Cultura sorda: una construccion desde la metafora del silencio

En el mundo viven 74 millones de personas Sordas cuya primera lengua no puede ser una lengua hablada, por lo que adoptan formas alternativas de comunicación visual. Esto lleva a desarrollar costumbres y valores peculiares, que tienden a convertirse en tradiciones. De comienzo es significativo señalar que la literatura especializada denomina Sordo – con mayúscula- a aquel grupo que ha desarrollado una identidad sorda y es poseedor de la cultura Sorda: Aunque no es una categoría esencial, hoy está siendo utilizada como una manera de fortalecer el concepto de Sordos como personas diferentes y no deficientes. Esas costumbres y valores que podría llamarse el ethos de la comunidad lingüística de sordos, va generando ese carácter del "modo de ser" de las personas que nacieron con la deficiencia auditiva, que imprime a cada ser humano una individualidad muy singular, que se manifiesta por una actitud del modo de ser, del modo de estar y como hacerse sentir ante el otro, el ser normal que tiene sus cinco sentidos en pleno funcionamiento. La persona sorda es en primer lugar un ser humano que como todos necesita de la comunicación para poder interactuar en la sociedad, una sociedad conformada por seres oyentes y personas sordas, estas últimas son minoría en un mundo que se muestra muchas veces indiferente ante esa realidad.

Muchas personas que pertenecen al mundo Sordo nacieron en él, pero existe también un número importante que se incorpora en la adultez; este mundo tiene su propia lengua y cultura, no les gusta ser llamados impedidos auditivos, discapacitados o ser calificados por lo que no tienen; para ellos lo importante es lo que son, personas eminentemente visuales, y lo que tienen para comunicarse: sus manos y cuerpo. (De la Paz y Salamanca, 2009).

Al hablar sobre la Cultura Sorda, es necesario abordar lo que entendemos por cultura, a pesar de que existen más de cuatrocientas definiciones del término que van acompañadas de complejidades ideológicas.

En ese sentido se puede afirmar según Morales (2019), que la cultura abarca el conjunto de los procesos sociales de significación, o, de un modo más complejo, la cultura abarca el

conjunto de procesos sociales de producción, circulación y consumo de la significación en la vida social; de allí que es sumamente importante tener claridad en el concepto de cultura y de cultura Sorda par a la comprensión de la Lengua de señas en el marco de las comunidades sordas.

Para el antropólogo Fernández Federico, "la cultura es mucho más que la comunicación, implica forma de vida, de entenderse, de emocionarse de encontrarse y desencontrase que solamente la puede expresar bajo esa lógica cultural que es el lenguaje de señas porque es un código compartido entre ellos"

Sobre la cultura sorda, se puede referir que existen diferentes caracterizaciones. Así Lane (1992) nos dice que las comunidades sordas contienen las características de minorías étnicas: nombre colectivo, sentimiento de comunidad, normas de conducta, valores diferenciados, conocimientos, costumbres, estructura social, lengua, arte, historia, familiaridad.

Por su parte Paddy (2011) considera que estamos frente a una cultura colectivista, ya que sus valores, ideas e intenciones van en camino a beneficiar lo colectivo; según Por Oviedo (2006) en sus "Notas Para Abordar un Concepto Emergente", señala que existe "una peculiar manera colectiva de sentir, de ver el mundo, y de actuar, marcada por la experiencia común de exclusión y con carácter predominantemente visual, articulada en la comunicación señalada o signada".

En consecuencia, en los elementos que presenta Oviedo, con el apelativo de "peculiar manera", encontramos aspectos que posibilitan a los sordos los procesos sociales de producción, circulación y consumo de la significación en la vida social, teniendo algunos rasgos distintivos.

EL POR QUÉ DE UNA CULTURA SORDA

Los sordos como personas visuales, conforman una comunidad con una cultura propia, comparten una serie de características que difieren del grupo mayoritario oyente, presentando características semejantes a la de otros pueblos minoritarios, como, por ejemplo, los pueblos indígenas.

Tienen una lengua viso gestual que les es propia, la Lengua de Señas, y una serie de costumbres y valores surgidos de su condición visual, como la manera de saludarse, de despedirse, de felicitar, aplaudir, entre otras. De esta forma se va generando su interacción social entre iguales y son capaces de establecer sus propias reglas en la conformación de clubes y asociaciones donde comparten sus intereses, gustos, necesidades, aspiraciones y en los cuales se permiten ser y expresarse en toda su dimensión.

La cultura Sorda es importante conocerla comprenderla y divulgarla , pues a través de ella han logrado ser reconocidos como seres con deberes y derechos a pesar de la discriminación a que viene siendo sometidos desde hace 120 años por el colonialismo oyente, no reconociéndoles, ni mucho menos valorando, su cultura y la comunidad que constituyen, prevaleciendo el tema de la sordera por sobre la persona, siendo deshumanizados al no reconocer su cultura ni su lengua, ocasionándoles una daño global e irreparable.

Esa deliberada discriminación por la comunidad de persona Sordas, tal vez obedece por un lado a la imposición en el mundo occidental de la concepción "hegemónica imperante en las sociedades occidentales: la biomédica la cual ve a la persona Sorda como un proceso clínico- patológica y como un déficit de la persona" (Rodríguez, 2013) y por otro al desconocimiento de la historia que viene construyendo los Sordos desde la metáfora del silencio.

En ese sentido, se conoce como desde la antigüedad se tiene referencias acerca de la utilización de las Lenguas de Señas por parte de los Sordos y ya durante la segunda mitad del siglo XVIII, según De La Paz y Salamanca (2013), el abad de L’Epee ofrecía educación a niños y jóvenes sordos en la cual dentro de los profesores estaban considerados los sordos adultos; quedando demostrado que los según Skliar (1997) citado por De la paz Y Salamanca " que los niños y adultos sordos comenzaran a constituirse en pares de ellos mismos como miembros interactivos dela educación" y a reconocer su propia comunidad.

Según los anteriores elementos, se puede afirmar que la comunidad de personas Sordas viene evolucionando por sí misma, construyendo su propia historia y su forma de comunicarse ha servido para que desde 1960 lograr un gran acontecimiento que rompe con

la concepción de la sordera existente hasta entonces y conlleva consecuencias políticas y sociales. Así, de esta manera el lingüista William Stokoe, -citado por De la Paz Y Salamanca demostró "que el código de comunicación visual y gestual que utilizan las personas Sordas reúne todas las características morfológicas y sintácticas de una lengua y es homologable a cualquier otra lengua hablada".

La interacción entre individuos de un mismo territorio y/o comunidades con diferentes características étnicas, culturales y sociales, es parte de la cotidianidad humana; esta realidad supone la capacidad de contar con elementos comunicativos que posibiliten el dialogo entre unos y otros, dialogo que es pretexto para el establecimiento de redes colaborativas que, de forma pasiva o activa, den sentido a la construcción personal de cada sujeto.

En nuestra realidad en el marco de este dialogo, todavía no dejamos de sorprendernos y hasta asombrarnos al encontrarnos con formas diferentes de comunicar entre personas pertenecientes a un mismo ámbito territorial; este es el caso de las personas sordas, hombres y mujeres, niños y niñas de todas las edades quienes requieren, merecen y demandan un trato diferenciado y respetuoso que les aproxime, y no les distancie de la sociedad en la que tienen derechos y deberes.

La cultura sorda, viene entonces a establecer lazos de cercanía y comprensión para el desarrollo de sensibilidades que nos ayuden a reconocernos en la particularidad de la otredad.

La lengua de señas no es universal y por lo tanto se requiere estudiar y establecer referencias de acuerdo al contexto cultural de las personas sordas, que puedan orientar las acciones inclusivas de la diversidad lingüística haciendo énfasis en el valor de las particularidades de cada comunidad.

Es imprescindible una cultura que nos estimule a girar nuestra comprensión de la sordera hacia la sordedad (Ladd, 2003), en espacios donde solo circulaba la oralidad, que legitime el reconocimiento e incorporación de la lengua de señas, con la posibilidad de abrir las puertas a los adultos, niños y jóvenes sordos como modelos lingüísticos.

La cultura Sorda es importante conocerla comprenderla y divulgarla , pues a través de ella han logrado ser reconocidos como seres con deberes y derechos a pesar de la discriminación a que viene siendo sometidos desde hace 120 años por el colonialismo oyente, no reconociéndoles, ni mucho menos valorando, su cultura y la comunidad que constituyen, prevaleciendo el tema de la sordera por sobre la persona, siendo deshumanizados al no reconocer su cultura ni su lengua, ocasionándoles una daño global e irreparable.

Desde la visión de oyentes se hace necesario conocer la cultura Sorda con la finalidad de lograr el pleno reconocimiento de otros seres que han tenido la capacidad de establecer su propia cultura y su propio lenguaje como un sujeto con capacidad para la autorrealización, superando la colonización de la mayoría oyente.

La cultura sorda, viene entonces a establecer lazos de cercanía y comprensión para el desarrollo de sensibilidades que nos ayuden a reconocernos en la particularidad de la otredad.

Indudablemente que la Lengua de Señas es la herramienta comunicativa de las personas sordas, ella permite a través de lo visogestual no solo el desarrollo cognitivo y lingüístico sino además la transmisión de una cultura cargada de historia, y se pone en evidencia su carácter icónico y metafórico, que devela la riqueza lingüística y fuerte sustento en la corporalidad.

Conocer la cultura sorda para el oyente es un desafío en busca de fortalecer la instauración de una Educación Intercultural.

Referencias bibliográficas:

De la Paz, V. y Salamanca, M (2009). Elementos De La Cultura Sorda: Una Base Para el Curricular Intercultural. Revista de Estudios Y Experiencias en Educación, vol.8, núm. 15, 2009, pp31-49. Universidad Católica de la Santísima Concepción. Chile.

Ley para las personas con Discapacidad. Gaceta oficial Nº 38598. Caracas, 5/01/2007.

Rodríguez, D. (2013). El Silencio como metáfora: Una aproximación a la comunidad Sorda y a su sentimiento identitario. Universidad de Barcelona. Revista de recerca i formación en antropología. Número 15, junio 2013, en https//revistas.aab.cat/periferia

Morales, G (2019). Estudios Doctorales en Diversidad Sorda: Comunicación, Educación e Interculturalidad en Chile. Universidad de Antofagasta. Facultad de Ciencias de la salud. Red Global de Lectura y Escritura para el acercamiento de las Culturas-POEPAZ, compiladora.

Oviedo, A., Rumbos, H., y Pérez, Y. (2006). El Estudio de las Lenguas de Señas Venezolana. En F. Freites y F.J Pérez (eds). Las disciplinas lingüistas en Venezuela: Maracaibo, Universidad Cecilio Acosta, pp. 201-233.



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Heriberto Rivera


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