El ministro del Poder Popular para la Educación, Héctor Rodríguez, expuso que, tras una jornada de debate nacional iniciada en octubre, dicho ministerio decidió regular las tareas escolares para disminuir su presunto impacto negativo en las familias, y garantizar el mejor tiempo libre de niños, niñas y adolescentes, Rodríguez expresó que esta medida busca asegurar que las tareas sean realmente útiles, que respeten un tiempo razonable de ejecución y que no sustituyan el proceso pedagógico en el aula, asimismo aseguró que la regulación vendrá acompañada de un plan de trabajo y formación docente, dirigida a los maestros, en aras de una educación más efectiva y equilibrada que priorice el bienestar de los estudiantes.
Ante esta decisión del Ministerio de Educación, debemos precisarse varios aspectos:
1. La ayuda que prestan los padres a sus hijos en el desarrollo de las tareas no genera –salvo excepciones– un impacto negativo per se, afirmar lo contrario parece una especulación carente de sustento científico consistente, de hecho algunas investigaciones al respecto indican que la participación parental, cuando es de apoyo y no de sustitución, puede correlacionarse positivamente con el rendimiento académico y la actitud del estudiante (Cooper., 2006; Pomerantz . 2007).
2. La ejecución de las tareas escolares en el hogar es un espacio de autonomía familiar. Su regulación directa por agentes externos es compleja y de dudosa efectividad, un enfoque más pertinente sería la emisión de sugerencias y recomendaciones pedagógicas claras para docentes y familias, promoviendo buenas prácticas en lugar de imponer normas rígidas.
3. Resulta un contrasentido suponer que los padres y representantes buscan sustituir el proceso pedagógico del aula con las tareas en el hogar, el objetivo natural de la familia es complementar, no reemplazar, el trabajo de la escuela. La premisa citada carece de evidencia contextual.
Por el contrario, existe un fenómeno que sí demanda atención y urgente regulación ministerial: el efecto nocivo del uso indebido de los teléfonos celulares de los estudiantes incluso dentro del aula, por sus implicaciones negativas por el contenido en las redes sociales (WhatsApp, TikTok, Instagram, X, etc.), no apta para menores, Numerosos países han implementado políticas para neutralizar los daños cognitivos, emocionales y de socialización, los cuales han sido documentados, en cuatro al impacto que producen en niños y adolescentes, por una exposición digital excesiva y no supervisada (Twenge, 2017; UNESCO, 2023). Sobre este tema de alto impacto, desconocemos la posición del ministro Rodríguez.
Finalmente, se considera que el debate debe trascender a la mera regulación de tareas. Lo esencial es una reorientación del currículo educativo en los niveles de primaria y básica, dicha modificación debe centrarse en la formación en Valores, como la libertad, la tolerancia, la solidaridad, la preminencia del "ser" sobre el "tener", el respeto al otro, etc, tal como lo establecen los artículos 102 y 103 de la Constitución Nacional vigente, los cuales consagran la educación como un derecho humano fundamental orientado al desarrollo pleno de la personalidad, el respeto a los derechos humanos y la preparación para la vida en sociedad.
@marianocrespo07