Entrevistando imaginariamente a Marx sobre lo tratado en:

El capítulo III de “El Capital” (I)

¿Qué aspectos encierra el cambio de las mercancías?

El proceso de cambio de las mercancías encierra aspectos que se contradicen y excluyen entre sí. El desarrollo de la mercancía no suprime estas contradicciones; lo que hace es crear la forma en que pueden desenvolverse. No existe otro procedimiento para resolver las verdaderas contradicciones. Así, por ejemplo, el que un cuerpo se vea constantemente atraído y repelido por otro, constituye una contradicción. Pues bien, la elipse es una de las formas de movimiento en que esta contradicción se realiza a la par que se resuelve.

El proceso de cambio, al transferir las mercancías de las manos de aquel para quién son no-valores de uso a manos del que las busca y apetece como valores de uso, es un proceso de metabolismo social. El producto de un trabajo útil suple el del otro. Al llegar al sitio en donde desempeña funciones de valor de uso, la mercancía sale de la órbita del cambio y entra en la órbita del consumo. Al limitarnos a investigar todo este proceso de metabolismo social en su aspecto formal, nos fijamos sólo en el cambio de forma o metamorfosis de las mercancías, que le sirve de cauce a dicho proceso.

¿Cómo se opera el proceso de cambio de la mercancía en dinero?

Acompañemos a un poseedor cualquiera de mercancías, por ejemplo al productor de azúcar, a la escena donde se desarrolla el proceso de cambio, al mercado. Su mercancía, diez kilogramos de azúcar, tiene un precio determinado. Este precio supongamos que es de cuarenta bolívares. Nuestro hombre cambia, pues, su mercancía por cuarenta bolívares y luego, como es persona de arraigadas convicciones religiosas, vuelve a cambiar ese dinero por una Biblia familiar del mismo precio. Como vemos, los diez kilogramos de azúcar, que para él no era más que una mercancía, una representación de valor, se enajena por oro, por su forma corpórea de valor y esta a su vez, por otra mercancía, por la Biblia, que pasa a formar parte del ajuar del productor de azúcar, como objeto útil, para satisfacer las necesidades de devoción del comprador y de su familia. El proceso de cambio de la mercancía se opera, por tanto, mediante dos metamorfosis antagónicas y que se completan recíprocamente; transformación de mercancía en dinero y nueva transformación de éste en mercancía. Las dos etapas de la metamorfosis de las mercancías son, a la par, un trato comercial de los poseedores de éstas –venta o cambio de la mercancía por dinero; compra o cambio del dinero por la mercancía- y la unidad de ambos actos: vender para comprar. Desde su punto de vista, la finalidad de todo este proceso se reduce a facilitar el cambio de los productos de su trabajo por los productos del trabajo ajeno, a facilitar el cambio de productos. Por tanto, el proceso de cambio de la mercancía se desarrolla a través del siguiente cambio de forma: mercancía à dinero à mercancía.


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Nicolás Urdaneta Núñez


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