Al mediodía del día 23, el sonido de campanas de la iglesia Nuestra Señora de Altagracia, y el repique de los tambores Mina, Curbata y Culo e’ Puya indicarán el inicio de la fiesta, que continuará el 24 a las 10:00 de mañana con una misa solemne en honor a San Juan Bautista. Ya culminada la homilía, los tambores se harán sentir hasta el otro día, cuando la imagen de San Juan Niño recorra las calles de Curiepe y se realice el encierro de Santo.
El último día, los seguidores se despiden de la imagen con regalos y reconocimientos para agradecer al santo los favores recibidos, alzan pañuelos de colores y bailan con movimientos de carga sensual, donde el hombre acosa a la mujer y la mujer se le escurre de manera provocadora.
Los devotos expresan su fervor y alegría a través de vestimentas que evocan el periodo colonial venezolano, con vestidos coloridos, y pañoletas en la cabeza, en el caso de las mujeres. Los hombres usan camisa blanca y pantalón caqui con sombrero de paja y una pañoleta atada al cuello. Muchos también se manifiestan con cantos nacidos de la improvisación, dedicados a la vida, al amor y la esperanza.
Los tambores en honor a San Juan Bautista también repicarán en Caucagua, Cúpira, Río Chico, Guarenas Guatire, Santa Lucía, Ocumare del Tuy, Tácata y Cúa.
Si San Juan lo tiene San Juan te lo da
San
Juan Bautista ha concedido milagros de salud y fertilidad, propicia
lluvias necesarias para las cosechas y consigue pareja. Es el protector
de los pobres. Fue quien bautizó a Jesús. La imagen que conservan en
Curiepe llegó hace más de 200 años de España y es la recreación de San
Juan Niño.