Creación de un mercado cambiario dual público y privado. Es necesario para acabar con la especulación del dólar

Se desarrolla la idea de creación de un mercado de divisas compuesto por dos subsistemas y atendidos por el BCV según los objetivos nacionales los cuales se articularían según las necesidades económicas y financieras del país.

Un mercado de divisas donde la oferta y la demanda son determinadas por actores privados, aunque supervisado por el Banco Central de Venezuela (BCV), sugiere un sistema híbrido que combina elementos de control estatal con dinámicas de mercado libre. En este contexto, los precios de las divisas se fijarían en función de las transacciones privadas, donde las empresas y particulares compran y venden divisas según sus necesidades y expectativas.

Con un mercado cambiario compuesto de esta manera, se podría atender de una forma menos vulnerable y más soberana lo siguientes objetivos estratégicos: Estabilizar el tipo de cambio, al anticipar operaciones y evitar picos especulativos.

Reducir la inflación, al ordenar el flujo de importaciones y anclar expectativas.

Fortalecer la soberanía monetaria, al revalorizar el bolívar como instrumento de acceso.

Promover corresponsabilidad productiva, al vincular el acceso al mercado interno con el aporte real de divisas.

Por otra parte ante la crisis interminable del mercado de divisas esta propuesta es el desarrollo lógico para salir de ella y conjurar futuras crisis cambiarias, que perjudican a todos. Se considera que esta propuesta es técnicamente factible y estratégicamente necesaria en economías con alta concentración de divisas en manos del Estado pero sujetas a las vulnerabilidades que genera un mercado de divisas exclusivamente privado o privatizado de hecho.

Ello permite al BCV articular políticas cambiarias, optimizando recursos según prioridades nacionales. El subsistema estatal dedicado a atender compromisos públicos y planificación estratégica, mientras el privado fomenta productividad y circuitos de autofinanciamiento. 

Al segmentar el mercado, se facilita su manejo, se reducen tensiones distributivas, se mejora la transparencia y se fortalece la soberanía monetaria. Su éxito depende de reglas claras, coordinación interinstitucional y mecanismos de ajuste que eviten distorsiones entre ambos circuitos. El estado deja de ser el financiador del comercio privado. En contextos de transición económica, esta propuesta no solo es útil: es urgente, al redefinir el metabolismo financiero con criterio de soberanía.

Estos subsistemas son el mercado de divisas del estado  conformado con las divisas que este genere producto de su actividad, y orientado a atender sus necesidades y políticas de financiamiento y el mercado de divisas privado, que sería cubierto por las empresas privadas, siguiendo la lógica de su actividad comercial para generar circuitos de autofinanciamiento. 

Inicialmente consideramos que un mecanismo para conformar este mercado privado de divisas es la Venta Anticipada de Divisas VAD, donde el importador vende sus divisas anticipadamente al BCV antes de importar, adquiriendo así un derecho de acceso al mercado interno. Con las garantías adecuadas también podrían parcialmente recibir préstamos del estado, pagaderos en divisas, sin ser recurrente, hasta que el mercado privado cubra todas las necesidades. 

Esta venta anticipada fortalece el bolívar, al exigir su uso como moneda de intercambio y acceso. Se apoya en los mecanismos existentes de mesas de cambio, e introduce una lógica de compromiso previo, que ordena expectativas y reduce volatilidad.

La intervención del BCV podría manifestarse a través de regulaciones, alertas sobre fluctuaciones extremas o la provisión de liquidez cuando sea necesario. Esto podría promover una mayor transparencia y eficiencia en el mercado, permitiendo que la oferta y la demanda reflejen mejor las condiciones económicas reales. Sin embargo, también podría generar incertidumbre si la regulación es percibida como restrictiva, afectando la confianza en el sistema. En resumen, un enfoque así requiere un delicado equilibrio entre la intervención estatal y las fuerzas del mercado.

Hay que entender varias cosas, que deben sopesarse adecuadamente, porque en primer lugar, el mercado de divisas no es solo un componente económico, sino que es parte de la estructura social y genera efectos sociales negativo y positivos, por lo que la consulta sobre ello en lo politico, social y económico debe ser visto como un papel permanente del BCV y otros organismos económicos y de planificación. Los organismos sociales y políticos, podrían preguntar ¿Si me afecta la divisa porque el BCV no se me consulta?

El otro punto son los riesgos éticos y administrativos, que genera un mercado de tantas riquezas como ha sido el de Venezuela. Ya CONSECOMERCIO, ha jugado posición adelantada pensando en los grandes beneficios que significaría para ellos un incremento de la exportación de petróleo y revivir la economía importadora que les permitió acumular grandes capitales, ayer como hoy en el exterior, y nuestras finanzas quedaron “limpias”.  

El BCV, como tantos bancos centrales del mundo, no ha encontrado la solución al problema cambiario, pues ha sido chantajeado por las teorías y lo teórico. El mercado cambiario, como otros espacios económicos, no se resuelve desde la ortodoxia ni desde el dogma. Al avanzar, no desaparecen los muros ni los fosos que impiden conocer la realidad, hay que vadearlos, e incorporarlos a nuestra visión teórica, a convertirlos en parte del mapa. Lo que antes era obstáculo, ahora es estructura. Pensar con soberanía es aprender a caminar sobre el abismo sin perder el paso.

Es necesario avanzar en las soluciones que se necesitan para poner orden y generar beneficio nacional en el mercado cambiario, como dijo alguien, vacilar es perdernos. 

 


Esta nota ha sido leída aproximadamente 710 veces.



Oscar Rodríguez E


Visite el perfil de Oscar Rodríguez E para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:


Notas relacionadas

Revise artículos similares en la sección:
Anticorrupción y Contraloría Social


Revise artículos similares en la sección:
Economía