El 2006 promete



No escribía esta crónica semanal desde el 29 de noviembre de 2005. Eso significa que, para decirlo con un lugar común, se han ido quedando en el tintero varios temas, digamos, susceptibles de ser comentados. Excesivos en su esencia. Excesiva fue, por ejemplo, la decisión de la oposición de no concurrir a las elecciones parlamentarias de 2005. Las consecuencias de esta decisión para este sector serán demoledoras. Insisten en convertirla en una victoria. Cuando lo peor para un competidor es perder por for fait. No asistir a una competencia para un deportista es una vergüenza, a menos de que se trate de una razón de fuerza mayor. Y la oposición, que duda cabe, perdió por un vergonzoso for fait. Y está eliminada por cinco años. Tendrán que hacer mucha calistenia para estar en forma en diciembre de 2006.

Excesiva fue también la actuación de mis colegas en esos días pre y pos electorales. Reviví con estupor, con pudor, con horror profesional los días aquellos del golpe y del paro de abril de 2002, cuando los comunicadores sociales de nuestro país pusieron en riesgo su más importante arma: la credibilidad. Me dio risa y tristeza escuchar a periodistas convenciendo a los lideres de la oposición de la “inconveniencia” de participar en las elecciones parlamentarias. Gritaban improperios contra quien osaba estar de acuerdo con Claudio Fermín. La presión de los medios de comunicación fue brutal y la oposición, siempre buscando un “vía-ducto” golpista, se lanzó sin paracaídas, sin brújula, sin fe, sin inteligencia, sin pensarlo dos veces, sin entusiasmo. Cuando ha quedado demostrado que en materia de viaductos los venezolanos somos más bien incompetentes.

Excesiva fue la acumulación de basura en Caracas. La función del conserje de la ciudad de mantenerla limpia no fue cumplida. La improvisación sigue mandando en esta materia, lo cual da como resultado una acumulación de promesas incumplidas, lo cual, al igual que la basura y los cadáveres, hieden al tercer día. Cierto que el 1ero. de enero Caracas amaneció limpia, tanto que los medios de comunicación le dieron un tratamiento de una crónica asombrosa, digna de Ripley. Exposición mediática excesiva.

Ya en el 2006 la atención se centró en la instalación de la Asamblea Nacional, excesivamente roja, gracias a la oposición. De ahí salió una propuesta también excesiva de someter a referéndum dos derechos. El derecho al aborto y el derecho a la legalización de la unión entre homosexuales. Proposición hecha por cierto, por mi amiga Desirée Santos Amaral. Y pregunto y me pregunto: ¿Por que habría de ser sometido a referéndum algo que no afecta a la mayoría de la población?

Veamos la legalización de la unión entre homosexuales. Aunque confieso que todavía me provoca una sensación extraña ver a dos gays besándose, no veo porque yo tenga que decidir por ellos o por ellas. Mi opinión sobre ese asunto es irrelevante. Y en cuanto a la legalización del aborto, las afectadas somos las mujeres, pero sólo las pobres. Las que pueden “pagar” una segura y aséptica interrupción del embarazo no “necesitan” la ayuda del parlamento. Para ellas ya existe ese derecho, que lo consagra el poder del dinero. Nada equitativo.

Se me quedan varios temas por fuera, pero el espacio manda. Fue un final y un comienzo de año realmente excesivo. El 2006 promete. ¡Feliz Año!

*Periodista







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Mercedes Chacín*


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