Cancelaciones de vuelo

Aerolíneas Argentinas suspende a 376 empleados por participar en una asamblea laboral

Buenos Aires, noviembre 21 - La gerencia de Aerolíneas Argentinas suspendió este martes a 376 empleados que realizaron el 8 de noviembre pasado una asamblea por el incumplimiento de la cláusula gatillo de la paritaria, lo que generó demoras y cancelaciones de vuelos durante esa jornada. El Gobierno redobla así, en un hecho inédito, la escalada de conflicto con los gremios aeronáuticos, los cuales alertaron además por la decisión oficial de desmantelar y llevar a la quiebra a la línea de bandera para favorecer a las compañías low cost.

En el momento en que se estaban desarrollando esas asambleas, el presidente Mauricio Macri salió a criticar los subsidios que Aerolíneas y Austral demandan para su funcionamiento operativo. “Desde que Aerolíneas se estatizó, el Estado tiene que poner plata todos los meses para que funcione”, dijo, generando especulaciones en torno a su intención de reprivatizar la compañía de bandera.

Las suspensiones serán en forma escalonada para no afectar la operación de la empresa. Además, la empresa descontará las horas no trabajadas “a todos aquellos que participaron de las asambleas”, según comunicó Aerolíneas Argentina vía telegrama a los afectados. Los gremios aeronáuticos darán hoy a las 7 una conferencia de prensa para informar cuál será la respuesta a la provocación del gobierno.

Las suspensiones se enfocaron en las áreas Tráfico y Contact Center (las dos de atención al público), Rampa, Mantenimiento y Pilotos, mientras que los empleados que trabajan en el sector de Tripulantes de a Bordo que no participaron de la asamblea no fueron sancionados. Las suspensiones van de diez a quince días, dependiendo del nivel de afectación del servicio durante las asambleas. “Las sanciones más largas corresponden a quienes hicieron abandono de trabajo”, informó la compañía estatal que dirige Luis Malvido.

El jueves 8 de noviembre se llevó a cabo una jornada de protestas, con la realización de asambleas y cese de tareas, lo que derivó en la cancelación de 258 vuelos de Aerolíneas Argentinas y Austral. La medida se había extendido desde las siete de la mañana hasta pasadas las cinco de la tarde. El único sector que no participó de esa retención de tareas es el de tripulantes de a bordo, ya que había realizado asambleas los viernes 2 y 16 de noviembre, en ambos casos más acotadas en el tiempo y con un impacto menor sobre la operación.

Ese día la empresa hizo una presentación ante la Secretaría de Trabajo, lo que derivó en la presencia de inspectores en Aeroparque para certificar casos de abandono de puesto de trabajo o retención de tareas. “Que el número de sancionados sea 376 no implica que no hayan sido más los que se negaron a trabajar ese día. Son aquellos en los que se pudo constatar su ausencia o retención de tareas, con prueba documental generada por los inspectores y/o los escribanos”, comunicaron desde Aerolíneas. “Al margen de estas suspensiones, la empresa descontará las horas no trabajadas a todos aquellos que participaron de las asambleas, como ya lo ha hecho en otras ocasiones”, agrega.

Funcionarios del equipo de Malvido amenazan con que las suspensiones se añadirán a los expedientes ya abiertos en Trabajo. “Al tratarse de una sanción disciplinaria, la compañía no requiere de una autorización previa por parte de la autoridad laboral para su aplicación”, dijeron en Aerolíneas Argentinas. La maniobra de Malvido suma tensión en la relación entre los gremios aeronáuticos y la línea de bandera, en momentos en que la decisión oficial parece enfocarse en debilitar la operatoria de la compañía y privilegiar el espacio aéreo para líneas internacionales.

“No es justo que el 95 por ciento de los que no usan los aviones tengan que pagar para que Aerolíneas funcione”, había apuntado Macri en medio del conflicto gremial. El mandatario cuantificó los desembolsos a Aerolíneas en cantidad potencial de metrobuses construidos, tal como había hecho al principio de su gestión cuando los comparó con la inversión que insume la infraestructura de los jardines de infantes. Al día siguiente se sumó el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, quien aseguró que “hay cero posibilidades de privatización”, pero insistió en que “debe poder volar sin pedirles plata al resto de los argentinos”. Ni metrobuses ni jardines se construyeron, pero la condición de empresa estatal le sigue molestando al Gobierno.


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