Con o sin pandemia Chile debe enfrentar vitales desafíos, deberes y retos

 

Las brisas primaverales de este septiembre parecen arrear pesados deberes, ya que es un hecho cierto que la sociedad chilena deberá proceder a desarrollar cambios sustantivos en muchas de sus habituales actividades republicanas.

También hay temores, fundados, razonables, los cuales apuntan a las responsabilidades ciudadanas que deberán cumplirse en los meses de octubre y noviembre de este año 2020…y también aquellas que vienen el 2021, pues marcarán la ruta que el país andino seguirá en los próximos decenios.

Vea usted el calendario que se presenta ante los diecisiete millones de chilenos (catorce millones de ellos son electores, vale decir, deberían sufragar).

El domingo 25 de octubre del presente año, se efectuará el Plebiscito Constitucional en el que la ciudadanía deberá pronunciarse si está de acuerdo en mantener la actual Carta Fundamental (la de 1980), o redactar una nueva Constitución Política. Y sobre esta última alternativa, también los ciudadanos deberán decidir si esa redacción estará a cargo de una Convención Constitucional (con ‘constituyentes’ elegidos democráticamente en su totalidad), o de una Convención Mixta conformada, en partes iguales, por miembros del actual poder legislativo (50%) y miembros elegidos por la ciudadanía (50%).

El día 29 de noviembre (2020) los chilenos deberán concurrir a sufragar en las Primarias Electorales para designar a los candidatos a las 345 alcaldías existentes en el país, como también para quienes postulen a una Gobernación o GORE, Gobernadores Regionales (en el país hay 15 regiones, desde Arica-Parinacota hasta Tierra del Fuego). Todo este proceso de primarias electorales involucra únicamente a los múltiples candidatos pertenecientes a cualquiera de los partidos políticos con existencia oficial en el país, pues los candidatos independientes no están obligados a cumplir con este proceso.

El año 2021, las responsabilidades de los ciudadanos continuarán creciendo en volumen y trascendencia.

Es así que el día 11 de abril del 2021 se efectuarán las elecciones generales de Alcaldes, Gores, Concejales Municipales, y Constituyentes (en este último caso, sólo si el plebiscito de octubre 2020 así lo decidió).

El día 04 de julio 2201 habrá Primarias Electorales para que los partidos políticos cuenten oficialmente con sus respectivos candidatos a la Presidencia de la República, al Senado y a la Cámara de Diputados. Una vez más, los candidatos independientes no participan en este proceso de Primarias.

El día 21 de noviembre 2021 se llevará a efecto la elección de Presidente de la República, de Diputados y de Senadores (en este último caso, se renueva solamente el 50% del Senado). También los ciudadanos deberán elegir a sus Consejeros Regionales o CORES (no confundir con los GORE, que son los Gobernadores).

Y finalmente, si en la lucha por la presidencia de la república ninguno de los candidatos a ese alto cargo obtuviese la mayoría absoluta, ergo, el 50% de los voto más un voto (como mínimo), se produciría el día 19 de diciembre 2021 la eventual y definitiva segunda vuelta electoral entre las dos primeras mayorías relativas.

No se requiere mucho ingenio ni demasiada información mediática para sospechar cuán denso se encuentra el ambiente político en el país, más aún si en esta ocasión los chilenos tienen en sus manos la enorme responsabilidad de estructurar no sólo un próximo gobierno (el presidencial), sino también definir el entramado de una nueva Constitución Política y de, tal vez y sólo tal vez (el plebiscito de este mes de octubre lo definirá), hacer historia ya que por primera vez en la vida de la república la gente participaría directamente en la redacción de su Carta Magna, ora cono ‘constituyentes al 100%’ ora como constituyentes al 50% junto a los parlamentarios del Congreso Nacional. Ello podría ser truncado únicamente si este 25 de octubre la gente vota mayoritariamente por mantener la actual Constitución Política redactada y aprobada el año 1980, durante el período dictatorial que vivió el país andino desde 1973 hasta 1999.

Esos son los desafíos que tiene la sociedad chilena, tan amante de su paz como de sus aplaudidas costumbres republicanas, por las que esta vez deberán esmerarse para cumplirlas a cabalidad, sin dudas ni temores, a pesar de las aprensiones que revolotean hoy en un ambiente algo tenso debido a la presencia de una pandemia que aún insiste en permanecer, y que sirve de ‘argumento’ para ciertos sectores muy minoritarios que desean mantener a ultranza el satu quo constitucional y evitar cualquier cambio de fondo a la actual carta fundamental.

Sea como sea, el tiempo se ha agotado y es el momento que la ciudadanía, libremente, informadamente y en paz, emita sus veredictos.



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Arturo Alejandro Muñoz


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