EEUU, su tiempo imperial comienza a desfallecer

Insignes personajes estadounidenses como Noham Chomsky y Oliver Stone concuerdan en que EEUU, como imperio, se enfrenta a su derrumbe final

DESDE HACE MUCHOS años vengo planteándome la misma interrogante, la cual he explicitado incluso a adversarios ideológicos, pero ni ellos ni yo hemos logrado entregar una respuesta convincente.

No es asunto menor este conflicto, ya que la pegunta involucra a la Historia global de la humanidad en los últimos ciento veinte años aproximadamente. ¡Más de un siglo! Demasiado tiempo incluso para el desenvolvimiento de un imperio, y un lapso excesivo y doloroso para las regiones que han debido soportar, de ese imperio, intromisiones y bandidajes.

¿Qué es aquello que tanto puede molestar e irritar a una nación poderosa como Estados Unidos de Norteamérica? ¿Qué asuntos, tan graves y delictuales, pueden haber cometido naciones de menor desarrollo global para ser invadidas, golpeadas, bombardeadas y arrasadas a niveles de genocidio por los halcones de habla inglesa?

Los angloparlantes que moran en Washington, Langley y Wall Street, tienen muy claro que ningún gobierno occidental, por muy ‘socialista’ que declare ser, atentará fatalmente contra la paz y seguridad de los habitantes de esa nación. A ese respecto los ejemplos sobran, y en el caso chileno (que es el que nos preocupa) sólo se requiere recordar apellidos de mandantes que, diciéndose ‘progresistas’ o de ‘izquierda’, han protegido los intereses norteamericanos mejor incluso que los mismos partidarios de la bandera de las barras y las estrellas. ¿A estos efectos servirán de ejemplo mandatarios como Aylwin Azócar, Frei Ruiz-Tagle, Lagos Escoba, Piñera Echeñique y Bachelet Jeria?

Alguien dirá, “pero, Allende sí era una amenaza”. ¿Amenaza es poner coto a tropelías de transnacionales como la ITT, la Keneth y la Braden, que incluso se entrometían en asuntos internos –políticos y sociales- del país donde invertían sus dólares y obtenían ganancias estratosféricas? ¿Amenaza (para EEUU) es que un país desee preservar bajo control democrático algunos de sus principales recursos naturales? ¿Amenaza es que un pueblo, un electorado –soberana y democráticamente- decida darse a sí mismo un determinado programa de gobierno?

Tan preocupados por la ‘paz mundial’ han estado los mandamases estadounidenses estos últimos ochenta años, que en la década de 1930 optaron por vigilar con alevosía a la naciente Unión Soviética –a Stalin, en realidad- dejando libres las manos y mentes de asesinos como Mussolini, Hitler y Franco. Después de todo, Hitler y Mussolini no eran comunistas… pero ese ‘descuido’ significó el asesinato de millones y millones de judíos, gitanos y europeos orientales, llevados a efecto por el régimen nazi que tanto EEUU como Inglaterra consideraban ‘menos peligroso que el de la URSS’. No obstante, habría de ser precisamente esa URSS quien a la postre pusiera término al régimen genocida y bestial de Hitler y sus lacayos.

Hoy -y es un simple ejemplo para graficar adecuadamente estas líneas- Venezuela desea conservar bajo control del estado sus recursos petroleros. A EEUU ello le indigna. ¿Por qué? ¿Los recursos petroleros yanquis no están protegidos por la fuerza y supervisión de sus ‘halcones’? ¿O esos recursos petroleros sitos en Texas se encuentran bajo el dominio y voluntad de jeques árabes anti sionistas?

Aún no logro entender las razones que mueven a Washington para atacar política, económica y mediáticamente a un país como Bolivia. ¡¡Bolivia, señor!! Bolivia, que durante más de dos siglos de injerencia norteamericana y europea ha avanzado y progresado menos que una cuncuna bajo la lluvia antártica, hasta que un gobernante de ancestros indígenas altiplánicos, como Evo Morales, demostró cuán válida y exitosa es económicamente la postura de soberanía y hermandad latinoamericana que distingue a su administración. Realmente, no se sabe a ciencia cierta qué tan peligroso pueda ser, para los EEUU, el gobierno y pueblo boliviano que manifiestan su deseo (natural y plausible) de ejercer soberanía al momento de preservar su historia, su cultura y sus recursos estratégicos.

¿Y Venezuela? Ah…. petróleo, gas, carne, leche, frutas, acero, aluminio … Maracaibo y su petróleo, los llanos del Orinoco y sus miles de cabezas de ganado… ¡demasiados recursos para dejarlos en manos de sus dueños, según piensan los ‘demócratas’ de la Casa Oval! A Washington no le interesa el tipo de régimen que gobierne el país… le interesa únicamente que los mandantes venezolanos le permitan seguir engordando hasta la obesidad mórbida, aunque ello signifique hambruna y pobreza para la población de la república sudamericana. Es que a EEUU le agrada sobremanera que únicamente el 5% de la población de las naciones del tercer mundo obtenga ganancias, privilegios y desarrollo, ya que ese es el porcentaje de sus aliados yanaconas. ¿El resto?... ¡a la mierda!

Los que habitamos en la sección ‘subdesarrollada’ del planeta tenemos esperanzas. Sabemos que día a día crece voluminosamente la población latina en USA; estamos también enterados de que el 55% de la población corresponde a gente que sufre de obesidad mórbida producto del consumo de comida ‘chatarra’, y el 30% es sacudido por la depresión y/o la esquizofrenia. Por cierto, sabemos que ustedes, estadounidenses, son quienes más drogas consumen en el mundo. Nos hemos informado, además, que vuestra deuda interna es insoportable y que la crisis inmobiliaria representa sólo una punta de la extensa sábana de débitos y llagas que han comenzado a carcomer las estructuras principales del imperio.

Míster Obama… ¿qué le molesta de nuestros países sudamericanos? ¿Qué pensamos asertivamente respecto de nuestro predominio histórico? ¿Qué respetemos nuestras raíces? ¿Que decidamos nuestro futuro? Y si así fuera, ¿cuál es el pecado? Resulta ser un absoluto placer informarles que la población latina e hispana, en vuestro país, supera ya el 20% del total. Amigo gringo, ¿recuerdas lo que en el año 1913 dijo el revolucionario mexicano Emiliano Zapata a la gente de su pueblo? “Vuelvan a los campos, a las montañas… tengan hijos… ustedes serán millones, y ahogarán finalmente a sus explotadores”.

Es lo que ocurrirá definitivamente. Similar a lo que aconteció en la Roma de los césares cuando los pueblos germánicos (mayoritarios en número) cruzaron las fronteras del imperio. Más temprano que tarde, señores yanquis, los hispanos invadirán vuestro territorio… y ese será el fin del imperio del dólar, del ‘dron’ y de la acción genocida, sionista y racista que les ha distinguido durante largas décadas.

No se requiere más… basta con ello para que un régimen como ese comience a derrumbarse. La mayor fragilidad del imperio estadounidense se encuentra alojada en su propio seno, y habrán de ser sus contradicciones internas las que finalmente le derroten. .. sin necesidad de dispararle un solo tiro, ni derribarle ningún mega edificio.


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Arturo Alejandro Muñoz


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