La Universidad y los “pranes”…

Como cualquier problema que aqueje a nuestra sociedad, cualquier tema relacionado al acontecer diario, con énfasis los que afecten a los sectores menos favorecidos de nuestro pueblo, deben constituir preocupación ineludible y elemento de reflexión-debate en los predios universitarios. Hemos dicho y diremos hasta la saciedad que una Universidad ajena a las problemáticas del pueblo, es una institución que no se corresponde con el encargo que la sociedad le ha dado y, en consecuencia, carece de la más elemental pertinencia.

Dado que los límites del conocimiento son infinitos, infinitos han de ser los campos de acción de la universidad, en correspondencia con la infinitud de las problemáticas sociales a las que deberíamos contribuir a buscar respuestas serias y verdaderamente científicas, sin considerar “marginal” ningún tema para su abordaje en tanto objeto de estudio.

Reflexionamos en esta oportunidad en torno al tema penitenciario, destapado con los trágicos acontecimientos del Rodeo I y II, ya que resulta imposible pasarlo desapercibido, no sólo por el amplio centimetraje mediático, sino fundamentalmente por su profunda repercusión en la vida nacional y la proyección internacional otorgada, en algunos casos de manera irresponsable.

Creemos incorrecto tipificar aisladamente como problema de seguridad, tema sociológico, trasfondo económico, capacidad gerencial, cuestión legal, asunto educativo, carencia de valores y/o trama política, cuando en realidad es todo eso y mucho más, pues hasta un nuevo término ha sido acuñado y popularizado en nuestro léxico cotidiano: PRAN, que según Mario Silva, significa Preso-Rematado-Asesino-Nato, además de las nuevas aplicaciones para “principales” y “luceros”, entre otros, que enmarcan la existencia de gobiernos paralelos a las autoridades dentro de las cárceles venezolanas.

En nuestro modesto criterio, abordar un tema tan delicado para el presente y futuro del país, requiere de la atención multidisciplinaria y multi-enfoque que una institución como la Universidad puede y debe hacer, aportando así orientaciones científicas integrales a las instancias oficiales, a quienes les compete aplicar las soluciones que el caso amerite.

Así como nos parecen ligeras e irresponsables las posiciones asumidas por algunos medios de comunicación y otros tantos voceros políticos de la oposición, incluyendo los infaltables “expertos” y academicistas asiduos visitantes de Globovisión, consideramos antiético que las y los universitarios no fijemos posición pública frente a la problemática, más allá de los comentarios coyunturales de pasillo y cafetín.

Pareciera que consideramos la existencia de los pranes y su estructura como algo “normalito” y ajeno a nuestra realidad;  que el accionar de tales organizaciones se justifica pues los privados de libertad están fuera de “esta sociedad” y en consecuencia pertenecen a “otra con vida y leyes propias”, validando así la existencia de un Estado paralelo al Estado Nacional, lo cual denota un elevado grado de inconsciencia e inconsistencia con nuestro discurso docente-investigativo-extensionista, descontextualizado de nuestra función formativa, de creación intelectual y vinculación comunitaria, como la misión conferida por “esta sociedad”.

Igualmente parece que el tema penitenciario es tan elemental que con cambiar custodios, sustituir autoridades del penal y meter más guardias nacionales (los “verdes” en el argot del  penal), se solucionaría todo. Es decir, soluciones coyunturales para problemas estructurales. Admitimos nuestra ignorancia en tan delicado tema, por desconocer las intrincadas técnicas propias de los especialistas del área. No obstante, estamos convencidos que es una problemática añeja a ser abordada con un interés y capacidades integradas, con los que hasta ahora se ha carecido, intentando sacarle el cuerpo y eludiendo las responsabilidades que todos tenemos al respecto.

Pero por encima de la coyuntura del Rodeo I y II, compartimos la preocupación de algunos colegas referida a que, por antonomasia, el modus vivendi de los principales y luceros (ajustándonos al léxico) se propague y fortalezca en otros ámbitos como el universitario, en cuyo seno se pudiesen gestar estructuras más allá de las funciones de co-gobierno, como expresiones legítimas de la participación y autonomía universitarias, y se establezcan instancias paralelas a las autoridades y procedimientos institucionales, habida cuenta que históricamente todas y todos hemos conocido prácticas aisladas en torno a la “venta” de cupos estudiantiles, cargos directivos, puestos de trabajo, notas y otros beneficios, convertidos por obra y gracia de algunos grupúsculos en mercancías pagadas de diferentes maneras.

Ojalá esa no sea la causa de la postura silente de algunas y algunos universitarios respecto a los pranes. Sin embargo consideramos necesario que la transformación universitaria en desarrollo, además de lo curricular-presupuestario, asuma la organización- funcionamiento estructural con miras a erradicar cualquier posibilidad de pranes en la Universidad venezolana. 

albanozam@hotmail.com



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Albano A. Zambrano Q.

Economista Agrícola. Profesor de la UPT ?Argelia Laya?

 albanozam@hotmail.com

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