Izquierdas y derechas adversaron a Hugo Chávez

El candidato Hugo Chávez en 1998 aparecía con el prestigio de la rebelión militar contra el desprestigiado régimen de las viejas élites corruptas e incapaces de promover bienestar a la nación; tenía también a su favor la conformación de una estructura militar paralela y clandestina que disuadía al gobierno de Caldera a no intentar ningún fraude electoral que pudiera provocar nuevos alzamientos armados.

Chávez abrazó una identidad bolivariana que resultaba mucho más amplia e inclusiva como plataforma ideológica que el anacrónico catequismo soviético que tanto daño le hizo a los partidos de la izquierda ortodoxa venezolana y los condujo al estrepitoso fracaso tanto en el plano militar guerrillero como en el político electoral.

Con una ideología criolla y autóctona fundamentada en Simón Bolívar, Chávez se convirtió en el primer Presidente venezolano no impuesto por las élites económicas nacionales y extranjeras. Tal realidad le cayó por sorpresa tanto a los sectores tradicionales de la derecha ni como a los de la izquierda mansa que predominaba en esa época.

Muchos marxistas extraviados (ex partidarios de Rafael Caldera), tigres del pasado que ahora eran felinos desdentados pero resentidos por tantos fracasos y sueños rotos, más de una vez lo calumniaron públicamente al calificarlo como reformista, demagogo, populista y hasta colaboracionista de Washington y Bogotá.

Esos discípulos venezolanos de la degradada Perestroika soviética pretendieron abiertamente desacreditar a Chávez al mentarlo como animal de tres patas (cristiano, bolivariano y marxista). Fue en ese contexto de difamación y deslealtad contra el líder que simultáneamente le reclamaron cuotas de poder.

Cogollos de la vieja izquierda corrompida pidieron gobernaciones, magistrados en el TSJ, ministerios, alcaldías, diputaciones que posteriormente al no ser totalmente complacidos, se dedicaron a crear (elección tras elección) candidaturas paralelas como chantaje para dividir al chavismo y favorecer directamente el triunfo de los partidos de la burguesía y el imperialismo yanqui.

De los sectores de la derecha, la historia es bien conocida y para nada sorprende, dos golpes de Estado, guerra económica, ataques mediáticos al honor y la reputación del Presidente, entre otros flagelos, fueron episodios de la turbulenta relación entre el oposicionismo ultraderechista y el ahora rebautizado por la Revolución Bolivariana como su Comandante Supremo.

Ocurre con todos los héroes y redentores, Chávez fue odiado e incomprendido por los ricos, los consorcios, las pandillas, los carteles y cúpulas podridas de partidos reformistas con insanas ambiciones de poder (aunque hoy con Chávez muerto muchos se autoproclamen “chavistas”). Sólo el pueblo de a pie se portó bien con Chávez, lo abrazó desinteresadamente en todo momento y lo internalizó en sus afectos por encima de miles de mentiras de izquierda y de derecha que se fabricaron en su contra.

Constitucionalista. Profesor de estudios políticos e internacionales UCV.

jesussilva2001@gmail.com




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Jesús Silva R.

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

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