COVID 19: ¿Todos contra China?

El alto al fuego solicitado por el Secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) Antonio Guterres ante el avance del COVID 19 incluye, tácitamente, la recomendación de frenar la guerra mediática con herramientas innobles para encubrir retaliaciones políticas, ideológicas, financieras, económicas o comerciales entre potencias adversas. Sin embargo, proyectiles de ese calibre participaron en la implacable balacera mediática que China enfrenta en silencio. La simple procedencia geográfica del virus fue argumento para estigmatizar -con insistencia sistemática y acusatoria- a la Nación oriental como causa planetaria de la tragedia, sin más evidencia que la sospecha, y sin la presunción de inocencia que, por cierto, los medios internacionales dispensaron antes –incluso después- que Estados Unidos reconoció haber creado el virus del Ébola y obtuvo la patente para su comercialización.Sobre esa base notoriamente endeble, los medios occidentales desarrollaron una estrategia que casi convierte a Pekín en otra "amenaza inusual y extraordinaria contra la seguridad de Estados Unidos".

Otro daño "colateral" de la guerra: la ola de pánico inducido rompió la integridad emocional de la opinión pública hasta convertirla en una masa amorfa, sin perfil cívico, desenfrenada, desesperada, desorientada, incapaz de evaluar la urgencia y los llamados a la calma y el orden. Si tal fue –como parece- la pauta asignada a los llamados medios independientes, vaya que la cumplieron con absoluta eficiencia, pero los millones de familias que en vez de cerrar las puertas de sus hogares las abrieron, ahora están enlutadas gracias a la confusión, la desinformación y el amarillismo mediático. Por añadidura, y aunque nos duela a los profesionales de la información, Facebook y Twitter, antes tan criticadas por sus desbordamientos informativos, dieron una contundente lección de ética periodística.Hay que sumar algo más a este penoso inventario: las muertes que todavía se generan en tiempo real por falta de solidaridad de los medios con las medidas de prevención.

El precio del triunfo

Afortunadamente, la tempestad mediática no trepó la Gran Muralla China. Y no por casualidad. El país asiático no es un modelo para la democracia extramuros, pero a pesar de eso –o precisamente por eso- China logró la hazaña de proteger y controlar a sus 1400 millones de habitantes más rápidamente que Europa y Estados Unidos, con 700 y 300 millones de ciudadanos respectivamente. El hecho tuvo una virtud involuntaria: volteó la punta del dedo acusatorio hacia los países que, en ejercicio de la libertad de prensa, fueron parte de la indefensión colectiva mundial. Desde el principio, Pekín estuvo claro en que una tragedia sanitaria de alcance letal incontrolado exige una restricción drástica de los derechos ciudadanos, práctica que la mayoría de los países acatan bajo protesta y algunas veces con alegría durante los golpes de Estado, pero nunca en circunstancias normales.

Del secuestro a la libertad

A diferencia de la decibélica diplomacia occidental, China habló poco pero hizo mucho. El presidente Xi Jinping suspendió el transporte público por dos meses (en cualquier otro país, incluida Venezuela, la medida habría tenido efectos imprevisibles). En Wuhan, epicentro del primer brote infeccioso, en plena calle -sin periodistas ni cámaras de TV- el mandatario anunció la liberación de sus casi 12 millones de habitantes, socialmente secuestrados desde el 23 de enero, el más largo y rudo aislamiento a que haya sido sometida población alguna desde que comenzó la emergencia, en un despliegue de investigación, experimentación y curación que no ganó titulares internacionales, pero sí una petición de asesoramiento a más de cien países. Una mínima valoración del balance publicado por China en marzo indica: 3.160 fallecidos, 81.171 contagiados y 75.000 pacientes dados de alta en los hospitales luego de haber superado la COVIDA 19 en diferentes hospitales. No obstante el espectacular porcentaje de pacientes con coronavirus (casi el 99 por ciento), las cifras no figuraron en los titulares internacionales, ni siquiera en los textos. CNN tituló su balance del 30 de marzo con gruesos caracteres:"770.000 casos de contagio, más de 36.000 muertes, y un tercio de la población mundial en cuarentena".El canal norteamericano encabezó el texto con una calichosa noticia:"El nuevo coronavirus se originó en la provincia de Wuhan. Tres meses después, el golpe más duro lo han sufrido países como Italia, España y Estados Unidos, este último, con la mayor cantidad de casos registrados en el mundo".

Al rescate de la salud perdida

No obstante su pesado lastre negativo, el Covid 19 es una excelente oportunidad para reflexionar sobre una vieja deuda con la humanidad que aún no ha sido saldada: la perversa alianza entre gobiernos, laboratorios, industrias farmacéuticas, Estados Unidos y la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) que construyeron el actual sistema mundial de salud solo para controlar las enfermedades, no para eliminarlas. La sociedad y la comunidad científica tienen la obligación moral de seguir a lupa el comportamiento de algunos laboratorios (proveedores, sobre todo) que parecieran jugar favor de la propagación y no del aislamiento social contra el virus. El Dr. Amesh Adalja, experto en bioseguridad y pandemias, investigador principal del Centro de Seguridad de la Salud de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos, sostiene que la cuarentena viola los derechos humanos y puede traer muchas repercusiones a la economía (Radio La WW, Colombia). Justamente en enero, al inicio de la pandemia, Theodore Chuang, Juez federal de Maryland, Estados Unidos admitió una demanda contra la Universidad Johns Hopkins y el grupo farmacéutico Bristol-Myers Squibb por inocular virus de sífilis en 1940 a 774 guatemaltecos en un experimento financiado por Estados Unidos. Transcurridos 80 años, el Gobierno norteamericano y los otros involucrados siguen declarándose inocentes. La historia no perdona errores.

raulpineda47@gmail.com



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1119 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter




Notas relacionadas