De tragedias y vaguadas

En Venezuela y Colombia nos estamos quemando con la sequedad de “El Niño”. La opinión antirrevolucionaria, en las primeras de cambio, culpó al presidente Chávez de la trágica situación ocasionada por la gran sequía, que no es la primera vez que se presenta en estos países. La mente del campesino es larga para recordar que la misma sucedió en los años 30 cuando, en el caso venezolano, ocasionó el éxodo de todos los trabajadores del campo de la región anzoateguiense hacia el estado Monagas, debido a que hasta los ríos llegaron a su mínima capacidad.

De aquella casi tragedia fue que surgió el refrán que dice “en rastrojo viejo siempre se consigue batata”. Este dicho popular es el espejo de la sobrevivencia de todos los campesinos pobres de Venezuela y Colombia. Reviven aquellos hechos en esta región cuando los ríos más copiosos son hilillos de agua y la temperatura calderas del diablo. El otrora caudaloso río Magdalena en Colombia, que hasta Patricia Poleo lo navegó en sus “aventuras” paramilitares, hoy se encuentra en proceso de languidecer, peligro que también acecha a nuestro amplio Caroni. A estas alturas de transcurrido el fenómeno “El Niño” los más furibundos antichavistas se han convencido de que la situación del recalentamiento global por el efecto invernadero, no es culpa de ningún gobierno en particular si no de la voracidad del gran capital demostrada hasta la saciedad. El último ejemplo negativo fue en Copenhague cuando se burlaron del mundo en una reunión paralela presidida por el secuestrado presidente Barak Obama.

A todo esto se agregan los catastróficos terremotos de Haití, Chile y Turquía que desmienten, lamentablemente con la pérdida de miles de seres humanos, los infundios de la canalla antirrevolucionaria en todos estos países, por lo que el presidente de FUNVISIS, Francisco Garcés, alertó una vez más respecto a que toda la ciudadanía, sin tomar en cuenta ideologías políticas, debe ejercitarse mentalmente para defenderse a la hora de cualquier eventualidad. Nos sumamos al alerta que hace el técnico de Funvisis, para referirnos a que en el Estado Anzoátegui existe una falla poco conocida por la población. Se trata de la falla de Urica, que cada 50 años promedio presenta sacudimientos justamente frente a la cabecera del río Naricual, lo que ocasiona alta vulnerabilidad ante movimientos telúricos en la región oriental.

Garcés alerta en cuanto a que las comunidades deben evitar construir sus viviendas en sitios cercanos a los ríos. Al respecto advertimos que el río Las Minas, como consecuencia de aquel movimiento telúrico sucedido en junio de 1970, acabó con la vida de gran cantidad de campesinos que tenían sus viviendas construidas a las orillas de ese río, incluso en su cauce natural, desviado por los sedimentos y entorpeciendo su recorrido. Al año de esa tragedia, algunos politiqueros irresponsables entusiasmaron a mucha gente para que volvieran a habitar en esos mismos sitios, es decir, en Las Minas arriba, Naricual y en la parte que llaman El Realengo donde fueron construidas no menos de 40 viviendas habitadas por las familias más desposeídas.

Con ésta alerta no se pretende ser alarmista, sólo señalamos que estamos en la transición de un período de sequía hacia la temporada de lluvias, cuando la tierra se erosiona ocasionando el posterior desbordamiento de los ríos hecho conocido como la “madre vieja”.

Patria, Socialismo o barbarie


pedromendez@yahoo.es





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Pedro Méndez


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