Beatifican a un cura italiano señalado de comunista por defender a pobres en El Salvador

El padre Cosme Spessotto

El padre Cosme Spessotto

Credito: Web

19-01-22.-"El padre Cosme era un hombre que siempre te sonreía, un hombre que no perdía la sonrisa", es lo que recuerdan quienes conocieron al sacerdote italiano Cosme Spessotto, asesinado en 1980 en el municipio salvadoreño de San Juan Nonualco por el Ejército por supuestamente infundir ideas comunistas y por defender a los pobres.

"Desde pequeña ella (mi madre) me traía a la iglesia y mi primer recuerdo del padre Cosme fue que cuando lo venía caminar en el centro (de la iglesia) era un hombre que para mi era un gigante. Dos metros (de estatura), alto, con aquellas grandes manos, la camándula y las grandes sandalias", recordó Yanira Barahona, una mujer que siguió de cerca el trabajo religioso y social del italiano.

La mujer también rememoró que el padre Spessotto "era un hombre que siempre te sonreía, un hombre que no perdía la sonrisa (...) le gustaba compartir con los niños y con los jóvenes".

Spessotto, asesinado el 14 de junio de 1980 mientras se encontraba arrodillado en un banco de una iglesia, será beatificado el próximo sábado junto al padre Rutilio Grande, otro mártir de la iglesia Católica junto con san Óscar Arnulfo Romero.

UN ITALIANO QUE DEFENDIÓ A LOS POBRES SALVADOREÑOS

El 18 de octubre de 1953, el padre Spessotto llegó al poblado de San Juan Nonualco -ubicado en la zona central de El Salvador y con una población actual de casi 20.000 habitantes- para ser el segundo párroco de dicha localidad y permaneció en esa localidad 27 años.

"Lo recibimos con música y con cohetes (...) sabíamos que venía un sacerdote, pero no sabíamos la calidad de sacerdote que venía, lo que el Señor (Jesús) nos había preparado", comentó a Efe Leopoldo Henríquez, quien era un niño cuando conoció al italiano.

Desde ese año, el padre Spessotto se convirtió en un nuevo guardián de los pobres, fuertemente golpeados por una guerra civil que se cobró la vida de 75.000 personas, la mayoría civiles desarmados.

Barahona dijo a Efe que "el padre visitaba a los dueños de las haciendas (donde se recolectaba algodón) y les hacia ver el trato que se le daba a la gente, el sueldo, la comida que se le daba a la gente".

"El padre les concientizaba para que se les dieran a las gentes (trabajadores) por lo menos el mínimo de condiciones para su vida y les decía que si eso no cambiaba iba a tener repercusiones sociales graves, no le hicieron caso, no entendieron lo que el padre decía", comentó.

Durante las décadas de los 70 y 80 los salvadoreños de las zonas rurales del país trabajaban principalmente en la cosecha de café y recolección de algodón y caña de azúcar.

Las personas pasaban semanas e incluso meses en grandes haciendas donde pernoctaban mientras era la época alta de dichos cultivos.

El padre Spessotto también "miró por la educación de las mujeres y fue un promotor de derechos humanos", señaló Barahona.

"Eso fue (defender los derechos humanos) lo que le trajo mayores problemas (...) trato de dignificar al pobre, de darle un rostro de hijo de Dios y de enseñarle sus derechos", subrayó.

EL ASESINATO

Spessotto fue asesinado por odio a la fe por escuadrones de la muerte de extrema derecha, mientras se encontraba arrodillado en un banco de una iglesia y dos personas, usando pelucas que ocultaban su identidad, entraron y le dispararon con una ametralladora.

"Vine corriendo a ver y ya estaba tumbado en el piso sangrando", recordó Henríquez.

Dijo que "el pueblo se quedó sorprendido e inquieto" porque ya se habían escuchado casos similares a la muerte del padre italiano, como el asesinato de monseñor Romero.

San Óscar Arnulfo Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por un francotirador, hecho que marcó, a juicio de diversos sectores, el comienzo del conflicto armado en El Salvador.

"Fue una experiencia horrible (el asesinato de Spessotto) para el pueblo. Cuando a mí me llegaron a decir no me extraño porque yo sabía que él apoyaba a sus catequistas y hacía todo lo imposible por defender a su pueblo, y eso lo llevó a la muerte", dijo Henríquez.

Barahona, por su parte, añadió que tanto Rutilio como Spessotto "iban hacia un mismo fin de justicia social, de darle rostro humano al pobre, de defender los derechos del pobre y eso no es comunismo".

Al menos 500 religiosos, entre curas, monjes y laicos, fueron asesinados antes y durante la guerra interna salvadoreña (1980-1992).

Entre las víctimas religiosas también están los seis padres jesuitas de la Universidad Centroamericana (UCA), cinco de ellos españoles; tres monjas estadounidenses de la orden Maryknoll; y varios catequistas de las Comunidades Eclesiales de Base.

La guerra salvadoreña, que enfrentó al Ejército, financiado por Estados Unidos, y a la entonces guerrilla Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), y también dejó cerca de 8.000 desaparecidos.


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La fuente original de este documento es:
Efe (https://www.efe.com/)



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