El pasado 13 de abril se conmemoro un año más del rescate del Hilo Constitucional o del Día de la Dignidad Nacional, día en el cual el pueblo Venezolano, tomo las calles para exigir la presencia del comandante Hugo Chávez quien pocas horas antes había sido depuesto por un Golpe de Estado ensamblado en USA y ejecutado en primer lugar de manera mediática por los medios de comunicación privados y en segundo término por la cúpula empresarial representada por Pedro Carmona de Fedecamaras, la CTV de la mano de Carlos Ortega y un grupo de Generales y Almirante sin tropas, quienes traicionaron la lealtad y responsabilidad que le había brindado el Presidente.
El 13 de abril surge como una repuesta al 11 y 12 de abril, donde nos agarraron fuera de base, producto de una confianza excesiva que nos indicaba la imposibilidad de un Golpe de Estado en el país. La oposición venezolana se núcleo en torno a esta aventura golpista sin importarle enfrentar a sus seguidores, al desviar de manera irresponsable la ruta de la marcha, con los militantes de la revolución que estaban apostados en las inmediaciones del Palacio de Miraflores. Estos sucesos dejaron una secuela de impunidad, donde a la fecha, a excepción de la condena dictada a los jefes de la Policía Metropolitana de entonces, no se ha castigado a los actores intelectuales y directos de tales hechos, donde se evidencian muertos y el desconocimiento de un Estado de Derecho. La mayor parte de ellos huyeron del país, otros son gobernantes, sin contar los que diariamente se mantienen disparando mentiras a través de los medios de comunicación privados. El no haberse juzgado en su momento a los responsables ha permitido que los mismos sigan con la guachafita que han mantenido desde entonces; al punto de que seis meses más tarde desarrollan un paro petrolero que amenazo con destruir la economía nacional.
Buscándole una vertiente positiva, si es posible, a los sucesos de abril, debemos indicar que se acelero el nacimiento de las misiones sociales y educativas, se genero una auto limpieza en las Fuerzas Armadas y de falsos revolucionarios que se anidaban en el Gobierno y se marca el sendero para el rescate de PDVSA, rescate que se concreta una vez que se supera el paro petrolero
El 13 de abril, también dejo como enseñanza la necesidad de mejorar el nivel organizacional del pueblo, bien sea a través de distintas instancias sociales y populares, así como, a nivel de las organizaciones políticas que apoyan el proceso. Ese 13 de abril el pueblo se movilizo y se conecto de manera espontanea, sin ningún comando central que los dirigiera, más que un comando los inspiro y direcciono el amor y compromiso con su líder el comandante Hugo Chávez; quien estaba secuestrado y no había renunciado.
En tal sentido, debemos aunar esfuerzos en la organización del colectivo, la cual es responsabilidad de todos aquellos que nos preciamos ser partidarios de la Revolución Bolivariana; en cada espacio territorial existe la posibilidad de involucrarse en un Consejo Comunal, una Mesa Técnica de Agua, una Mesa de Energía, un Comité de Tierra Urbana, entre otros, los cuales se han convertidos en espacios para la construcción del Poder Popular. Estos espacios deben ser direccionados por partidarios de la revolución, no podemos dejar que la derecha nos tome los mismos, bien sea por flojera o por la falta de compromiso que a veces sentimos por nuestro entorno; desde allí se fortalece la revolución. El PSUV, a través de los Batallones Socialistas, debe guiar el accionar y garantizar la presencia de militantes en estas organizaciones con la intención de defender y profundizar la propuesta socialista. No podemos esperar a que nos inviten, nosotros debemos participar directamente sin invitación alguna y además debemos potenciar la presencia del colectivo revolucionario. Construir la revolución es tarea de todos.
(*) Econ
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