De Escobar Salón a Luisa Ortega Díaz

Corrían los primeros meses del año 1993, eran los últimos días del segundo Gobierno de Carlos Andrés Pérez. Para llegar allí habían sucedido tres grandes conmociones o campanadas de advertencia al moribundo gobierno del otrora líder del tercer mundo.

Estas grande conmociones fueron la insurrección popular del 27 y 28 de febrero de 1989, con sus miles de muertos como consecuencia; la insurrección cívico militar del 4 de febrero de 1992 y la insurrección cívico militar del 27 de noviembre de mismo año, que trajeron como consecuencia el resquebrajamiento de la institucionalidad militar y política.

El modelo político instaurado a partir de la consolidación del Pacto de Punto Fijo se había agotado y los venezolanos buscaban una salida a la grave crisis moral, social y política que los agobiaba.

Carlos Andrés Pérez había cometido cualquier cantidad de desmanes como político desde su paso por el Ministerio de Relaciones Interiores en tiempo de Rómulo Betancourt, hasta sus dos nefastas presidencias. No había autoridad sobre la tierra que actuará contra aquel hombre, hasta que se sucedieron estás grandes conmociones sociales.

Solo esto hizo que el Status Quo disparara sus resortes y cómo única medida de salvación y supervivencia, tal como en el circo romano, CAP fue echado a los leones. A solicitud del Fiscal General De La República para la época Ramón Escobar Salón, los partidos políticos representados en el viejo Congreso Nacional incluyendo el AD de Pérez, cuyo Secretario General era Henry Ramos Allup, aprobaron la solicitud de antejuicio de mérito para juzgar a CAP.

Esta acción fue la que terminó separando a Pérez del poder. La excusa fue una denuncia por malversación de fondos de 250 millones de bolívares de la partida secreta, que habían sido utilizados para comprar unos cuantos vehículos Jeep usados en la campaña de su compañero De partido Jaime Lusinchi.

Cuando digo "la excusa" es porque Pérez había cometido cualquier cantidad de delitos pero es juzgado por esta, solo para tratar de salvar el Establishment imperante.

Hoy cómo hace 24 años la sociedad venezolana está conmocionada, una gravísima crisis económica, política y social nos agobia. Hemos vivido un Golpe de Estado contra el Presidente Hugo Chávez, el sabotaje petrolero, el denominado movimiento conocido como La Salida, las Guarimbas 1 y 2, cualquier cantidad de intentos para tratar de salir de Nicolás Maduro como Presidente y la hegemonía del PSUV en la vida política nacional.

En los últimos días hemos visto como la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, ha empezado a marcar distancia con la posición del Gobierno de Maduro. Después de haber sido acusada de parcialidad a favor del gobierno durante su actuación como Fiscal General, hoy empieza a dar signos de independencia y contrariedad con los otros poderes públicos.

Es probable que a Nicolás le pase lo mismo que a Pérez, salvando todas las distancias existentes entre los dos políticos. Es probable que y el Estatus Quo este reaccionando y tratando de buscar el sobrevivir de muchos, o el cambio de rumbo para el País.

¿Será Luisa Ortega Díaz quién termine sacando a Nicolás Maduro del poder? ; ¿Cómo se comportara el PSUV y su dirigencia? ; ¿Seguirán como los músicos del Titanic tocando hasta que el barco termine de hundirse, o por el contrario tratarán de salvarse para un mejor momento político?

Estas interrogantes serán resueltas en un muy corto tiempo, a mi parecer.

 

josegzambranoa@hotmail.es



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