Sobre Ingrid Betancourt, los congresistas presos y las pocas salidas de Uribe

El partido Conservador del actual jefe de Gobierno de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, con mayoría en el Congreso Colombiano y también con el mayor número de congresistas presos en las cárceles de ese país, se garantizó un mejor respiro con la liberación de Ingrid Betancourt. Esta organización vio luz al final del túnel, en su afán de tapar la última tronera que la Corte Suprema de Justicia dejó en evidencia con la decisión en contra de la congresista neogranadina Yidis Medina, quien fuera hallada culpable por recibir sobornos para aprobar la reforma que permitió la reelección de Uribe hace dos años. En esta acción también fueron involucrados algunos políticos: Sabas Pretelt (embajador en Italia), Diego Palacio Betancourt (Ministro de la Protección Social) y Alberto Velásquez en lo que se ha dado a conocer como la "yidispolítica". Pero este tribunal no sólo se conformó con estas medidas sino que también ordenó investigar la reelección de Uribe para que se determine si dicho proceso fue legal, situación que además de profundizar la decadente imagen de Uribe, le auguraba un final nada alentador como el vivido por otros políticos del Uribismo que ya poblan las cárceles de Colombia, a saber: William Monte, senador de Bolívar (preso); Ciro Ramírez Pinzón, senador de Boyacá (preso); Luis Humberto Gómez Gallo, senador (preso); Alfredo Cuello Baute (llamado a indagatoria); Alfonso Campo Escobar (preso); Luis Fernando Almario (preso) y Muriel Benito Revollo (preso).

Para Uribe, las opciones de salir ileso eran pocas, unido a la gravedad de los delitos que comprometían a sus aliados naturales, los cuales van desde narco-política, cohecho, vínculos con el paramilitarismo (parapolítica) y hasta complicidad en crímenes. Todo esto se conjuró para que el consentido de Washington se jugara la mejor carta que consistió en cambiar a todos sus congresistas criminales y corruptos por una ficha que le permitiese liberarse de la carga que éstos políticos representaban para su inminente reelección. Ingrid Betancourt, luego de seis (6) años en poder de las FARC, había amasado a su alrededor las suficientes voluntades que le permitiesen lavar la imagen de Uribe frente al pueblo colombiano y por partida doble frente al resto de mundo, donde se incluye el gobierno estadounidense que recientemente le había negado la aprobación del TLC, en respuesta a las turbulencias que se habían desatado úlitimamente en el gobierno Colombiano.

Abogado y Lic. Trabajo Social (UCV)

Prof. UBV

Vocero Suplente Batallón Simón Bolívar I- Parroquia Altagracia

martinjpadrino@hotmail.com


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Martín Padrino*


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