"El 23 de enero, lo confieso a manera de autocrítica creadora, nada ocurrió en Venezuela, a no ser el simple cambio de unos hombres por otros al frente de los destinos públicos. Nada se hizo para erradicar los privilegios ni las injusticias.... Y es que era de ingenuo o de iluso pensar que con el solo derrocamiento del tirano y el retorno de la vida institucional, con poderes elegidos, se había logrado la solución de nuestros problemas.
El 23 de enero hubo solo esto: un cambio de nombres... El poder político había quedado en manos de los mismos intereses y los instrumentos de ese poder seguían bajo la responsabilidad de las mismas clases..."
Fabricio Ojeda. Carta de renuncia al Congreso 1962.
Las palabras de autocrítica creadora del combatiente del pueblo y presidente de la junta patriótica -organismo clandestino de unidad revolucionaria que coordinó la unidad cívico militar para dar al traste con la dictadura perezjimenista- recogen en parte el por qué el pueblo no avanzó en la lucha por construir una verdadera democracia popular que encaminara al país hacia la liberación nacional y el socialismo. La ingenuidad asociada a la ausencia de una clara mentalidad de poder por parte de la izquierda representada por el Pcv, la juventud de Ad - que luego conformó el Mir- y algunos sectores de Urd junto al hecho de no precisar la importancia del sector de la juventud militar representada por el coronel Hugo Trejo como corriente democrática de avanzada en el seno de las Fuerzas Armadas y el hecho de no impulsar una política audaz de alianza y unidad con esa corriente permitió que se debilitaran los factores democráticos avanzados en el seno de las FAN y por tanto predomino la vieja oficialidad vinculada a los grupos económicos reaccionarios. La izquierda confundió las metas y no precisó con claridad que en el seno de la clase obrera, los campesino, los estudiantes y en un sector importante de las FAN, se había producido un cambio cualitativo, cuyo resultado no podía ser el cambio gatopardiano resultado del 23 de enero 1958. Sumado a esto, el movimiento popular no defendió los órganos de poder popular paralelo creados por iniciativa del pueblo a raíz del 23E58, tales como los comités locales de la junta patriótica, los comités cívicos-militares, los comités sindicales unificados, los comités por el derecho a la tierra, los frentes de estudiantiles, todo un conjunto de organizaciones creadas por el pueblo bolivariano en lucha. Quizás el mayor error fue aceptar disolver la Junta Patriótica: la organización más importante para la unidad y movilización del pueblo. Liquidar la Junta Patriótica como instancia de organización y unidad popular fue uno de los principales objetivos de Rómulo Betancourt porque esta estorbaba a sus planes. Estos son a nuestra consideración algunos de los elementos que frenaron la lucha hacia objetivos realmente revolucionarios y permitieron el desarrollo del pacto de Nueva York, suscrito por Jóvito Villalba, Rafael Caldera y Rómulo Betancourt, transformado después en el Pacto de Punto Fijo, donde se excluye y segrega a los comunistas.
Estos y otros errores cometidos por la izquierda venezolana permitió que durante 40 años se instaurara la democracia burguesa militarizada, -el puntofijismo- que colmo al pueblo de hambre, miseria y represión, gobierno que le quitó la vida a través de asesinatos, torturas y desaparición a varias generaciones de jóvenes que con ímpetu y valentía desafiaron a la hoy llamada cuarta república.
Cuando la democracia burguesa militarizada entra en crisis en todos sus órdenes, -entre otras cosas- por la corrupción, la miseria que genera la liberación de precios iniciada en el gobierno de Luis Herrera Campins, la profundización de la crisis ética y la burla al pueblo en el gobierno de Jaime Lusinchi/Blanca Ibáñez (el gobierno del "mejor refinanciamiento del mundo de la deuda e(x)terna" y luego reconoce que dicho refinanciamiento fue un gran engaño que no tuvo castigo), la implementación del paquetejodas en el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez que profundizó la miseria en el país y fue la causa principal del llamado caracazo (1989), hecho que despertó la conciencia en un amplio y significativo sector del ejército y permitió el avance y consolidación del Mbr-200, movimiento que insurge el 4F/1992 bajo la conducción de los comandantes Hugo Chávez, Francisco Arias Cárdenas, Urdaneta Hernández, Acosta Chirinos. La crisis generalizada de la democracia burguesa militarizada avanza de manera irreversible, mientras que la izquierda se encuentra en reflujo, anestesiada más que por la derrota de la lucha armada, por la conciliación, por el abandono del trabajo en los sectores populares, por la confusión y el desconcierto que llega a tal grado que un sector forma una alianza conocida como el "chiripero" y adhiere la candidatura del copeyano Rafael Caldera -uno de los jefes del puntofijismo-, un sector agrupado en la Causa R se "desliga" e incluso reniega de la izquierda, mientras un sector minoritario se dedica a "jugar a ser libres" y a trabajar junto a ong's. Paralelamente a la situación planteada en la llamada izquierda, el movimiento popular se recupera y avanza sin contar con una dirección revolucionaria de carácter nacional que oriente la lucha, el movimiento estudiantil se convierte en dinamizador de las luchas del pueblo pero no logra construir -salvo muy pocas experiencias- un espacio que coordine las luchas que se generan más allá de lo estudiantil. Es en estas condiciones de diáspora, dispersión y desconcierto de la izquierda que aparece públicamente el Mbr-200, lo que le permite -luego del 4F92- a ese movimiento militar agrupar y reagrupar a un sector importante del movimiento popular y a diferentes expresiones de la izquierda, abriendo a paso agigantado y fortaleciendo el proceso popular bolivariano catapultado a partir del 27F89, que lleva a la victoria electoral en 1998 al comandante Hugo Chávez.
Hugo Chávez no llega "como obra y gracia del espíritu santo", sino que es producto de un conjunto de condiciones objetivas y subjetivas que permiten el reagrupamiento -alrededor de su figura y liderazgo- de un importante sector del movimiento popular. Ah! pero sucede que de nuevo se repite lo que nos alertó el combatiente comandante Fabricio Ojeda: el movimiento popular sin planes, sin mentalidad de poder, de manera ilusa apoya la candidatura de Hugo Chávez, creyendo que con la sola derrota del bipartidismo y la convocatoria a una asamblea nacional constituyente se podía avanzar en la construcción de una democracia participativa, protagónica, sin analizar el contexto real, sin considerar las fuerzas en pugnas por imponer sus criterios, su política. Así que desde el primer momento el gobierno del comandante Chávez se regodea de un sector socialdemócrata -llamado centroizquierda- encabezado entre otros por Luis Miquelena, José Vicente Rangel, quienes sin espabilar hacen alianzas con sectores militaristas profundamente reaccionarios como el coronel Luis Alfonso Dávila, los generales Raúl Salazar, Manuel Rosendo, Enrique Medina Gómez y otros militares activos y retirados que el 11 de abril 2002 jugaron un papel de primer orden en el golpe de estado. La izquierda -lo poco que existía orgánicamente de ella- se plegó al sector militarista conformándose con algunos escaños en la asamblea nacional y uno que otro cargo en ministerios de poca relevancia, otros se cuadraron firme y escalaron posiciones de mando ministerial en función de satisfacer sus ansias personales y grupales. Es así, como la ilusión de ese pueblo con Chávez - que agrupó trabajadores, campesinos, jóvenes ingenuos, mujeres, estudiantes, políticos sin consistencia, donde predominaba buena fe y buena voluntad-, se está derrumbando bajo el peso del egoísmo, la corrupción, el militarismo, la zancadilla, las ambiciones personales y grupales, del burocratismo, la demagogia y la politiquería. Quienes se autodenominan "hijos legítimos de Chávez" están empeñados en aislar y segregar a sectores, a personalidades de izquierda, por eso no creen en las comunas, por eso aplican una política económica con fuertes características neoliberal, una política de exclusión y fusilamiento (literalmente hablando) hacia quienes mantienen una actitud y aptitud crítica frente al desvarío de la "revolución bolivariana". No hace falta ser un gran analista para detectar que el gobierno, que en nombre del "socialismo" encabeza el presidente Nicolás Maduro no existen ministros identificados con el pensamiento y acción de izquierda -unos que otros suelen de vez en cuando reivindicarse de izquierda- mientras que su práctica es reaccionariamente derechista.
Mientras unos pocos se apropian de la gran riqueza nacional, se ahogan en comodidades, lujos, placeres producto del usufructo de la renta petrolera-minera, al pueblo le aplican un paquete económico en complicidad con la burguesía apátrida y la nueva burguesía emergente: ambas parasitarias de la renta petrolera. Nos hablan de Bolívar, de Zamora, de Rodríguez, de Miranda, del Che, de Argimiro, de Fabricio, de Chávez, de revolución y socialismo mientras a diario aplican y reproducen las armas melladas del capitalismo y viven como parásitos sin trabajar ni producir e, inclusive, mandan a sus hijos a los mejores colegios y universidades extranjeras, mientras al pueblo le dan "las misiones educativas" sin contar con buenos profesores ni laboratorios, sin sedes dignas para el estudio, menos aún extensión e investigación. Hablan de "comuna o nada" y en la práctica obstaculizan de distintas maneras la construcción y desarrollo de comunas, estigmatizan y criminalizan a dirigentes populares, sindicales, campesinos, a movimientos sociales, a organizaciones revolucionarias que con dignidad y autonomía levantan las banderas de la organización y la economía comunal. Ejemplos están a la vista, Comuna "Negro Miguel", Comuna "El Maizal", las comunas agrupadas en el Corredor Territorial "Fabricio Ojeda", en el Corredor Territorial Comandante Adrián Moncasa, al Colectivo de Trabajo Revolucionario Pueblo Rebelde, entre otras, donde varios compas de dichas organizaciones de base han sido criminalizados y están bajo medida cautelar de presentación, mientras por otra parte "premian a comunas o ciudades comunales socialistas" que solo existen en el papel.
Esta realidad conlleva necesariamente a generar un debate nacional para buscar puntos de encuentros que permitan construir un bloque de fuerzas sociales, de fuerzas revolucionarias capaz de agrupar a un amplio sector del movimiento popular desde la calle, con autonomía, sin ser cola de la Mud ni tutelado por algún sector del "chavismo oficial mediatizador". Un amplio y unitario movimiento popular con una clara, audaz y creativa carta y/o programa de lucha que respete las distintas expresiones de organización popular (sindical, estudiantil, cultura, comunal, de género, campesina, partidista, etc., etc.). Un bloque de fuerzas sociales que no solo devele la gran estafa que se está desarrollando en nombre del proceso popular bolivariano, de la revolución , del socialismo, sino que también anime y reagrupe al pueblo para defender los logros conquistados e impulsar actos y hechos constituyentes que ayuden a forjar la democracia protagónica y participativa, la democracia de la calle , la democracia plebeya -como suele decir un amigo poeta- por la cual hemos y continuamos apostando en función de construir una ciudadanía emancipada y una sociedad profundamente anticapitalista, antiimperialista, discutir "de bis a bis" como lo señaló y nos enseñó el general del pueblo soberano Ezequiel Zamora. Discutir y replantear la unidad cívico-militar. Ahí tenemos documentos muy interesantes al respecto producidos por los militares que se incorporaron a la FLN-FALN-PRV en los años 60 del siglo XX.
Comuna o nada... Nada!!! Gritan desde el gobierno los sectores antisocialistas!!!
La hora de la unidad revolucionaria está sonando en todos los relojes para desnmascarar la estafa corpomilitarista!!!
LUCHAR HASTA VENCER... QUE EL PUEBLO ORGANIZADO CONSTRUIRÁ VERDADERO PODER POPULAR!!!
Colectivo de Trabajo Rrevolucionario (CTR) Pueblo Rebelde
gabansabanero@yahoo.es