Sindéresis

En San Diego y San Cristóbal, esa pela estaba cantada

Buena porción del liderazgo político de la revolución sigue de espaldas a la realidad nacional. Sigue de espaldas buena porción del liderazgo político de la revolución a los acontecimientos que en torno a ella se suceden continuamente. La pela electoral que se sucedió ayer en los municipios de los opositores Ceballos y Scarano es una muestra de ello. Es cierto que San Diego y San Cristóbal son los municipios donde la oposición ha obtenido mayor porcentaje de votos en las últimas elecciones. Y no es menos cierto que ni Chávez con todo el furor de su personalidad y su gran prestigio político pudo vencer electoralmente en esos municipios, convertidos después inexorablemente en bastiones de la oposición más radical. Por eso precisamente es que la política electoral que se practicó debió ser más consustanciada con esa realidad. Más coherente y más efectiva. Pero no. El partido y sus aliados lo hicieron como si se tratara de unas elecciones más, donde la articulación del partido y las comunidades seria determinante. En ello el acicate que existe entre el PSUV con las conexiones político- electorales de los sectores populares seria determinante. Craso error. Porque San Diego y San Cristóbal uno por su estructura socio económica y el otro por su comportamiento histórico electoral y geopolítico, no son la misma cosa que Catia, Guarenas o cualquier municipio llanero. Allí falló la tecno política de avance revolucionario en la búsqueda del voto difícil para la revolución. Por eso no hubo evolución, más bien un retroceso. Una expresión de que se quiso manejar la situación electoral como se hace regularmente sin observancia de excepcionalidades, lo plantea la escogencia de los candidatos. En ambos municipio se armó un forcejeo donde al final se escogieron los candidatos de pobre opción ganadora. Como si por descontado se tirara la toalla. En San Cristóbal muchos o casi todos los aliados criticaban la opción Méndez y solo al final a punta grana fueron apoyándolo, cuando se había desgastado en la candidatura la poca opción que tenía. Y en San Diego se optó por una candidatura con poco matiz político de mediano contenido en el cuadro de un ex candidato a concejal que venía de contar en previas elecciones apenas el 3% de los votos. No se tomaron en cuenta entonces, las características funcionales intrínsecas de esos municipios, cuestión básica en un sociograma político para buscar un triunfo electoral, que esta vez esquivó con creces a la revolución. Por eso es necesario implementar cambios en las directrices políticas de la revolución. Y ese congreso que pronto arranca con esta herida en el pecho, debe impulsar estos cambios, para que los cogollos partidistas y las expresiones del caudillismo que existieren, den paso a la discusión nutritiva que abra los compases a certeras decisiones de la revolución.



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Neri La Cruz


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