Me pareció de gran importancia relatarle lo vivido en una tarde en la que acompañaba a mi menor hija a disfrutar de un helado, sentada en la Plaza Bolívar del Centro de Caracas, donde en un banco de la localidad se encontraban dos señoras manteniendo con gran preocupación una conversación. En esta oportunidad el tema central era en referencia a las noticias emanadas de las redes sociales, específicamente Tik-Tok, sobre un caso de una señora emprendedora que enfrenta problemas legales por la venta de alimentos elaborados (empanadas, pastelitos) desde su casa, sin los permisos sanitarios pertinentes.
Es el caso que, en medio de la conversación que era imposible no oír, porque nos encontrábamos a un lado de ellas, se escuchó a una de ellas manifestar la angustia que siente ante la posibilidad de "…no poder continuar vendiendo pastelitos en su casa; ya que, lo que generan esas ventas apenas me cubre los gastos básico que se producen en casa…", a lo que su compañera le responde: "…y pensar que, ya ni en los vecinos podemos confiar, a pesar de las evidentes necesidades que muchos tenemos y que sólo estamos buscando soluciones para poder sobrevivir…"
Para ponerlos un poco en contexto, se trata de una persona (madre de dos o tres hijos, según el video que vean) que decide vender empanadas desde su casa, para poder cubrir la crianza de los menores. Un día una vecina, por razones desconocidas (no hacen mención al respecto), la denuncia ante el Instituto Nacional de Nutrición y Seniat, presentándose a su casa representantes del último ente, días después de haber sido interpuesta la denuncia, con la finalidad de presentar cargos por Actividad Económica Ilícita (no poseer permiso sanitario, ni declarar ingresos).
Sin embargo, esta situación es más compleja de lo que parece y, me lleva a las siguientes reflexiones:
Por una parte, muchas personas, a causa de las circunstancias vividas en pandemia Covid-19 (disminución de ingresos económicos, cierres de negocios, desempleo, entre otros), se vieron en la obligación de innovar; unos con más recurso que otros, pero, se la ingeniaron para poder seguir cumpliendo con las responsabilidades que la misma vida les impone. Muchas de ellas fueron madres, pilares de hogar, que día a día mantienen la lucha por cumplir con la responsabilidad de alimentar y educar a sus hijos e hijas y que desde entonces se mantienen trabajando en pro de sostener dicho emprendimiento. ¿Cuánta producción puede haber en un emprendimiento donde trabaja sólo mamá? Quizás con la hija o hijo mayor; o una hermana. ¿Qué tanta ganancia se puede generar, cuando es ese el único ingreso?
Por otra parte, la situación es más difícil y es dónde entra, la parte legal y; fíjate que nunca hice alusión a la venta de empanadas como tal, ya que ese no es el problema. Realmente el dilema está en las regulaciones fiscales, sanitarias (de aplicar al caso) y municipales que rigen la actividad económica que, de ser omitidas, muchos emprendedores (el del kiosko, el de las empanadas, el que saca copias, entre otros), pueden enfrentar fiscalizaciones del SENIAT u otros organismos que competan y resultar en el cierre de sus negocios o multas.
Si bien es cierto que, Venezuela cuenta con una base legal amplia en competencia a la actividad económica que establece, por ejemplo y continuado con el contexto antes planteado: Código Orgánico Tributario en su art. 104 Sanciones por no declarar ingresos; Código Penal en su art. 387 De 4 a 6 años de cárcel por vender sustancias nocivas (intoxicación en el caso de las ventas de comidas preparadas), entre muchas otras. No es menos cierto que, no siempre se adapta a la realidad económica de la mayoría, en cuanto a procesos de formalización.
Por tal motivo, es necesario continuar la lucha y promover una cultura legal con enfoque de género, reconociendo y protegiendo el rol fundamental que las mujeres emprendedoras desempeñan en la sociedad (quienes sostienen la estabilidad de sus familias). Para ello es necesario sugerir un llamado a una reevaluación de procesos y requisitos del Estado a fin de flexibilizarlos, ya que, actualmente simbolizan un obstáculo sistémico a enfrentar para la formalización y crecimiento de los mismos.
En lo vivido aquella tarde, a través de la conversación sostenida por aquellas señoras, deja en evidencia que la lucha por la estabilidad económica en muchos hogares, sigue recayendo sobre las mujeres, quienes se alzan como cimientos del hogar y que al encontrar este tipo de publicaciones (que pienso yo, es una manera de invitar a los pequeños emprendedores a legalizarse), lo que hacen es generar miedo. Y, no es miedo a la sanción; es miedo a no poder seguir con lo único que le genera ingreso y fallar en la responsabilidad que tienen con sus hijxs. Se requiere con urgencia la aplicación de políticas públicas que amparen a la mujer que se sostienen a través de la economía informal.
Correo electrónico: movimujeres.avc@gmail.com
Fuentes consultadas:
https://www.tiktok.com/@ultimas_noticias_ve/video/7534398978352319750
https://www.tiktok.com/@abogadorichardsandoval/video/7530710841671372038
https://www.tiktok.com/@abg.mayracasas/video/7531777218112949560