La indignación, la impotencia y el descontento andan sueltas

Para nadie es un secreto la situación que se vive en Venezuela por los últimos desaciertos del presidente Hugo Chávez, primero por la decisión de aprobar una reforma constitucional con algunas modificaciones, que para el soberano, no estaban claras y por otro lado, la que tomó el treinta y uno de diciembre pasado al decretar la amnistía a algunos venezolanos que no gozan, para nada, de la simpatía de los seguidores del proceso que él comanda.

Si de resultados se trata, está a la vista, que los objetivos planteados no se lograron, pero lo que sí está todavía en debate son las posibles causas de este revés que muy bien han aprovechado sus adversarios. Sea pírrica o no, pero les han “sacado el jugo”, lo que demuestra que no está lidiando con "muchachitos de pecho" y lo que él ha querido señalarle al mundo, se cae por la mano blandengue de sus más allegados colaboradores. La gente todavía está esperando mano dura. La misma que le han estado aplicando al presidente, sin consuelo, desde que llegó al poder y sobre todo, para muestra, lo que aconteció en sólo pocos días que duró el reinado de Carmona Estanga.

La indignación que le provoca al soberano es evidente, sólo falta salir a la calle, al considerar que el trato que le está dando Chávez a sus adversarios no se corresponde con el que está recibiendo. Entendemos que pueda pensar el presidente, en poner la otra mejilla, pero resulta que no le están dando otra bofetada sino "hasta con el tobo". De esta manera no se puede negociar,conciliar o reconciliar, ya que cualquier gesto de consideración o humanidad es considerado sólo como señal de debilidad. Así no es posible negociar.

Sólo al imaginarme que sucedería si los oposicionistas toman el poder, por cualquier medio. ¿Qué pasaría?. Compatriotas revolucionarios, tendríamos que correr, camuflarnos y pelear porque la ofensiva sería indescriptible. De esto ya tenemos muchos ejemplos.

A veces nos preguntamos cuantos Vielma Mora hacen falta en este proceso, ya que no le tiembla la mano al tomar sus decisiones, actitud que la mayoría del pueblo venezolano está esperando de los demás funcionarios, ministros y directores del tren ejecutivo del presidente. La actuación de Mora, apegada a la ley, ha sido ejemplo de lo que se puede hacer con la autoridad, responsabilidad que se ha otorgado a muchos y han preferido lo más fácil:dejarse manipular, burocratizarse,convertirse en cómplices, corromperse, incumpliendo así con el mandato establecido en las leyes,además del compromiso que asumieron con el pueblo que, de una u otra manera lo llevó a ese cargo que ahora ostenta como fiel exponente de la cuarta república.

Con qué moral un gobernador, un alcalde o funcionario, pueden hablar de socialismo, cuando circulan en camionetas 4x4, andan derrochando el dinero en farras y bebederas, compran hatos y fincas, se exhiben con "queridas" y novias,mientras el soberano sigue esperando que le resuelvan sus problemas. Y lo increible es que ahora le están dando responsabilidades gerenciales a adecos y copeyanos,que emplean sus cerebros cuartorepublicanos en aumentar la burocracia, la corrupción y todos los males de ese nefasto período de la historia venezolana, contribuyendo a sabotear la gestión del gobierno nacional.

La indignación, la impotencia y el descontento andan sueltas,mucho cuidado,porque el pueblo es sabio y no perdona.

jopinco@hotmail.com


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José Alberto Pinto Coronado


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