La designación de Carlos Escarrá

  No hay duda, la designación de Carlos Escarrá como Procurador General de la República, es una decisión de alto nivel político y estratégico del Presidente Chávez. Las condiciones que adornan a Escarrá para ocupar ese cargo son múltiples: excelente abogado, excelente parlamentario oficialista y cien por ciento comprometido con la revolución que propone el Presidente, entre otras características personales no menos importantes. 

      En realidad uno se pregunta por que no había sido designado antes, de tantas que son las condiciones que reúne para ese cargo, en la actual coyuntura política que vive el país. En este caso, más que perder la revolución su mejor parlamentario, ganará un excelente ideólogo y promotor de nuevas leyes. 

      En este sentido me atrevo a analizar su nombramiento tomando en consideración las recientes intervenciones del Presidente de la República, en relación a una profundización inminente de la ruta socialista para Venezuela y la promulgación de leyes que le den el marco legal y procedimental a las próximas decisiones que sin duda y antes de las elecciones del 2012, se tratarán de poner en vigencia, utilizando para eso la vía rápida de la actual Ley Habilitante.  

      Me atrevo a opinar que la complejidad y sutileza de las mencionadas leyes requieren de un hombre como Escarrá que ya ha demostrado en otras oportunidades su capacidad para desarrollar estos instrumentos y para defenderlos en el campo de la jurisprudencia, y en la propia Asamblea Nacional. 

      No hay duda que en esto estaba algo atrasado el Presidente Chávez, y que ahora con sus tropiezos de salud, de los cuales seguramente saldrá victorioso, podrían crear una demora y un vació legal en el ordenamiento jurídico del proceso de transformación del país hacia la senda del socialismo, que el personalmente abandera. 

      Así  mismo, y como es todos conocidos Venezuela, enfrenta en la actualidad una serie de demandas de empresas transnacionales que requieren de alguien que como Escarra seguramente defenderá los intereses del país a capa y espada y con lo mejores argumentos jurídicos.  

      También presiento que Escarrá pondrá un poco de orden en la revisión y discusión de leyes que están ahora sobre el tapete político del país, como sería el caso de la ley de alquileres y otras de gran importancia. 

      No creo que haya que desearle mucho éxito en sus próximas gestiones oficiales a Carlos Escarrá, que si se las deseamos, claro; pero es que ese cargo esta hecho a su medida, en los actuales momentos. 
 


 




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Carlos Carpio


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