Febrero y sus valientes


La memoria histórica es el verdadero protagonista del proceso emancipador y revolucionario venezolano.

Primero. El pueblo, como protagonista directo en un sistema político que se autodenominó ''democrático'' y del cual quedó excluido y pasó desde el mismo año 1958. De protagonista a simple representado con derecho a voto, pero como simple personaje inexistente y con rol de extra en una película donde el bulto y la sombra a penas son perceptibles.

Y que decir de su derecho a voz. Demás está decir y de ello, ejemplos tenemos cientos, que ni el más mínimo murmullo se permitía so pena de verse humillado, encarcelado, torturado o simplemente desaparecido o lo que era igual a muerte sin derecho a funerales.

Fue entre el 27 de febrero y los primeros días del mes de marzo del año 1989 Que una vez más el pueblo tomó la iniciativa para convertirse nuevamente en protagonista de un momento histórico que daría nacimiento al Proceso más hermoso, después de las luchas de independencia dirigidas por el Libertador Simón Bolívar. La obra, donde todo un pueblo, no sólo retomó su dignidad y su papel protagonico, también, y ya lo demostró; retomó el coraje de defenderla hasta con su vida; a la pacífica, patriótica y bonita; Revolución Bolivariana.

Esa ''democracia '' que marginó por más de cuarenta años a un pueblo; vio sus fundaciones removidas violentamente, aquél 27 de febrero. Ese pueblo se hartó de frustraciones y si pudo bien pasar a través del hecho y aceptar que nunca podría comprarse un VHS y TV a color. A su vez dejó demostrado la falsedad de aquel rumor urbano que corría, y sin duda inventado por los medios oligarcas para darse buena conciencia: De que delante de cada rancho de tabla y cartón siempre había un Ford LTD último modelo y una antena parabolica.

Preténdiendo de esta manera; que el pueblo había escogido vivir de esa forma. Resulta curioso, que desde el 27 de febrero y los primeros días del de marzo del 89. La gente cargó en sus minadas humanidades y con la ayuda de los familiares; niños y mujeres; a demás de comida, trataron de cargar con lavadoras, refrigeradoras y otros utensilios de primera necesidad del hogar.

No son esas las primeras prioridades, cuando tenemos un carro tan caro en la puerta del rancho; se supone que ya disfrutaban de ellas. En síntesis, el pueblo no pudo seguir soportando el grito desgarrador de un estómago vacío ni la mentira disfrazada y diagnosticada de gastroenteritis; cuando aún resonaba en sus oidos el eco del llanto de su infante producido por el hambre y muerto con nombre y apellido por Desnutrición Crónica, la mayoría de las veces.

Y mientras ese pueblo seguía excluido de aquel pacto de la democracia de 1958. Y donde era más objeto que sujeto de las decisiones de las élites políticas, militares, económicas y religiosas que a fuerza de mentiras, represión, intimidación, engaños y promesas; se consiguió artificialmente por más de cuarenta años una relativa y muy falsa paz y estabilidad política - social, para contentar a los observadores internacionales. Mientras nos, elogiaban y llenaban de infinitos adjetivos para resaltar nuestro civismo a modo de borrego y el apego y respeto de un pueblo por su '' democracia ''

Se nos burló con la fantasía del billete en el suelo, que al querer recogerlo con ansía, alguien lo tiraba de una cuerda. Y así seguíamos creídos y convencidos por lo elevado de la cifra del billete; de que los venezolanos éramos los más ricos del área por tener un ingreso per cápita de 20.000 dolares anuales; mientras mucho más del un ochenta por ciento de la población en las noches con sus mañanas de sus duros cotidianos; esa gran mayoría no le veía la cara a la mínima moneda de una fracción de Bolívar.

Y así se popularizaron las universales frases: ---- Estamos pelando bola ---- Estamos más limpios que talón de lavandera --- Y se eternizó la lucha de sobrevivir a duras penas y viceversa, las siguientes veinticuatro horas, con sus respectivos 365 días durante más de cuarenta años de miseria.

Por eso no quedó otra alternativa que el estallido social como expresión de la presencia y existencia del pueblo. Fue esta la única manera de hacerle comprender a las elites y finalmente hacerse tomar en cuenta y poner en relieve las desigualdades, la iniquidad, la injusticia y las grandes diferencias en la distribución de las riquezas hasta ese momento y por otro corto periodo a ( Dios gracias ) escandalosas.

Es por eso que el 27 de febrero de 1989 no quedó como una jornada para sólo ser recordada en las crónicas de historia. Ese gesto representó el reto valiente de la consolidación del proceso de cambio que hoy vive Venezuela

Aquel veintisiete de febrero que encendió la mecha de la dignidad y dio lugar al otro cuatro de febrero, el de 1992. Donde un grupo de militares de extracción humilde, pueblerinos, nacionalistas y con el corazón bien plantado en la izquierda; dieron la estocada final y marcaron el camino a seguir a un pueblo, que identificó definitivamente, de donde venían todas sus desgracias sociales injustificadas.

Un pueblo que traía desde el 27 de febrero el gusto de la lucha y la profunda convicción, de que una democracia participativa y protagonica, un proceso donde su voz y su voto, cuentan para las decisiones individuales y colectivas en búsqueda de un bienestar para sí y para los suyos, era y es posible; como está siendo demostrado para el mundo y para los propios opositores de este cambio emprendido por el pueblo mismo.

Es por eso que no debemos extrañarnos que ese más de ochenta por ciento de la población; hoy día y con la experiencia vivida desde 1989 donde el sistema represivo implantado en ese momento acabo con la vida de miles de venezolanos; defenderá al proceso bolivariano aún a costa nuevamente del sacrificio sus vidas.

Y de otra manera no es posible; porque salvo muy pocas excepciones y a través de la historia contemporánea, existen pocos reportes semejantes o parecidos a lo que hoy está sucediendo en Venezuela. El pueblo puede palpar, percibir, concebir y disfrutar como ente y ciudadano, de una verdadera justicia social, de una verdadera redistribución de esos veinte mil dolares de ingresos per cápita.

Y como lo dijo el Canciller venezolano Roy Chardeston, hace pocas semanas en su discurso de la ONU. ( Se trata simplemente, de incluir a los que siempre estuvieron excluidos; sin excluir a los que siempre estuvieron incluidos ).

Es decir que a esas elites, a esas flor y natas de la sociedad; nada se les ha quitado ni se les quitará. Salvo sus intenciones de seguir dominando y exprimiendo cada centavo de la renta petrolera y gobernando e imponiendo desde sus canales de televisión o de sus salas de editoriales de prensa o de sus sotanas con rojos escarlatas indignamente llevadas y de aquellos militares con mansiones, castillos y choferes; que la lotería más millonaria no le hubiese podido pagar.

Son todos los arriba mencionados y sus parasitarios apéndices, los que hoy se oponen y le niegan al pueblo, la verdad, el futuro, la igualdad, la justicia; y aún la justicia '' Divina '' como bien podemos constatar por las actuaciones de los altos jerarcas eclesiásticos. La lucha y los logros alcanzados en corto tiempo por el pueblo venezolano; nada ni nadie podrá nunca más arrebatarle.

No existe hoy día un venezolano que pueda con moral y la frente alta, decir, que está siendo excluido del proceso bolivariano. Existen muchos venezolanos, eso si es verdad; ( Una minoría ) Que son manipulados por la desinformación y la propaganda oportuna y bien dirigida contra el proceso revolucionario. Otros quizás, que perdieron privilegios. Privilegios de baja monta; como seguir cobrando cheques de diferentes organismos del estado por el sólo mérito de haber votado y zagaletonamente exigir como buen oportunista, a uno, o a los dos partidos al mismo tiempo que muy sabiamente nos dictatoriaron y habituaron a una minoría de bajo extracto social a vivir de la fácil solicitud mendigante.
( Porqué ser opositor, no le quitaba poder, según el pacto. Y el padrinazgo, amiguismo y el tráfico de influencia eran moneda corriente ).

Es por eso y para concluir; que repito lo que siempre digo. Que se necesitaría estar demente; si acaso y no por casualidad, alguna vez al menos formaste parte de ese algo más del ochenta por ciento; para que estúpidamente hoy día te opongas al proceso más dignificador y justo que jamás habíamos vivido los venezolanos. Por eso y mucho más; Gracias al 27 de febrero de 1989. Gracias al 4 de febrero de 1992. Gracias a este pueblo, que supo salir de su letanía donde lo mantuvieron más de cuarenta años de ignominia, indiferencia y desprecio. Gracias al 12 de febrero de 1814. Qué también llevamos como estandarte de victoria, ejemplo y dignidad. Cuándo el General José Feliz Ríbas, al mando de un grupo reducido de patriotas jóvenes estudiantes; voluntarios para la ocasión; les animó con las siguientes palabras: No podemos optar entre vencer y morir. Necesario es vencer. De ello depende la patria.

Felicidades a todos los y las jóvenes de la patria grande, nuestra Venezuela en la celebración del día de la juventud, y que la misma se haga extensiva a todos hombres y mujeres luchadores del mundo que llevan en sus espíritus la fuerza joven que no muere con el simple pasar de los años.


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Carlos J. Level

Militante Bolivariano. Ex-coordinador del Círculo Bolivariano de Montreal, Canadá.

 level.carlos@gmail.com      @CarlosLevelGar

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