechos Humanos y la Cruz Roja para esclarecer los hechos. Desde entonces, la ONU ha reiterado su compromiso para contrarrestar estas acciones de lesa humanidad, pero, ¿han sido suficientes y efectivas? En varios países de la región se organizaron manifestaciones para clamar justicia y reparación.
En el ámbito jurídico, la desaparición forzada es un delito que viola los Derechos Humanos y que, cometido en determinadas circunstancias, constituye también un crimen de lesa humanidad. Este delito tipificado en textos internacionales y en la legislación penal de varios países, se caracteriza por cualquier forma de privación de la libertad de una persona por parte de agentes del estado, grupos o individuos que actúan con su apoyo.
Según un informe de Naciones Unidas, de los 10 países con mayores desapariciones forzadas del mundo, siete se encuentran en América Latina: Guatemala, Chile, El Salvador, Argentina, México, Perú y Colombia.
En Argentina, la dictadura denominada Proceso de Reorganización Nacional, que gobernó al país desde marzo de 1976 hasta el hasta diciembre de 1983, dejó al menos 30.000 personas desaparecidas de manera forzada. Los gobiernos militares se dedicaban a perseguir, secuestrar, encarcelar, torturar y también a ejecutar a los disidentes.
En Guatemala, la Comisión para el Esclarecimiento Histórico declaró que durante los 34 años de conflicto dejó 45.000 desaparecidos y más de un millón de desplazados, miles de estudiantes, campesinos, escritores, periodistas y líderes políticos desaparecían día a día, sin que hasta hoy, sus familias tengan una respuesta de su paradero.
En Ángulo los protagonistas, desde Colombia, nos acompaña Ana Páez, integrante de la fundación MAFAPO - Madres de Falsos Positivos del municipio de Soacha, Cundinamarca y Bogotá, su hijo Eduardo Garzón Páez, desapareció el 04 marzo del 2008 y apareció muerto en el departamento de Santander, en agosto del mismo año. En México, Mario César González Contreras, padre de César Manuel González Hernández, unos de los 43 jóvenes de Ayotzinapa que desaparecieron en 2014 y desde Estados Unidos, Angelita Baeyens, vicepresidenta de Incidencia y Litigio Internacional de la Fundación Robert F. Kennedy Human Rights.
Redacción: Ferney Porras Santana
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