Este sábado ardieron las redes sociales con un audio con la voz de Hugo Chávez en el cual decía a su hermano Adán, se le había mentido al país con su muerte.
El audio fue inmediatamente rechazado y desmentido por Maduro, Cabello, Adán y Arreaza. Explicaron que se trataba de desmoralizar las fuerzas de la revolución y que su autor intelectual era J.J.Rendón, el mismo que asesoró a Capriles en los últimos dos eventos electorales.
El mismo que lleva años creando matrices de opinión que se generan en Colombia, Miami o España, y que son rebotada por las redes sociales y medios venezolanos, con un impacto devastador en el colectivo, sembrando la duda y cizaña entre los venezolanos.
El documento auditivo tuvo tal impacto, que se convirtió en tendencia en redes sociales, y en uno de los más buscado y leídos en Venezuela, siendo un día sábado, cuando la mayoría de las web bajan sus niveles de visitas a más de la mitad de su promedio diario.
Pese a que personeros del gobierno se apresuraron a desmentir el nuevo zarpazo de la oposición, el daño estaba hecho.
El Estado venezolano sigue perdiendo la guerra mediática y por paliza. No sólo por no haber un política de comunicación clara, efectiva y creativa, sino porque no dan pies con bola con la audacia de los opositores para lastimar a los revolucionarios.
Un claro ejemplo es la web de Ravell, que en menos de dos años, se convirtió en la más visitada del país, por encima de Noticias24 y Noticierodigital, que durante años se hicieron un nicho en el renglón de medios nativos en el ciberespacio.
Un medio que parece un radar contra el gobierno: magnifica cualquier error, para someterlo al escarnio público, degradando lentamente la figura de cualquier funcionario público, que con el tiempo pierden legitimidad y autoridad en una importante parte de los ciudadanos.
Esta web, utiliza distintas técnicas del periodismo carroñero, del periodismo bastardo, de cloaca, que para sus directores, son válidas en una guerra política que lleva más de tres lustros.
Utiliza, por ejemplo, la vestimenta de los altos funcionarios públicos para degradarlos, para llamarlos capitalistas, para sembrar el odio en los colectivos.
Hace día, colocaron un foto enorme de Andrés Izarra tocándose la nariz en una entrevista por Venevisión. El documento gráfico y el tratamiento que se le dio al instante, fue devastador para su imagen.
Caso contrario al sucedido semanas atrás con el presidente Hollande, que salió poco agraciado en una foto durante una visita a una escuela pública, y la presidencia de Los Elíseos inmediatamente solicitó a la agencia internacional retirar la gráfica de sus despachos porque irrespetaba la figura del presidente.
En fin, un medio cuya pegada mediática es incontrovertible, no sólo a nivel web, sino en redes sociales, PINBB, correos electrónicos, medios nacionales e internacionales.
Mientras las armas del gobierno son los desmentidos, los discursos repetitivos y muchos revolucionarios que contraatacan de forma desigual y sin cohesión, pero no con la contundencia que se requiere para frenar esta ola de ataques psciológicos.
¿Cómo es que durante años el gobierno se dejó acorralar por semejantes medios?, ¿cómo es que no ha podido contrarrestar sus ataques?, ¿cómo es que no tiene actores, especialistas, webmaster, hackers que procedan con la misma medicina?
Alemania, China, Rusia, EEUU, Israel, Francia, Inglaterra, España, todos, todos sin excepción, repito, tiene grupos de especialistas (hackers, trollers, opinadores, foristas, chatistas, columnistas, periodistas, sociólogos, psicólogos, etc.) que se infiltran en los distintos medios, foros, redes y cuanto recoveco de discusión exista en la red para atacar, confundir, filtrar informaciones, crear rumores, en fin, evitar que su gobierno quede mal parado ante las críticas de los ciudadanos.
Lógicamente, esto no lo terminan sabiendo las personas comunes que acuden a esas redes de discusión, porque son operaciones discretas.
En un mundo donde la guerra electrónica y de información es abierta, donde EEUU espía hasta el perro de su casa, el gobierno venezolano sigue actuando con discursos moralistas y con frases repetitivas, sin pegada, sin eco, sin rumbo.
Mientras sigan por ese camino, J.J.Rendón y sus seguidores, continuarán brindando y riéndose en sus narices, aguardando para ver su caída.
