Según estimaciones del "Centro de Investigaciones Ontológicas y Epistemológicas de San Mateo", cerca de 400.000 personas de la tercera edad en Venezuela viven solas. Unos porque sus hijos emigraron, (cerca de 8 millones de migrantes) otros en condiciones de abandono, la atención alimentaria y de salud de estas personas es sumamente precaria, el Estado venezolano los ignora, es como sí no existieran, a diario fallecen muchos de ellos, y en las actas de defunción respectivas se registra cualquier cosa, al fin y al cabo para el Estado ya son "muertos civiles".
Está es la triste realidad de aquellos a quienes, eufemísticamente se les llama adultos mayores, que viven sus "años dorados", en inglés, el concepto de muertos por civil que por primera vez se lo escuché decir a mi padre Maximiliano Crespo (1903-- 1982), se le designa "civilian casualties o collateral damage", que se refiere a las personas que mueren como consecuencia indirecta de una crisis, conflicto o negligencia estatal, esta es la cruda y triste realidad...
El fenómeno que describimos está ampliamente documentado en el contexto de la crisis venezolana, de nuestro tiempo, el concepto de "muertos por civil" que referimos, y que no tiene connotacion oficial, son una especie de daños colaterales que aplica perfectamente para describir a una población vulnerable, que fallece, no por una acción directa de guerra, sino por el colapso de los sistemas de salud, alimentación y de protección social, lo que aquí describimos está documentado
Por Organizaciones como HumVenezuela, Amnistía Internacional y Human Rights Watchhan, que han publicado numerosos informes sobre la crisis de los adultos mayores en Venezuela, destacando
el colapso del sistema de pensiones, (pensiones 0'80 dólares mensuales), migración de cuidadores familiares (hijos, nietos), la falta de acceso a medicinas y alimentos, la inexistencia de una red robusta de cuidados paliativos o geriátricos públicos.
La realidad que viven, o mejor que sufren muchos venezolanos, que han contribuido a forjar la patria que hoy tenemos, pero que ya por razones cronológicas y vegetativas pasan el status etario de tercera edad, atraviesan por condiciones no dignas, ojalá este artículo sirva para sensibilizar al Estado venezolano, y particularmente a su gobierno, de establecer una especie de "plan de emergencia" que garantice, alimentación adecuada y cuidados de salud integral para estos venezolanos, que bien se lo merecen.