Sobre la situación mundial de alimentos

Las recientes noticias que han difundido diferentes medios de comunicación internacional sobre la situación mundial de la producción y consumo de alimentos a nivel mundial, y que incluyen la autorizada opinión de la FAO, agencia especializada de las Naciones Unidas sobre esta materia, nos lleva a ciertas reflexiones sobre la situación que pudiera enfrentar Venezuela a mediano plazo en relación con el abastecimiento de alimentos.

En efecto, la incorporación de países densamente poblados como China e India, que contienen ellos solos 1/3 de la población mundial, al desarrollo industrial y social; el crecimiento de los países emergentes como Brasil, Colombia, Venezuela, Perú; algunos países asiáticos, como Vietnam y los países anteriormente comunistas de Europa, ha generado un aumento importante en el consumo de alimentos que ha presionado los excedentes y producido aumentos considerables en los precios de los mismos.

Por supuesto, que Venezuela no escapa a los efectos de esta problemática, sobre todo porque es un país, que hasta este momento, importa una gran parte de los alimentos que consume. Trigo, arroz, avena, maíz, lácteos, azúcar, productos sobre los cuales existen las mayores presiones de comercialización a nivel mundial, son de normal importación en nuestro país en cantidades apreciables. Venezuela no solo ha crecido en población, si no que las medidas sociales del gobierno y los altos ingresos petroleros, como factor de desarrollo nacional, han originado un aumento en el consumo de diferentes productos alimenticios que supera ampliamente la producción nacional.

El comercio mundial de alimentos depende en gran parte de los excedentes de estos, que provienen de los grandes países exportadores, como son EEUU. algunos países europeos, Brasil; Rusia y Asia para el trigo y el arroz; Argentina: trigo, carne y soya, y de la presión que ejercen los grandes consumidores ya mencionados anteriormente. Las grandes transnacionales de los alimentos, que controlan también el comercio de muchas materias primas, tendrán en breve una notable significación en el abastecimiento de los países importadores como Venezuela.

En una situación de escasez de alimentos, que no es necesariamente igual a las dificultades que plantea un aumento de precios, tener divisas excedentarias ayuda en los procesos de adquisición, por cuanto las condiciones de compra se harán cada vez más exigentes y generarán una guerra de mercados y una lucha financiera. Pero una escasez aguda de alimentos no solo será posible compensarla con divisas, si no que habrá que fijar estrategias de comercialización más avanzadas, que en el caso venezolano tendrá que ser la utilización del petróleo como instrumento de comercialización de algunos alimentos importados, acuerdos gobierno a gobierno y buenas relaciones con las transnacionales de los alimentos.

El gobierno venezolano, deberá de inmediato, iniciar la conformación de un equipo de trabajo altamente especializado en la materia, posiblemente con asesoría internacional, que permita el establecimiento de los planes de comercialización, la elaboración de los presupuestos financieros y fuentes de divisas, los acuerdos entre gobiernos, los contratos con las empresas transnacionales, a fin de garantizar las compras a futuro y el abastecimiento de alimentos importados en el mediano plazo.

Por supuesto que en forma paralela, deberá el gobierno nacional incentivar la producción nacional, con planes como los de Agrovenezuela, la incorporación de la banca en los programas de financiamiento de la agroindustria y la participación importante del sector privado que se dedica a esta actividad.


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Carlos J. Carpio M.


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